Así está la situación en el IES Enric Valor de El Campello: crónica de unas obras paradas desde verano

Miembros del AMPA reclaman al Ayuntamiento un gesto mayor que la resolución del contrato con la empresa adjudicataria de unas obras paralizadas desde hace meses

La comunidad educativa pide iniciar ya el proceso para trasladar las aulas prefabricadas a una calle que será anexionada por el centro

Aspecto que presenta el entorno del IES Enric Valor de El Campello, con las obras paradas.

Aspecto que presenta el entorno del IES Enric Valor de El Campello, con las obras paradas. / INFORMACIÓN

Se acerca el desenlace (o mejor dicho, el capítulo final de la temporada) de uno de los grandes culebrones de El Campello. El Ayuntamiento prevé resolver el contrato con la empresa responsable de las obras del IES Enric Valor, que se detuvieron el pasado verano. A priori, el divorcio entre ambas partes se consumará este jueves en un pleno extraordinario.

Esta sesión servirá para someter a votación la decisión de finalizar la relación con la compañía asignada para acometer un proyecto que el Consistorio licitó por 7,8 millones de euros en 2022. Casi dos años después, se podría decir que nada ha cambiado. Pero lo cierto es que el instituto está peor ahora que antes. Esa al menos es la idea que transmiten desde el AMPA, que definen la situación actual como "muy lamentable". Y es que en lo referente a las obras, ha sido peor el remedio que la enfermedad, ya que los trabajos de ampliación obligaron a recortar la dimensión del patio y a llevar las aulas prefabricadas, que ya estaban presentes antes del inicio de las actuaciones, a unas pistas que, como es fácil de deducir, han quedado inservibles, ya que no hay espacio para la actividad deportiva.

El equipo de gobierno es conocedor de estas circunstancias, por lo que hace semanas hizo pública una medida extraordinaria. El Ayuntamiento cortará el tráfico en la calle Alcalde Vicente Boix Giner, colindante al centro y que será acondicionada para acoger los barracones. La solución, que afectará a una vía sin salida -lo que técnicamente se conoce como fondo de saco-, fue proclamada por la corporación a finales de febrero, aunque padres de los alumnos recuerdan que fueron ellos quienes la propusieron en una reunión con Alcaldía que se celebró el 15 de enero.

Ultimátum al Ayuntamiento

Han pasado casi dos meses desde entonces y miembros del AMPA advierten que el pleno extraordinario será un "ultimátum" de la comunidad educativa al Ayuntamiento. A los integrantes de la asociación no les vale solo con la rescisión de un contrato que a su juicio, se debería haber resuelto mucho antes si se hubieran realizado inspecciones a tiempo. Por ello, aunque agradecen las "buenas palabras" y la "buena voluntad" del Consistorio, piden llevar estas buenas intenciones a "negro sobre blanco". O lo que es lo mismo, confirmar actuaciones, fechas de ejecución, plazos y "que todo quede escrito en un papel".

Las familias están ya cansadas de las muestras de cariño y de los repetitivos mensajes de "estamos con vosotros" y quieren que todo esto se traduzca en un "qué, cuándo, dónde, por qué y a qué hora". "Los trámites burocráticos se superan voluntad política", remarcan desde el AMPA, en alusión a la defensa esgrimida por parte del Ayuntamiento, que se justifica en que no tiene potestad en este asunto. Y lo cierto es que el Consistorio no es responsable de las obras del centro, sufragadas por el Plan Edificant de la Generalitat, pero sí de la solución propuesta para parchear la paralización de las mismas.

Miembros de la comunidad educativa explican que la calle que se va a anexar está junto a una parada del TRAM, cuyo paso no se puede obstruir. Detalles como este deberían aparecer ya en informes -que ya existen, según apuntan fuentes municipales- que serían el paso previo a una actuación que el AMPA considera sencilla: instalar una grúa para mover las aulas prefabricadas del interior del centro a la calle que será adherida.

Malos olores en los aseos

Pese a todo, estos barracones no son la única problemática que arrastra el instituto. Sus aseos presentan malos olores y un estado deplorable, con algunas cisternas fuera de servicio. Ante este panorama, representantes de la comunidad educativa exigen "mejoras a corto plazo" que permitan aliviar la situación que sufre un centro que, aunque no sea competencia del Ayuntamiento, sí implica a cerca de 2.000 personas que viven en El Campello.

Este número representa tanto a los alumnos (actualmente 680 jóvenes cursan sus estudios en un espacio que fue diseñado para acoger a 450 alumnos) como a sus familias, víctimas indirectas de un serial que no tiene fin. Por este motivo, son ya varias (entre 20 y 30) las que se están planteando cambiar de instituto a sus hijos. Así lo aseguran miembros del AMPA, que informan que también hay docentes que están a la espera de un concurso público para cambiar de lugar de trabajo.

Estado que presenta uno de los aseos del instituto.

Estado que presenta uno de los aseos del instituto. / INFORMACIÓN

Anuncian protestas

Los profesores son otros de los miembros que aparecen en el tablero de una partida que se está alargando demasiado. Lo único que se puede hacer es esperar a que el Ayuntamiento mueva ficha en el próximo pleno extraordinario. Si el movimiento se limita a la resolución del contrato con la empresa adjudicataria, la comunidad educativa ya avisa que ellos responderán con actos de concentración y protestas. Sin ir más lejos, para la tarde del mismo jueves está convococado un consejo escolar, también de carácter extraordinario, al que asistirá el concejal de Educación y en el que se prevé que se aborden nuevas soluciones para el futuro más próximo del instituto, escenario de un conflicto cuyo desenlace definitivo está todavía lejos.

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