Psicología

¿Felices para siempre?: aumenta el número de parejas que acuden a terapia

Crece el número de parejas, incluso entre los más jóvenes, que acuden a terapia para intentar solucionar sus conflictos o el desgaste de su relación

Una pareja tras una discusión.

Una pareja tras una discusión. / Pexels

M. González

La crianza, la rutina, las tiranteces del día a día, incluso una infidelidad, son motivos que hacen peligrar eso del “felices para siempre”. Cada vez son más las parejas que deciden acudir a terapia, un proceso dirigido por un psicólogo experto, en busca de herramientas útiles para resolver sus conflictos.

Y lejos de esa visión de que se trata de algo que se ve en las películas o en las series, cada vez empieza ser más común que las parejas vean en la terapia una vía para cerrar las grietas que van minando la estabilidad de su relación.

“Antes la terapia de pareja se veía más como algo típico de las películas, pero lo cierto es que cada vez más personas acuden”, indica Camino Rodríguez, psicóloga sanitaria, sexóloga y terapeuta EMDR. “Lo habitual”, prosigue, “es que sea uno de los dos el que dé el paso y también que lleven ya un tiempo planteándoselo antes de decidirse”.

“Cada vez son más las parejas que piden ayuda profesional cuando no son capaces de resolver sus problemas”, corrobora Vanesa Hernández Santos, CEO de Norba Psicólogos. “Los motivos son muy diversos, pero el factor común es el desgaste en la relación, bien por nacimiento y crianza de hijos, problemas familiares o laborales, infidelidad o conflictos sin resolver”, puntualiza.

Camino Rodríguez, por su parte, señala tres motivos principales. “Infidelidad, mala convivencia y dificultades en el plano sexual”, pero, obviamente, “no están separados”: “Si en el plano afectivo estamos mal, la sexualidad suele estar afectada”.

Roberto Antón Santiago, presidente de la Asociación de Terapia Familiar e Mediación de Galicia (ATFMG) y profesor titular de la Universidad Internacional de Valencia, también coincide en que “cada vez es más frecuente que las parejas acudan a terapia para intentar resolver sus dificultades de relación; la mayor parte de las demandas de ayuda en este sentido tienen relación con problemas de confianza en la otra persona”.

“Las relaciones de pareja son”, a su modo de ver, “una fuente de equilibrio cuando van bien, pero llegan a desestabilizarnos emocionalmente cuando no estamos pasando un buen momento, por eso es habitual y natural que las personas pidan ayuda cuando surgen discrepancias en estas relaciones tan importantes en nuestras vidas”. “Los problemas de confianza pueden aflorar por distintas vías: celos, control, inhibición de ciertas conductas para no provocar a la otra persona, infidelidades, problemas de comunicación… Cuando aparecen suelen socavar la relación y ponerla en peligro”, indica, al tiempo que subraya que “otras situaciones frecuentes tienen que ver con las dificultades para manejar los conflictos”.

“Hoy en día existe menos reparo a acudir a terapia, hay más conocimiento sobre sus beneficios y confían más en que un profesional les pueda ayudar. Además, en los últimos años son cada vez más jóvenes las parejas que solicitan este servicio”, subraya Vanesa Hernández. Roberto Antón coincide: “En la actualidad es más natural y está más normalizado. Creo que tiene que ver con los resultados que se pueden obtener con estos tratamientos, ya que en un breve espacio de tiempo y en pocas sesiones se pueden obtener resultados y desatascar situaciones que, a priori, parecían irresolubles”.

¿Cómo funcionan este tipo de terapias? “En primer lugar, se hace una valoración de la pareja, qué dificultades tienen en el momento actual y cuáles han sido los motivos que les han hecho pedir ayuda. También es importante explorar la historia de la pareja, qué problemas han superado, cómo lo han hecho, qué recursos tienen para afrontar situaciones complicadas. Muchas veces, detrás del malestar presente se arrastran resentimientos por situaciones del pasado que quedaron sin resolver. En las sesiones de terapia se abre un espacio donde pueden expresarse libremente y en el que se fomenta una comunicación sana, aspectos que, junto a la guía del terapeuta, les permita llevar la relación de pareja al punto que desean”, dice la CEO de Norba Psicólogos.

“La actuación es personalizada, pero lo más habitual tiene que ver con abordar procesos de negociación”, describe Roberto Antón. “Estar en una relación no es sencillo porque estamos en cambio permanente y lo que en el pasado funcionaba quizás no funcione en el momento actual porque cada uno de los integrantes cambia y plantea unas necesidades únicas y diferentes, por eso es necesario tener flexibilidad y entender que las relaciones cambian porque cambian las personas que la conforman”, sostiene: “La clave está en tratar de llegar a posibles soluciones donde los distintos integrantes se sientan cómodos. En ocasiones quizás tenga que ceder una parte y, en otras, la otra; pero los avances en ese proceso son una de las claves del éxito”.

Camino Rodríguez tiene una primera sesión con los dos integrantes de la pareja para, a continuación, “citar por separado a cada uno”. Después, se establece “si la terapia es viable o no”. En la terapia, “aunque hacemos un poco esa función de mediación, no hacemos el papel de juez”, subraya.

“Son cada vez más jóvenes las parejas que solicitan este servicio”

Vanesa Hernández

— CEO de Norba Psicólogos

“Lo más habitual tiene que ver con abordar procesos de negociación”

Roberto Antón

— Psicólogo y profesor universitario

“Aunque hagamos un poco esa función de mediador, no hacemos la función de juez”

Camino Rodríguez

— Psicóloga y sexóloga

“Por desgracia, y es una impresión común entre los terapeutas de pareja, algunas parejas llegan tarde a la terapia y finalmente deciden romper la relación”, dice Vanesa Hernández. “El éxito de la terapia reside en la implicación de ambas partes y en que los dos miembros de la pareja sean conscientes de que hay un problema y que ambos quieran hacer algo al respecto”.

“A veces hay parejas que llegan a terapia como último intento de salvar la relación y ahí es muy complicado porque llevan mucho tiempo, incluso años, arrastrando problemas”, afirma Camino Rodríguez.

“En la mayoría de los casos es la propia pareja la que resuelve sus dificultades y esta es la situación ideal, pero cuando algo se estanca o se atasca, quizás una mirada de otra persona ajena pueda ayudar y señale alternativas que resulten útiles”, puntualiza Roberto Antón Santiago.

En el caso de que no funcione, “la terapia de pareja también sirve para llevar a cabo una separación sana, especialmente si hay hijos. Al contrario de lo que se pueda pensar, se trata de un proceso muy liberador para ambas partes, que les permite cerrar esta etapa de sus vidas libres de heridas abiertas y resentimientos”, dice Vanesa Hernández. Aquí, Roberto Antón destaca que “resulta interesante apoyar a las parejas en este tipo de situaciones, porque tras la ruptura emocional resulta complejo continuar teniendo contacto, y se debería evitar utilizar a los hijos como las armas arrojadizas cuando el conflicto, si es que existe, debería dirimirse entre los adultos”.

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