Hércules 1-1 Terrassa

Carlos De la Nava sofoca el incendio con un cabezazo

El salmantino entró en la segunda parte y envió a la red un gran pase de Alvarito desde la derecha a falta de dos minutos para el final

El tanto valió para acabar con más de 350 minutos de sequía ofensiva de los blanquiazules y para enlazar el quinto empate

Pedro Rojas

Pedro Rojas

El fútbol es un estado de ánimo. A veces, como anoche, son todos a la vez. En poco más de 90 minutos te da para reír, llorar, indignarte... Tienes tiempo de sobra para sufrir, gritar airado, protestar inclemente contra todos los estamentos, los de dentro del club y los de fuera. Es tan intenso que te haces mayor sin enterarte y no caes en la cuenta hasta que el espejo te lo escupe a la cara cuando llegas a casa y no sabes por qué te han salido canas hasta en el bigote.

Seis semanas sin ganar, doce puntos sumados en doce jornadas, quinto empate consecutivo... Y aun así podría haber sido bastante peor de no emerger la figura de Carlos de la Nava en el minuto 88 para acabar con una sequía realizadora que hace muy difícil intuir un ascenso de categoría al final del camino, uno cada día más tortuoso, más embarrado, menos exuberante, cada encuentro más y más ojeroso.

La victoria se ha convertido en un espejismo, un destino sin dirección, un túnel al que no le asoma ninguna luz por más que busques. Y así es muy difícil creer, mantenerse firme en el deseo, conservar la ilusión de los días mejores que ahora ya quedan muy lejos.

Carlos de la Nava pierde el control de un balón durante la segunda parte.

Carlos de la Nava pierde el control de un balón durante la segunda parte. / Jose Navarro

El centrocampista salmantino apagó el incendio que provocó Sergio Buenacasa en el 69. El exherculano, después de su triplete al Europa de la semana pasada, se reivindicó sin que nadie se lo pidiera en el estadio que sufrió su falta de puntería hace dos campañas. En un par de encuentros ha firmado más tantos que en los 24 en los que vistió el uniforme blanquiazul

Fue con un remate limpio, marcando los tiempos en el aire, conectando con la frente un envío desde la banda defendida por Candelas. Golpeó de lleno el cuero, le dio la dirección correcta y dejó sin efecto la tímida estirada de Carlos Abad, de nuevo solo ante la dificultad. Nadie acertó a incomodar al «goleador» del Terrassa, que voló sin oposición.

La Policía Nacional tenía asegurado un perímetro de seguridad frente a la Puerta 0 que finalmente no fue necesario utilizar, dado que el público abandonó el estadio sin incidentes ni protestas al final del encuentro

Hasta ese instante, el estadio trató de ser amable consciente del trago por el que está pasando el equipo en el que llegaron a creer. Intentaron arroparle, mimarle, brindarle gritos de aliento, rescatarle del filo oxidado por el que transitaron mediada la primera parte, cuando los catalanes se hicieron más presentes en ataque.

El público no quiso abundar en la inquietud de la plantilla, en sus miedos, en sus debilidades, las emocionales y las otras, las que dependen de las primeras para desarrollarse y ser diferenciales.

Instantes de tensión

Mientras Buenacasa festejaba con sus compañeros el 0-1, estalló la grada. Lo hizo contra todos con la misma intensidad. Al unísono. Sonando estruendosa a pesar de haberse reunido en el campo menos aficionados que de costumbre en un domingo desapacible y santo. Torrecilla había movido su banquillo seis minutos antes del testarazo del zaragozano. Retiró a Ketu, el que más veces remató a puerta, aunque sin peligro real, y lo sustituyó por De la Nava

Esta vez, el técnico sí agotó todas las rotaciones. Movió pieza, reunió a sus dos delanteros sobre el césped y sacrificó un lateral para que Alvarito ocupara todo el carril diestro. El movimiento salió bien. Probar es lo que tiene, a veces cambia los destinos más pertinaces, incluso los más nublados.

Coscia y Mendes festejan el tanto de Carlos de la Nava, en el suelo después de su certero remate.

Coscia y Mendes festejan el tanto de Carlos de la Nava, en el suelo después de su certero remate. / Jose Navarro

A pesar del malestar de los seguidores, que no cesó, la plantilla no bajó los brazos, continuó creyendo en la idea de su entrenador, continuó remando en pleno temporal para salvar el pellejo de su líder. Y así, en mitad de un cántico coral exigiendo la salida del propietario, el extremo madrileño reconvertido a lateral por fuerza mayor trazó un envío llovido al área que el salmantino nunca dejó de seguir con la mirada hasta que adecuó un escorzo a la altura a la que bajaba la pelota para, con la sien izquierda, validar la asistencia y sofocar un incendio que amenazaba con reducirlo todo a cenizas.

El tanto del empate en el 88 dejó sin efecto el cordón policial montado por la Policía Nacional justo delante de la Puerta 0. Quienes se quedaron en su asiento desafiando a la lluvia y a su enfado monumental, siguieron tirando de los futbolistas hasta que, en el tiempo añadido, un centro al área dejó solo a Mendes delante del guardameta con toda la portería para él. El máximo goleador del equipo definió mal y malogró una ocasión cantada, la que hubiera valido para fijar por fin un punto de inflexión. Pero no. De las crisis cuesta salir tanto como de los malos hábitos, tal vez por eso el colegiado gaditano Francisco Sáez Vital dejó sin castigo una mano en el área que desvió lo justo un tiro de Nico cuando Buenacasa aún era un vago recuerdo para la grada. Maldición.

Marcos Mendes lanza sin oposición, pero su disparo no encuentra portería en la ocasión más clara del partido.

Marcos Mendes lanza sin oposición, pero su disparo no encuentra portería en la ocasión más clara del partido. / Jose Navarro

Ficha Técnica

HÉRCULES: Carlos Abad, Samu (Richie 83’), Nolan, Juanmi, Candelas; Colomina, Mangada (Alvarito 75’); Javi Moreno (Mendes 75’), Ketu (De la Nava 63’), Nico; y Coscia. 

TERRASSA: Marcos; Palacios, Víctor Morales, Badal, Diego (Soares 87’); Samu Casais, Adri Lledó (Dani Cervera 71’), Jofre, Gil (Jordi Cano 71’); Aythami (Pau Salvans 87’) i Buenacasa (Lucas Viña 76’). 

GOLES: 0-1, Min.69: Buenacasa. 1-1 (88): De la Nava.

ÁRBITRO: Francisco Sáez Vital (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz).

T. Amarillas: amonestó a Roger Colomina y a Carlos Mangada, del Hércules, y a Pau Salvans, del Terrassa. 

T. Rojas: sin expulsados.

ESTADIO: José Rico Pérez, con 6.958 espectadores en la grada para asistir al encuentro correspondiente a la 28ª jornada de Liga en el grupo 3 de Segunda Federación. Antes del pitido inicial se homenajeó a la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante (APPA) por su 120 aniversario. La lluvia apereció en el tramo final.