La diferencia en el precio de los billetes del AVE Alicante-Madrid en función de si la llegada es la estación de Chamartín o la de Atocha ha llamado la atención de muchos viajeros. El coste puede rondar una media de 40 euros menos si el trayecto finaliza en Chamartín en lugar de hacerlo en Atocha. Como ya se publicó ayer, únicamente cuatro trenes AVE con origen y destino en Orihuela que paran en Alicante, en Elche y en Villena (dos por sentido) mantendrán a partir de ahora la cabecera en la céntrica estación madrileña de Atocha, tras hacerse efectivo el pasado martes 13 el traslado de las operaciones de la Alta Velocidad a la estación de Chamartín. Una terminal que supone un trastorno para la mayoría de los viajeros a Madrid ya que, en su mayor parte, acuden al centro. Esto es a la Puerta del Sol donde se encuentra la estación de Atocha.

Renfe asegura, sin embargo, que no se ha aplicado ni se contempla aplicar ningún tipo de cambio en la política tarifaria desde julio de 2021. "La tarifa es exactamente la misma que había antes. Lo único que ha cambiado es la cabecera de los trenes de Alta Velocidad de la línea Alicante-Madrid. Nada más que eso", se insiste en afirmar desde la compañía puntualizando que "el precio del billete es dinámico y flexible, se adapta a la oferta y la demanda, y depende de muchos factores: el tipo de tren, el día, el horario, las condiciones del viaje, entre otras, pero los precios de los billetes AVE entre Alicante y Madrid no sufren cambio en función de que el tren vaya a Chamartín o Atocha".

Este diario ha podido comprobar este miércoles, consultando la propia web de Renfe, que tomar en la ciudad Alicante, el próximo viernes 16 a las 12.32 horas, el AVE que tiene parada en Atocha cuenta con billetes que oscilan entre los 103,80 y 164,90 euros. Sin embargo coger en Alicante, el mismo viernes a las 9.50 horas, el AVE que tiene la llegada en Chamartín ofrece billetes que van desde los 69,20 a los 93,30 euros. En este caso concreto, acabar el viaje en Chamartín resulta entre 34 y 81 euros más barato que hacerlo en Atocha.

Es más, un pasajero del AVE a Madrid ha relatado que la semana pasada el vendedor de billetes de la estación en Alicante ya le informó de que tendría que pagar 12,50 euros más si optaba por bajarse del tren en la estación de Atocha y no en la de Chamartín.

Sin embargo desde Renfe se insiste en que el sistema de tarifas y clases de sus servicios comerciales -Ave y Larga Distancia- ofrecen a los clientes la posibilidad de comprar sus billetes "a la carta". La nueva estructura comercial ha eliminado las tradicionales tarifas y clases, con el objetivo de mejorar la oferta y hacerla más competitiva, y con mejores precios. "Se parte de una tarifa general, por ejemplo en la clase estándar de 69,20 euros para el trayecto Madrid-Alicante, y sobre la misma se pueden realizar descuentos de hasta el 80%", por lo que la tarifa más baja estaría en 13,84 euros tal y como se apunta desde Renfe. 

Los pasajeros consultados confirman que hay ofertas y si se compra un billete con varios meses de antelación puede costar entre 20 y 30 euros. Pero en estos casos no hay opción a la devolución del dinero si finalmente el usuario no realiza el viaje. Para garantizarse esa alternativa hay que comprar billetes de 60 euros mínimo. "Antes no era así. Hasta hace un año más o menos había otras condiciones mucho más beneficiosas. De hecho -comenta una usuaria frecuente del AVE Madrid-Alicante- yo he llegado a cambiar un billete barato hasta tres veces sin penalizar y ahora eso con un billete normal ya no se puede hacer, y encima te puede costar de 50 a 60 euros".

Lo cierto es que el incremento del precio del viaje y la pérdida de ventajas en la devolución del dinero ha generado muchas quejas durante este verano.

El Consell está en contra

Las razones esgrimidas por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para justificar el cambio de la estación de Atocha a Chamartín en el AVE Alicante-Madrid no convencen a la clase política, al empresariado ni a la inmensa mayoría de los viajeros alicantinos.

Desde la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad se vuelve a mostrar un "total rechazo" con la medida implantada por Adif. "Lo primero es que estamos claramente en contra de esta decisión. Por eso desde el primer momento, cuando fuimos conocedores del cambio de Atocha por Chamartín, nos pusimos en contacto con los responsables de Adif y del Ministerio y empezamos una negociación", indica la consellera Rebeca Torró, añadiendo que "después de esa negociación hemos conseguido darle la vuelta a la situación inicial. Partíamos de que llegarían cero trenes a Atocha y ahora llegan cuatro trenes. Y que llegara algún tren a Atocha era algo que no se había contemplado inicialmente", puntualiza.

