El cargo de Ángel Franco más allá del PSOE: cónsul honorífico de Georgia en España

El socialista fue designado en 2021 por la república como representante tras contactar con la asociación de georgianos en Alicante

Le sucedió en el puesto Víctor de Aldama, una pieza clave en el «caso Koldo»

El histórico dirigente socialista Ángel Franco, en un acto en Alicante

El histórico dirigente socialista Ángel Franco, en un acto en Alicante / Rafa Arjones

Borja Campoy

Borja Campoy

Y también cónsul honorífico de Georgia en España desde Alicante. Antes de que el luchador Ilia Topuria pusiera de actualidad la relación entre la provincia y la exrepública soviética, Ángel Franco ya había hecho por unir ambos territorios. Su extensa trayectoria política también le ha servido para ocupar en España un cargo diplomático en representación de la nación al este de Europa. El histórico dirigente socialista acabó como cónsul tras entablar contacto con la asociación de georgianos en la provincia alicantina. Franco reconoce que incluso consiguió que una decena de ciudadanos de este país se afiliaran al PSOE y participaran en actos organizados por la agrupación alicantina.

El propio Franco relata, a preguntas de este diario, que tras su acercamiento a la asociación de georgianos mantuvo una serie de encuentros con el cónsul de Georgia en España, cuya residencia se encuentra en Barcelona, y con un viceministro del país. Tras aquellas reuniones, y un posterior viaje a territorio georgiano, llegó la propuesta para su nombramiento como cónsul honorífico. Así figura en el listado consular del Gobierno de España, en el que se refleja que su nombramiento tuvo lugar el 15 de julio de 2021. Esta información ha sido desvelada por el medio digital The Objective, en un artículo en la que se señala que otro cónsul honorífico de Georgia era Víctor de Aldama, el empresario y presidente del Zamora Club de Fútbol que se ha destapado como una de las piezas claves del «caso Koldo», cuyo nombramiento tuvo lugar el 16 de junio de 2021, es decir, sólo un mes antes que el exsenador.

Ni Franco ni De Aldama aparecen ya en el listado consular del Gobierno, cuya última actualización se acaba de realizar, ya que tuvo lugar el pasado lunes. No figura que haya un cónsul georgiano en Alicante pero sí que aparece una referencia a Zamora, aunque no existe rastro de los datos de De Aldama. En listados anteriores sí que aparece que la sede de la misión georgiana en la que Franco era el jefe se ubicaba en el número 1 de la calle París, situada en el centro de Alicante. Eso sí, no aparecen otros datos, como teléfono de contacto, correo electrónico, redes sociales u horarios de atención. «Es que no llegué a ejercer como cónsul. Fue un nombramiento formal, pero nunca llegó a ser real. De hecho, al año siguiente presenté mi renuncia», asegura Franco, visiblemente molestó por que esta noticia se haya desvelado a las puertas de que este viernes comience el Congreso extraordinario que el PSPV celebra en la localidad castellonense de Benicàssim, del que Diana Morant saldrá como nueva líder de la federación valenciana y en la que el exsenador aspira a jugarse una presencia destacada de sus afines en la Ejecutiva. Incluso, no se descarta que el propio Franco forme parte del equipo de Morant, ya que desde el entorno de la ministra se ha anunciado esta semana que no existe un veto contra el exsenador, que en una entrevista en este diario se ofreció a formar parte de la nueva dirección como «pareja» de Morant. Pero más aún que el momento en el que se ha dado a conocer su anterior cargo de cónsul, al histórico dirigente le preocupa que su nombre aparece en el mismo documento que el de De Aldama, ya que no quiere que se le vincule bajo ningún concepto con el «caso Koldo», protagonizado por el que fuera asesor del exministro socialista José Luis Ábalos y que ha agitado el panorama político español durante las últimas semanas.

Orígenes

El propio Franco rememora el origen de su vínculo con los ciudadanos georgianos que residen en Alicante. «Yo tenía buena relación con su asociación e hice mucho por ayudarlos con sus problemas económicos o de integración social. Por aquí venía de vez en cuando el cónsul que estaba en Barcelona y una vez apareció acompañado por un viceministro, que fue el que me propuso representarles», recuerda. El exsenador asegura, y así lo confirman los documentos del Gobierno, que su nombramiento se produjo en plena pandemia. «Pero nunca ejercí. Acabé renunciando porque no tenía fuerzas para desempeñar esta actividad», continúa, ya que su cabeza estaba centrada en el control de la agrupación socialista de la ciudad de Alicante, algo que lleva haciendo desde hace décadas. 

Sobre la relación que mantenía con la comunidad georgiana en la capital alicantina, que afirma que se inició en 2017, sostiene que nunca ha perdido el contacto con ella, mientras que de la decena de ciudadanos que llegaron afiliarse al PSOE indica que la mitad de ellos siguen vinculados al partido en la actualidad. Por último, indica que no iba a recibir ninguna remuneración como cónsul, ya que era algo «voluntario».

Un viaje para estar presente en los actos por el centenario

Al margen de entablar una estrecha relación con su comunidad en Alicante, el vínculo de Ángel Franco con Georgia fue más allá. Prueba de ello es que, en 2018, tres años antes de que le nombraran cónsul honorífico, el histórico dirigente socialista viajó hasta el país para estar presente en los actos con los que se conmemoró el centenario de su declaración de independencia y la proclamación de la primera república, que duró sólo dos años, hasta la entrada en el país del Ejército Rojo en 1921, y su inmediata adhesión a la URSS. «Me trataron muy bien», recuerda.