Pendientes de las elecciones norteamericanas

Antonio Balibrea

Antonio Balibrea

Un megalómano egocéntrico como Donald Trump tiene al mundo en vilo. Si consigue el dictamen favorable del Tribunal Supremo norteamericano sin duda será el aspirante republicano a la presidencia de los Estados Unidos. Incluso puede que los norteamericanos lo elijan, para desgracia del mundo. Solo la Corte Suprema puede pararlo aplicando la Enmienda Décimo Cuarta de la Constitución norteamericana, por su participación en el asalto al Congreso el 6 de enero no podría ser candidato; aunque sin duda será mejor derrotarlo de nuevo en las urnas.

Una multiplicidad de encuestas, coinciden en que un gran número de partidarios de Trump le votarán incluso si fuera condenado por delincuente. Pero también muestran que una condena podría desanimar a un grupo de votantes lo suficientemente significativo como para que Trump perdiera la carrera electoral. (Encuesta del New York Times/Siena College. Noviembre 23). Incluso una encuesta del Wall Street Journal, de diciembre, mostró a Trump liderando por cuatro puntos sin una condena, y perdiendo las elecciones por uno si es declarado culpable. Tiene mas de noventa procesos pendientes pero los más importantes son: el de fraude financiero y fiscal en Nueva York que será de los primeros en sentenciarse; el del asalto al Congreso el 6 de enero; y, los papeles secretos federales que después de dejar la presidencia ocultó en su casa de Florida. Una encuesta en los estados indecisos mostró que Trump pasó de una ventaja de cuatro puntos sobre Biden, en esos estados, a un déficit de 10 puntos si es declarado culpable, una oscilación masiva de 14 puntos. Esto impediría cualquier oportunidad real para Trump. Pero no está claro cómo se comportarán los independientes, que constituyen aproximadamente el 30% del electorado estadounidense en las elecciones generales si, como sugieren las encuestas, el enfrentamiento finalmente fuera entre Biden y Trump. Con todo, el aparato del partido republicano, que hubiera preferido otro candidato, ha comenzado a apoyarlo.

El argumentario de campaña de Biden se basa en el peligro que Trump podría suponer para la democracia norteamericana y en la evolución favorable de la economía estadounidense. Las debilidades de Trump son claras. Perdió, frente a Nikky Haley, entre los votantes con educación universitaria, entre aquellos que ganan más de 100.000 dólares, entre los que se definen como independientes y moderados. Pero a dónde van estos votantes en una elección general es una cuestión abierta. La exembajadora ante la ONU, Haley, probablemente sería una competidora temible en unas elecciones presidenciales, ya que cuenta con el apoyo de parte del electorado de centro derecha, y el principal argumento contra Biden es la edad.

La masacre en Gaza no terminará hasta que pasen las elecciones norteamericanas. El sionista Netanyahu espera contar de nuevo con el respaldo de Trump, y de su yerno Jared Kushner, si resulta elegido presidente. Joe Biden no pone toda la carne en el asador para frenar al gobierno israelí, por temor a tener en contra, en año electoral, al poderoso lobby judío en Norteamérica. Muy presente en los medios audiovisuales y en las finanzas. Por otra parte, su apoyo al gobierno ultraderechista de Israel le va a hacer perder miles de votos de los árabes norteamericanos.

También Putin observa con esperanza las elecciones norteamericanas. Sin duda se beneficiaría de la elección de Donald Trump. La derecha republicana trumpista está bloqueando actualmente, en el Congreso, la financiación a Ucrania de la guerra frente a Rusia. Zelenski se encuentra en la situación de mayor debilidad desde que empezó la guerra, hasta después de las elecciones presidenciales en USA, salvo la ayuda que puedan prestarle los europeos a partir de junio.

El secretario de Estado norteamericano Blinken ha visitado África este mes, aunque Biden no ha puesto fecha a su anunciada visita. Quienes han reforzado su presencia son rusos, con apoyo militar mercenario, y chinos, con fuertes inversiones económicas. Entre tanto, se consolidan los golpes de estado en Mali, Níger y Burkina Fasso, en África Occidental; sigue en Libia la guerra; y en el Sahel oriental se mantiene en Sudán una cruel guerra civil que ha provocado más de seis millones de desplazados. Franceses, y en general europeos reducen su presencia ante la pasividad de los Estados Unidos.

Las elecciones de 2024 bien podrían depender de si Donald Trump es declarado culpable. Los mayores conflictos, Gaza, Ucrania, y en África, están fuertemente condicionados por las elecciones norteamericanas. Y el resultado sin duda también condicionará la orientación y las alianzas en la futura Comisión Europea.