Opinión | EL TELEADICTO

El lío de Santa Eulalia

Imagen aérea de los edificios históricos de la Colonia de Santa Eulalia antes de que la pared de la alcoholera se desplomara.

Imagen aérea de los edificios históricos de la Colonia de Santa Eulalia antes de que la pared de la alcoholera se desplomara. / ÁXEL ÁLVAREZ

Qué poderoso es el medio televisivo. En un reportaje de media hora fue capaz de plasmarnos el monumental lío en que anda metido desde hace varias décadas la Colonia de Santa Eulalia, situada en los lindes entre Sax y Villena. Un reportaje sonoro de un programa radiofónico de viajes nos habría contagiado del clima enrarecido en el que viven estos vecinos que no tienen escrituras de sus viviendas. Y la crónica del dominical de un periódico nos habría podido transmitir la belleza perdida de sus edificios decadentes ahora en ruinas.

Pero tuvo que ser precisamente Repor, el programa más infravalorado y relegado por la propia TVE al Canal 24 Horas, el que nos sorprendió en la medianoche del domingo con un reportaje realizado con el libro de estilo de la casa, firmado por Gemma Gimeno.

Directa, al grano, y de manera sincopada, escuchamos hablar a vecinos, herederos de la finca, historiadores, a la alcaldesa de Sax y a los miembros de la Plataforma Salvemos la Colonia. Pero por encima de todo vimos, en primera persona, sin necesidad de que dijese nada, cómo se expresaba la propia Colonia de Santa Eulalia, testigo de otro tiempo glorioso. Un paraíso perdido. Templo que fuese del modernismo. Un Bien de Interés Cultural sin institución detrás capaz de inyectarle los millones de euros que necesitaría para resucitarla.

El destino quiso que el edificio de la Alcoholera colapsase justo una semana antes de que se emitiese el programa, imagen que el reportaje empleó como coda final.

Recuerdo cómo todos los ferrobuses grises que unían València con Alicante, también tenían parada en pedanía de la Colonia de Santa Eulalia. Sucedió hasta finales de los setenta. A partir de ahí comenzó el declive.

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