Tras su fracaso, ahora dicen desde el Gobierno valenciano que la decisión de cambiar Atocha por Chamartín se ha tomado "por motivos puramente técnicos con carácter temporal" ya que, en el futuro, los trenes harán parada en las dos estaciones.

"En todo caso vamos a seguir reclamando que esta situación mejore", ha señalado por último la consellera sin querer entrar en más detalles.

Agravio comparativo

Mientras València mantiene todas las frecuencias con parada en Atocha, incluyendo el Avlo de bajo coste, la ciudad de Alicante las pierde y, además, los dos trenes AVE diarios que podrán tomar los viajeros para acudir a Atocha vendrán precedidos de dos paradas en Orihuela y Elche y una posterior en Villena. Conclusión: se alarga el trayecto en un cuarto de hora y los dos trenes que llegan a Atocha pierden la competitividad que tenían hasta la fecha. Fundamentalmente porque realizan muchas paradas, con el consiguiente retraso, y porque tienen horarios que impiden realizar gestiones en la capital a primera hora de la mañana para regresar el mismo día por la noche. Precisamente lo que más necesita el sector empresarial y profesional de la provincia.

El testimonio ofrecido en el «día cero» por un alicantino que acude semanalmente a Madrid en el AVE es especialmente clarificador: «He tardado en llegar a Chamartín 2 horas y 32 minutos. Hasta ayer llegaba a Atocha en 2 horas y 16 minutos. Y luego para llegar de Chamartín a Puerta del Sol entre que bajas y coges el metro otros 16 minutos más. En resumen -concluye el viajero- media hora más que la semana pasada». Esa es la diferencia en tiempo real entre parar en Atocha o parar en Chamartín si el destino es el centro.

Otro palo en la rueda al que hay que añadir el encarecimiento del itinerario. Entre 15 y 20 euros cuesta un taxi en función del tráfico. Tres euros -ida y vuelta- vale el billete del metro o del bus. Aunque, eso sí, con margen de espera cabe la posibilidad de cubrir el trayecto, de forma gratuita, con los trenes de Cercanías que conectan las dos estaciones en 9 minutos, según puntualiza Renfe.

Dos millones de pasajeros

Lo cierto es que los dos millones de pasajeros que se mueven anualmente entre Alicante y Madrid deberán después de llegar a Chamartín coger otro medio de transporte para acercarse al entorno de la Puerta el Sol, donde se concentra gran parte de la actividad económica, política y turística de la capital de España. Hacerlo a pie supone casi hora y media.

Un nuevo agravio comparativo para los alicantinos teniendo en cuenta que los AVE de València siguen operando en Atocha, a pesar de las obras a las que se alude desde el Gobierno central para justificar una actuación que vuelve a marginar la línea Alicante-Madrid, la segunda de Alta Velocidad más rentable de España solo por detrás de Málaga.

Como ya se ha publicado, Adif motiva la decisión de modificar la cabecera en el incremento de la oferta por la liberalización de estos servicios mientras se avanza en la configuración de la red en Madrid: el túnel Atocha-Chamartín, ya operativo, las nuevas estaciones de Chamartín y la pasante de Atocha; en la carga de viajes que hay actualmente; en que los trayectos con el norte de España se recortarán en duración; y en que Chamartín es un punto que viene bien a empresarios y turistas de negocios dado que la zona norte de Madrid aglutina al sector financiero. Sin embargo para el turismo de la Costa Blanca es un mazazo porque golpea al principal granero de visitantes madrileños que, precisamente, se genera en el sur de la capital y en la propia Comunidad. El 60% del total del mercado nacional de la Costa Blanca es madrileño y de este porcentaje el 80% reside en el sur y suroeste. En total, unas 700.000 personas al año que, a partir de ahora, tendrán que desplazarse al norte de la capital para coger el tren con el que desplazarse a Alicante, lo que encarece y hace el desplazamiento más incómodo al generar un viaje extra a Chamartín de llegada y de salida.

En definitiva, la decisión del Ministerio de Transportes a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) supone un nuevo revés para los intereses económicos y turísticos de Alicante como ya ha ocurrido, en fechas recientes, al quedarse fuera del plan de rebaja del 50% de los precios en la Alta Velocidad, así como con el retraso en la implantación de los AVE low cost con destino a Madrid hasta el primer semestre de 2023. Nueve meses en el mejor de los casos y con el agravio comparativo de que la operadora Ouigo iniciará en octubre la conexión de València con la capital de España.