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Opinión | Tribuna

Cañones de agua contra incendios

Bomberos forestales durante una concentración frente a las Cortes de Castilla y León, a 29 de agosto de 2025, en Valladolid, Castilla y León (España). La protesta se desarrolla bajo el lema,  'Mala gestión ¡Quiñones dimisión!' y coincide con la comparecencia del presidente de la Junta para explicar los trabajos de los incendios que se han producido en la Comunidad este verano. 29 AGOSTO 2025;CONCENTRACIÓN;CORTES;MAÑUECO;INCENDIOS;DIMISIÓN;VALLADOLID;CASTILLA Y LEÓN;ESPAÑA Photogenic/Claudia Alba / Europa Press 29/08/2025. Photogenic/Claudia Alba;

Bomberos forestales durante una concentración frente a las Cortes de Castilla y León, a 29 de agosto de 2025, en Valladolid, Castilla y León (España). La protesta se desarrolla bajo el lema, 'Mala gestión ¡Quiñones dimisión!' y coincide con la comparecencia del presidente de la Junta para explicar los trabajos de los incendios que se han producido en la Comunidad este verano. 29 AGOSTO 2025;CONCENTRACIÓN;CORTES;MAÑUECO;INCENDIOS;DIMISIÓN;VALLADOLID;CASTILLA Y LEÓN;ESPAÑA Photogenic/Claudia Alba / Europa Press 29/08/2025. Photogenic/Claudia Alba; / Photogenic/Claudia Alba / Europa Press

Cerca de 400.000 hectáreas quemadas en España este Verano han determinado que 2025 pase a ser como el peor año en materia de incendios, abriendo ya de una vez por todas el debate de que no se puede mirar hacia otro lado cuando de invertir en sistemas anti incendios se trata, y de actuar desde la prevención para evitar que cuando llegue el calor se quemen nuestros bosques y pueblos. Porque resulta dantesco observar las imágenes de Extremadura, Galicia, Asturias, Castilla León y Madrid (Tres Cantos) con kilómetros y kilómetros ardiendo sin que pudiera cortarse de inmediato su difusión al necesitar de inmediato medios materiales y humanos que con eficacia cortaran el fuego de inmediato.

¿Cómo se han originado estos incendios? Pues de los incendios existentes las cifras estadísticas y estudios inciden en que el 37,9 % de estos son intencionados, 30 % se deben a accidentes y negligencias, 26,7 % a la caída de un rayo y el resto a otras razones, entendiendo que en este último caso se incluye, también, los efectos del excesivo calor en las zonas. De entre ese 37,9 % de los intencionados, el 4,31 % son pirómanos, y el resto por incendiarios, y de las negligencias, el 3,63 % lo son por hogueras y vertidos en brasas, y el 1,93% por imprudencias de fumadores.Hay que matizar, ante ello, que la persona que tiene la intención de provocar un incendio es un incendiario. Y este no es un término que deba utilizarse como sinónimo de pirómano, ya que un pirómano es aquel que padece una tendencia patológica a provocar incendios.

¿Qué se puede hacer, en consecuencia, ante estas situaciones?

Son varias las medidas que se pueden adoptar, y, entre ellas, se puede indicar la creación de cortafuegos en los bosques para evitar la continuidad del fuego con la quema de árboles y matorrales que deben ser cortados con aquellos para evitar el avance del fuego, también el incremento de los medios humanos y materiales en los parques de bomberos y en los guardas forestales para actuar desde la prevención y el control en zonas de bosque donde se puedan producir incendios y estar al tanto del inicio de los mismos así como también la advertencia de la colocación de cámaras de videograbación en zonas puntuales advirtiendo a la ciudadanía de la existencia de cámaras para evitar que aquellos desaprensivos que puedan causar incendios intencionados desistan de su conducta al saberse que están vigilados por las cámaras. La inversión que se haga en este tipo de medidas saldrá muy barata ante el mapa elevadísimo de puntos y focos de incendio que ahora mismo existen en España con causación de graves daños materiales que están asolando a la población.

Pues bien, una medida que, sobre todo, puede ser muy eficaz en las poblaciones cercanas a bosques que puedan ser objeto de incendios, así como en urbanizaciones privadas, es la colocación de cañones de agua y aspersores de gran potencia conectados a la red de agua para que con la potencia que emiten en la salida de agua puedan ser activados de forma continuada para contrarrestar la llegada en este caso del fuego. Esta medida ya ha sido puesta en marcha por el Ayuntamiento de Valencia que tiene instalados, nada menos, que ocho cañones de agua en el parque natural de la Devesa de El Saler para humedecer la zona forestal y evitar los incendios. Se dice que estos cañones de agua con capaces de lanzar 2.966 litros de agua por minuto. Con ello, esta medida de la instalación de “cañones de agua” y de potentes aspersores en edificios cercanos a zonas forestales y en comunidades de propietarios en sus alrededores cuando exista cercanía a zonas forestales sería una medida preventiva muy eficaz que habría que considerar seriamente para invertir en ello.

Por ello, esta idea de colocar “cañones de agua” y aspersores de elevada potencia en zonas concretas donde puede existir el riesgo por la proliferación del fuego puede ser una buena medida de carácter preventivo para evitar los perniciosos efectos que los incendios han causado.

Siempre se ha dicho que actuar desde la prevención es la mejor forma de luchar contra muchos fenómenos, siendo la inversión en esta medida de “cañones de agua públicos o privados” en urbanizaciones y edificios cercanos a zonas de bosque, una medida eficaz para actuar frente a los posibles incendios que se puedan producir. También podría ser eficaz la inserción de estos cañones de agua y aspersores en zonas cercanas a las localidades que pueden quedar afectadas por los incendios para que se actúe mucho antes del acceso a las ciudades para cortar los incendios de forma muy temprana y evitar la llegada del fuego a los núcleos urbanos.

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