Solo el pueblo salva al pueblo

Carles Puigdemont y Yolanda Díaz se reúnen en el Parlamento Europeo.

Carles Puigdemont y Yolanda Díaz se reúnen en el Parlamento Europeo.

Joaquín Galant Ruiz

Joaquín Galant Ruiz

Sí, si he estado en la manifestación de convocatoria anónima, pero de contenido que comparto, con los cientos de personas que el pasado domingo nos concentramos voluntariamente en la plaza del Ayuntamiento y a la puerta de la Audiencia Provincial. Creo, como decía el democristiano Maritain, que “solo el pueblo salva al pueblo”. Y hoy ha sido numerosa la concentración pacífica habida, donde solo se oían las voces de los concentrados en protesta por los acontecimientos últimos conocidos que cristalizaron, a bombo y platillo, con el encuentro afectuoso de Yolanda Diez con Carles Puigdemont donde trataron sobre la concesión de la amnistía a los imputados por el intento golpe de Estado que recogen todos los medios de comunicación y consulta vinculante sobre la independencia de Cataluña del resto de España.

Las voces que se gritaban al unísono, evidenciaban el malestar de los manifestantes y la razón de su concentración. “España unida jamás será vencida”, ¡Viva España! Y también las de “Puidemont a prisión”. Eran las más repetidas en algún momento. Unido a la exhibición de numerosa banderas nacionales. El comportamiento de los asistentes fue un ejemplo de lo que debe ser una manifestación de protesta contra unos hechos y sus autores, que amenazan fundamentalmente la libertad, la justica y a nuestra Constitución Española votada en referéndum por el pueblo español. Amenaza palmaria que afecta nuestra pacífica convivencia disfrutada durante estos más de cuarenta años de paz y prosperidad. Y es obvia esa amenaza, como se desprende de la visita y reunión, totalmente inaceptable, de Yolanda Diez, Vicepresidenta del gobierno en funciones, con Carles Puigdemont, fugado y buscado por la Justicia española por el intento de un golpe de Estado, desde las mismas Instituciones y podes políticos del Estado.

Y que pretende Puigdemont? arrancar del Título preliminar de la Constitución su artículo segundo, fundamentalmente. Y ello, porque proclama que:

La Constitución se Fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indisoluble de todos los españoles…”

El mismo presidente del Gobierno, en funciones, ha reconocido públicamente que él es el único que tiene mayoría suficiente y no Feijóo, para que el Rey, de conformidad al artículo 99 de la Constitución, que ordena que “Después de cada renovación del Congreso de los Diputados” “y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia de Gobierno”. Y solo él tiene los votos suficientes para ser elegido, como ha acreditado con la elección de la presidenta del Congreso.

No se puede olvidar que los miembros del Gobierno, que juraron cumplir la Constitución, su artículo 97 les obliga: “El Gobierno dirige la política interior…y la defensa del Estado.”

Pero ahora el Presidente Sánchez pretende que el Rey, si como supone será fallida la designación de Feijóo. le nombre a él candidato, al contar con los restantes votos del Congreso, -cuenta con los del partido de Puigdemont- para presidir el próximo Gobierno, a sabiendas que su pretendida y anunciada mayoría las ha conseguido con un pacto contra lege, que anuncian: rotura de la Unidad de España, al permitir consulta vinculante sobre la independencia de Cataluña y una Ley de amnistía que traslade la ilegalidad del golpe de Estado a las Fuerzas de Seguridad del Estado, según recogen los Medios.

Olvida que el Rey tiene que cumplir, como él, lo que proclama el artículo 56 de la Constitución: “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, árbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones…”

No hay duda que el Rey cumplió con su mandato constitucional al designar candidato a la presidencia de Gobierno a Feijóo, presidente del partido que ganó las elecciones; que de no obtener la mayoría de votos necesarios, el Rey tendría que designar otro candidato, pero el único que reuniría, como acredita, la mayoría necesaria sería Pedro Sánchez.

El Rey para nombrar a Pedro Sánchez como nuevo candidato a la presidencia del Gobierno, parece evidente que tiene que conocer lo pactado con Puigdemont sino también tener una declaración firmada y refrendada por Pedro Sánchez de que no habrá Ley de amnistía ni referéndum vinculante sobre la independencia de Cataluña de España, porque de haberla y nombrarlo, obviamente, se aceptaría una flagrante incumplimiento y quiebra de la Constitución,

Designar a Pedro Sánchez, con el bagaje demoledor que presenta se lo impide la misma Constitución al Rey. Las Cortes deberán ser disueltas y convocadas nuevas elecciones, reconociendo, como refiere su artículo 1.2 que: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”

Y de nuevo la oportunidad de que sea el pueblo el que salve al pueblo.

Como ya hemos escrito alguna vez, recordando el título de uno de los dramas sobre el honor, de Francisco de Rojas Zorrilla, creo “que del Rey abajo ninguno” nadie, puede decidir y sólo él puede salvar esta situación. Y recordando el centenario del golpe de Estado del 13 de septiembre de 1923 que tan detalladamente nos cuenta el ilustre Gerardo Muñoz Lorente en este Diario del domingo hace un siglo, protagonizado por el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, de no ser elegido Feijóo, si el Rey no otorga la segunda designación a Pedro Sánchez que pretende, habrá salvado la inestable y preocupante situación política actual, y, aquí y ahora, con el mayor respeto y consideración diría a su majestad el Rey, como nos cuenta el artículo referido, le gritaban a Primo de Ribera cuando en la estación fueron a despedirle en su ida a Madrid:

Si ho fas bé, no hi haura separatisme” (“Si lo haces bien no habrá separatismo”)