Andratx-Hércules: regreso al infierno sin raíces

«Tenemos que salir de esta categoría para poder disfrutar jugando al fútbol dentro y fuera de casa». Lo deseó Rubén Torrecilla justo después de contener la crisis ganando con relativa solvencia al Sant Andreu. Lo dijo consciente de que en menos de siete días volvería al infierno sin raíces de los campos de césped artificial, donde al Hércules, históricamente, le resulta muy difícil hacer valer la mayor calidad de sus futbolistas. Esta temporada también pasa, por eso están todas las alertas encendidas.

El del sábado en Andratx (17 horas) será el noveno encuentro en hierba sintética que disputen los blanquiazules este curso. En los ocho anteriores no le ha ido precisamente bien. 14 puntos ha dejado de sumar en sus citas pisando bolitas de caucho y fibras desgastadas y ásperas. Ha perdido la mitad, todos en Barcelona y en Valencia; y ha logrado empatar uno, el del Olímpic de Terrassa.

Casualidad o causalidad

Por fortuna para los adictos a las cábalas costumbristas, las tres victorias que ha cosechado este curso jugando con botas sin tacos de verdad han sido en las Islas Baleares. El Hércules ganó a la Penya Independent y a la Peña Deportiva, ambos en Ibiza, y también al Formentera. Ahora le toca volar hasta Mallorca, y lo hace con la esperanza de poder dar continuidad al triunfo del pasado domingo.

No será sencillo repetir la fórmula en un entorno de condiciones tan opuestas al Rico Pérez, de espacios costreñidos, con pocas facilidades para hacer correr la pelota. Es tan inhóspito el entorno, que nadie ha sido capaz de ganar todavía en el Municipal de Sa Plana. Allí, el equipo que dirige José Manuel Contreras ha disputado diez encuentros, y aunque el balance no es temible, cinco victorias y otros tantos empates, lo cierto es que en Andratx ya han caído el Badalona Futur y el Espanyol B y sufrió para arañar un punto el Europa.

Nadie ha ganado aún en Andratx y allí ya ha caído el Badalona Futur y al Europa le costó arañar un empate

El plan que ideó Torrecilla para el duelo en Torrent dejó de funcionar cuando Artiles abandonó el campo. Mientras él estuvo, encontró alguna justificación la puesta en escena sin delantero centro con Carlos de la Nava haciendo tareas de nueve, jugando de espaldas, tratando de bajar balones. No poder disponer de Marcos Mendes ese día, llevó al técnico a recelar de la envergadura de Agustín Coscia para batallar con los dos centrales de Vicente Mir, corpulentos, experimentados. Tampoco recurrió a Diego Lorenzo, más alto que el argentino, porque no le tiene mucha fe.

Torrecilla se impuso en Formentera con el bisauguineano en punta y De la Nava en el banquillo. Después, en Sant Miquel de Balansat, le quitó los tres puntos a la Penya sin Mendes (lesionado) y con el salmantino formando pareja con Diego Lorenzo un buen rato.

Pero lo que mejor le funcionó al preparador extremeño fue la inclusión de ambos –Mendes y De la Nava– en el traslado a Santa Eulalia. Con ellos de inicio se firmó la mayor goleada del curso, un 1-5 que ahora parece muy lejano, pero se produjo solo una semana antes del parón de Navidad, cuando la sucesión de derrotas no se habían producido y aún la realidad no se había recrudecido.

Cambio de plan

El técnico empleará un día menos de trabajo sobre moqueta del que dedicó al envite en Torrent. Hoy y mañana se ejercitará en la Ciudad Deportiva Antonio Valls y el viernes trabajará por la mañana en el Rico Pérez antes de embarcarse por la tarde rumbo a Mallorca desde El Altet. En la vuelta a la rutina física y táctica, únicamente Artiles tenía garantizada la baja el sábado.

El resto regresó de la jornada de descanso en buenas condiciones, incluido Alvarito. La inflamación de tobillo cercana al esguince que se trajo de San Gregorio ha remitido casi en su totalidad. La pelea por la primera plaza está abierta y son los duelos a domicilio, más bien el aguante de los aspirantes a sus citas lejos de casa, los que determinarán un liderazgo que, al final de curso, propicia un salto de categoría que acabaría con el suplicio de la moqueta.