Tiene que llover

El más fresco del barrio

Rafael Hernando, en una rueda de prensa.

Rafael Hernando, en una rueda de prensa. / JUAN MANUEL PRATS

Francisco Esquivel

Francisco Esquivel

Que el pepé no anda bien es natural pero ¿hasta el extremo de que Rafael Hernando adquiera protagonismo? ¿De verdad lo contemplan como una estrategia certera para amueblarse la cabeza en la línea adecuada? Hombre, más frescos desde luego van a resultar.

   Acaba de soltarse un tuit en el que al referirse a las «ministras sanchistas» por los «vídeos donde se autosatisfacen del resultado electoral» se dirige a ellas con un «a ver bonitas». Y como eso para él es poco, se soltó un segundo: «veo que hay una colección de ofendiditas llamándome machista porque les he aclarado que 137 escaños son más que 121». Igual no era por eso, Rafael. El caso es que el gachó se ha venido arriba una vez que Feijóo lo recuperara para el Congreso después de que Casado hubiese mandado al Senado a quien fuera portavoz del grupo parlamentario en época de Mariano. Currículum tiene de sobra. Y, como muestra, un botón. En verano de 2005, tras la sesión en la que se rechazó la propuesta de la formación para que compareciera el Gobierno en la cámara, trató de agredir al entonces portavoz Rubalcaba y el intento necesitó de Carme Chacón, Acebes y Zaplana para impedirlo porque, cuando se pone, no es fácil frenarlo.

Rafael Hernando Twitter

Rafael Hernando Twitter

   De hecho se hizo su propia campaña y el 18 de julio, naturalmente, en «El mundo», claro está, sentenció a cinco días de las urnas: «Nos encontramos a las puertas de una mayoría a la madrileña. Hay muchas posibilidades de gobernar en solitario» en la víspera de un debate con los principales contendientes del que se escaqueó su señorito. Semejante altanería, colegiada en este caso, es algo que al españolito de a pie le repatea en lo más hondo.

   El personaje ha escogido el momento más oportuno para meterse de ese modo con parte del frente femenino reinante, precisamente cuando otro bloque de mujeres está a dos pasos de ganar nada menos que el Mundial de fútbol y, conociéndolo, temí que felicitándolas dejara marca. Pero se contuvo. Bien hecho, bonito.