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José Vicente Andreu

Monólogo de la ministra sobre el futuro del agua

Puig reivindica ante la vicepresidenta Teresa Ribera el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura

Esta semana los ciudadanos, empresarios y regantes de la provincia de Alicante hemos sido testigos de un nuevo desprecio al Trasvase Tajo-Segura y al actual sistema productivo de alimentos del que el sureste español es ejemplo mundial, en una jornada presidida por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, titulada: “Diálogo sobre el futuro del agua”, en la que ella y sus socios de Gobierno han pretendido analizar y deleitarnos sobre las vías y soluciones a una posible reducción de disponibilidad de agua de los ríos de cara al año 2050 (según sus estimaciones), como consecuencia del cambio climático.

Hemos de reconocer que la ministra para la Transición Ecológica escasamente se pasa por Alicante y es poco dada a establecer diálogo con los regantes. Pero parece que en los últimos meses le ha cogido el gusto a eso de dejar caerse por aquí. Eso sí, siempre y cuando su comunicación con el público levantino se enmarque dentro de lo que bien podríamos llamar “un acto de guante blanco” orquestado a su medida por su séquito de “ecologistas radicales”. Y es que, parece que Ribera, una vez pisa tierras regadas con aguas del trasvase, solo se siente cómoda en un tipo de intervenciones en las que ella, bien desenvuelta en el arte de la palabra, imponga su tesis tras un atril, calme los ánimos con un anuncio de un chorro de millones en inversiones ambiguas y poco detalladas, ofreciendo poco margen para el turno de preguntas y cero oportunidades a la contrarréplica.

Así, en esta jornada o, más bien, monólogo de la Ministra sobre el futuro del agua, el discurso por parte del Gobierno ha versado, una vez más, en dar prioridad a las políticas ambientales y al uso ambiental del recurso hídrico, olvidando por completo en su hoja de ruta la demanda hídrica de la agricultura y esa tan necesitada planificación hidrológica para un país tan pluviométricamente dispar como España, donde cada otoño-invierno en el norte se ahogan y en el sur suplican por una gota de agua.

Una tesis que ha sido secundada por un presidente de la Generalitat Valenciana que ha mostrado más sintonía con la ministra que con los regantes, a los que ha vuelto a defender con eso “del agua para siempre” pero con la boca más cerrada que de costumbre, mostrando pocas desavenencias contra la persona que quiere arruinar económicamente a nuestra provincia. Y así, en un acto que ha sido más bien un circo electoral, encorsetado, con poca participación ciudadana, el Gobierno ha vuelto a poner distancia con el Trasvase y los regantes.

Pocas han sido las voces disonantes que han tenido la oportunidad de defender la infraestructura que transformó el levante español y creó la Huerta de Europa. Pero las ha habido y han sonado con fuerza. Todas ellas han reiterado la imprescindibilidad del acueducto y han criticado duramente los recortes que mes tras mes realiza el Gobierno en su hoja de ruta.

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