Palacio del Marqués de Rafal de Orihuela: inaccesible, con daños estructurales y repleto de humedades

Forjados que ceden y se están hundiendo, grietas y fisuras en muros de carga con patologías por determinar, humedades que trepan hasta los dos metros de altura a largo de la fachada y en todas las estancias de la planta baja, una instalación eléctrica totalmente obsoleta y un edificio inaccesible por los cuatro costados a cualquier intento de atención al público. Es lo que han encontrado los técnicos de la Generalitat en su evaluación del estado de conservación del Palacio del Marqués de Rafal de Orihuela y de las medidas necesarias para mantenerlo en pie.

Señalan, en primer lugar, que el vetusto edificio requiere una auditoría de sus elementos estructurales, entre ellos, los muros de carga. En sintonía con ese diagnóstico el edificio está cerrado a cal y canto desde hace meses. Por algunos salones de su planta noble acumulan polvo los esquemas y documentación explicativa de los proyectos previstos del Plan Vega Renhace, que contaba con su sede en este edificio oriolano y una olvidada exposición de réplicas de escudos de la Generalitat Valenciana.

El anterior Consell desembolsó 2,4 millones de euros por el inmueble, ejemplo de palacio nobiliario levantado en el siglo XVIII, y su archivo en diciembre de 2021. Se lo compró a la familia, que llevaba años intentando su venta por más del doble. Su adquisición permitió que Orihuela y la comarca de la Vega Baja contara con una flamante sede de la Generalitat, única fuera de las capitales de provincia en toda la Comunidad Valenciana. Este valioso patrimonio arquitectónico se salvó en ese momento de la ruina total pero el inmueble va a necesitar un esfuerzo inversor muy importante: al menos cinco millones de euros, cuatro de ellos solo en la rehabilitación del edificio, para que el espacio, ubicado también entre palacios como el del Marqués del Barón de la Linde, de los Condes de Luna (Hotel Tudemir), el Episcopal, el del Marqués de Arneva (sede el Ayuntamiento) o el del Conde la Granja, en el centro histórico de Orihuela, pueda tener un uso público definido. Un presupuesto de cuatro millones de euros -impuestos incluidos- que es solo una estimación porque las catas y estudios previos a la redacción de un proyecto de rehabilitación pueden dejar ver que las deficiencias sean más numerosas.

Con la entrada del nuevo Consell presidido por Carlos Mazón se encargó al departamento de Coordinación y Conservación de Edificios de la Presidencia la redacción de un informe al objeto de describir su actual situación al que ha tenido acceso INFORMACIÓN. En el mismo se incluye una estimación aproximada de costes de las posibles intervenciones para su adecuación a la actual normativa y su uso futuro.

Mazón, que también ha solicitado un informe a la Abogacía de la Generalitat sobre cómo se llevó a cabo la adquisición teniendo en cuenta el estado de la propiedad, señaló en una reciente visita a Orihuela que la Generalitat reserva ese presupuesto de cinco millones para que el edificio sea sede de la Casa del Agua y la Casa del Limón. El palacio cuenta con protección integral en el Plan de Ordenación y Protección del Centro Histórico de Orihuela (Peocho) desde 1994. Si se quiere intervenir a fondo habrá que hacerlo, además, con las limitaciones que permitan no desvirtuar su valor patrimonial.

De la espectacularidad del inmueble no solo hablan los siglos. Cuenta con 790 metros cuadrados de parcela y una superficie construida de 1.607 metros cuadrados. Planta baja, primera y segunda planta y azotea.

Aunque data del siglo XVIII, las distintas reformas y actuaciones de reparación también marcan su intrahistoria. Sus estancias se distribuyen por trece salones, ocho baños, una gran biblioteca, trece dormitorios, una vivienda para el servicio y dos cocinas, además de cocheras, almacenes, trasteros, despachos y jardines y un gran vestíbulo en el acceso principal.

La humedad, sin embargo, cubre ahora cada rincón, pese a su parcheo, como antesala a lo que fue la sede del abandonado Plan Renhace. Una buena metáfora. Da igual en la estancia en la que uno se encuentre, siempre hay una puerta que da a otra. Los 16 balcones y las 11 ventanas del céntrico edificio están sin abrirse desde hace meses porque los técnicos no vieron nada claro que con esas condiciones se le pudiera dar cualquier uso, aunque fuera sin atención al público.

Auditoría

En el diagnóstico realizado, además del presupuesto a invertir mínimo de cuatro millones, se anticipa que la Generalitat va a realizar una auditoría para analizar el estado de conservación de los elementos estructurales, tanto de los muros de fábrica de ladrillo, como de los forjados de madera entre plantas. En función del resultado, se decidirá qué elementos sustituir y reforzar de los forjados para garantizar el soporte de las cargas mínimas requeridas en función del uso al que se destine finalmente el edificio.

Adaptación a la normativa

Como primer análisis genérico el mismo documento señala que se aprecian afecciones y carencias que «habría que resolver para adaptarlo a la normativa actual y, al mismo tiempo, evitar el progresivo deterioro y envejecimiento» de un edificio que no se ha rehabilitado ni modernizado en los últimos cuarenta años, más allá de la habilitación de varias dependencias como despachos para el desarrollo del Plan Vega Renhace.

Forjados y muros

Los técnicos advierten de la presencia de numerosas grietas y fisuras en muros de carga «de diversa consideración» por lo que aconsejan que se realicen catas para determinar el grado de las patologías y sus causas, así como la «necesidad de realizar recalces en las cimentaciones de las zonas afectadas». Se han detectado «flechas de consideración en los forjados de plantas, que están bastante extendidas en múltiples zonas»: los forjados que separan una planta de otra están combados y deformados.

Así se encuentra el Palacio del Marqués de Rafal de Orihuela.

Humedades

En el exterior, por su parte, la principal afección detectada es la «patente humedad de todos los elementos constructivos que se encuentran en contacto con el terreno». Están prácticamente en todos los muros de planta baja y en los suelos, las fachadas y los muros medianeros, tanto los que separan propiedades del palacio, como los que recaen directamente al exterior, además de las cubiertas. Como es lógico, debido a su antigüedad, carece de aislamientos térmicos. Un problema que afecta a la habitabilidad y confortabilidad de todo el edificio.

Instalación eléctrica

Tanto la instalación eléctrica general del edificio como su iluminación artificial están completamente obsoletas y no reúnen las condiciones mínimas necesarias para un uso normal, considerando las potencias de consumo lógicas para un edificio de esta envergadura. Solo se actualizó parte de la instalación eléctrica en algunas zonas cuando se adecuaron ciertas dependencias para dotarlas de capacidad mínima para su habilitación como despachos para el desarrollo del Plan Vega Renhace. Aunque la acometida y contrato de suministro eléctrico existentes no cubren las necesidades del edificio actual.

Ascensores y accesibilidad

El edificio carece de ascensores para la comunicación vertical entre plantas. Presenta múltiples discontinuidades, resaltos y escalones en todas las plantas del edificio que se emplean para salvar las diferentes cotas o rasantes existentes en forjados y soleras, lo que lo hace totalmente inaccesible a la concurrencia de público. Por ello, si se rehabilita, se deberán resolver estas barreras arquitectónicas adecuándolo a la normativa actual. Queda mucho por hacer.