La enésima revolución del Hércules

La entidad blanquiazul está obligada a realizar fuertes cambios en todas las áreas tras el profundo fiasco de la temporada. El alto número de jugadores con contrato es uno de los problemas que tiene el club para confeccionar la nueva plantilla

Jean Paul durante uno de los últimos partidos en el Rico Pérez.

Jean Paul durante uno de los últimos partidos en el Rico Pérez. / ALEX DOMÍNGUEZ

César Hernández

César Hernández

Tras la renuncia de Luis Castillo a la presidencia del Hércules, el club comienza a barajar nuevos nombres para el cargo aunque por el momento Carlos Parodi seguirá ejerciendo las mismas funciones que estaba desempeñando en las oficinas de la entidad. Tampoco se descarta que continúe como presidente si finalmente Enrique Ortiz no se decanta por alguien de su total confianza en las próximas semanas.

Tras una temporada desastrosa con un séptimo puesto en la cuarta categoría el fútbol español, el club alicantino se ve obligado a emprender una reestructuración profunda en todas sus áreas. Con solo dos meses antes del inicio de la pretemporada, el Hércules se enfrenta a un desafío importante al tiempo que trata de luchar en un entorno marcado por el desánimo de la afición tras años de tedio y malos resultados. Urge un cambio en todos los sectores de la entidad, lastrados por la mediocridad y los sinsabores continuos.

De la comisión deportiva, el único nombre que ha trascendido ha sido el de Subirats, aunque se desconoce por el momento si será uno de los asesores o tendrá un papel más relevante. Paco Peña seguirá también como uno de los integrantes de la comisión que se encargará de confeccionar la nueva plantilla. Dani Barroso tiene también el compromiso de Ortiz de seguir como el responsable de la cantera aunque se realizarán más incorporaciones.

La gestión institucional del club ha estado plagada de malas decisiones durante los últimos años. La falta de estabilidad y la falta de un proyecto deportivo sólido han minado la imagen y la reputación del equipo. Como resultado, el Hércules se encuentra ahora en una situación de crisis continua que provoca que todos años sea obligado realizar importantes cambios.

La reestructuración del Hércules debe comenzar por el área deportiva y, sobre todo, por la continuidad o no de Lolo Escobar. El técnico tiene un año más de contrato y aunque ha firmado puntos de «play-off» desde su llegada no ha conseguido el objetivo marcado por el club. La comisión deportiva que se forme determinará si el técnico de Don Benito encabeza el nuevo proyecto o el club opta por el relevo. Tras ello, la dirección deportiva debe acometer la renovación de la plantilla con la dificultad de tener que negociar muchos contratos, ya que un alto número de jugadores tienen vinculación contractual para la próxima temporada, entre ellos Ander Vitoria y Sergio Marcos con los que prácticamente no se ha contado esta temporada.

Es fundamental analizar a fondo el rendimiento de la plantilla actual y evaluar qué jugadores son los adecuados para el nuevo proyecto. 

El Hércules deberá invertir de manera inteligente y buscar jugadores comprometidos y con experiencia que puedan liderar al equipo hacia el éxito, o por lo menos salir de la cuarta categoría. También existen dudas con Míchel, aunque su alto contrato le puede hacer continuar en el conjunto blanquiazul pese a que su rendimiento no ha sido el esperado.

 Mientras tanto, el equipo, que terminó la competición oficial el pasado domingo en Ibiza, está entrenando tres veces por semana hasta finales de mayo, según anunció el cuerpo técnico de la entidad.

Los jugadores herculanos regresaron el martes al trabajo en el estadio Rico Pérez y volvieron a ejercitarse este miércoles. Entrenarán el viernes para posteriormente disfrutar del fin de semana libre.

La próxima semana, los futbolistas están citados el lunes, martes y viernes, en la que posiblemente sea la última sesión oficial del Hércules en la temporada 2022-23, la peor deportivamente de su historia.

El club alicantino está a la espera de definir su próximo presidente para comenzar a tomar decisiones en la parcela deportiva, como la confirmación de la continuidad del cuerpo técnico, y así dar inicio a la planificación de la plantilla del próximo curso.  

A la mediocridad deportiva, el Hércules ha sumado esta temporada, especialmente en el tramo final del curso, el hartazgo de la afición, que ha manifestado su rechazo a la gestión del máximo accionista, Enrique Ortiz, con protestas antes, durante y después de los partidos del equipo.

A finales de los 60, el Hércules estuvo dos temporadas en Tercera, la categoría más baja en la que había competido, pero en la primera promocionó para subir y en la segunda, ascendió.

El pasado curso, en su primera participación en Segunda Federación, alcanzó la fase de ascenso, cayendo en la primera ronda, algo a lo que apenas ha aspirado ni hecho méritos este curso, el peor en 101 años de historia.