La Variante de Torrellano: 20 años de la promesa interminable

Se cumplen dos décadas de la firma del convenio para la remodelación de la red arterial ferroviaria de la ciudad de Alicante con escasos avances, todos relacionados con el proyecto y ninguno con las obras

Una de las últimas protestas para la retirada de las vías de la costa de Alicante.

Una de las últimas protestas para la retirada de las vías de la costa de Alicante. / Manuel R. Sala

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Veinte años han pasado del beso de Madonna y Britney Spears, de la primera emisión de "Aquí no hay quien viva", de la muerte de la oveja Dolly... Y de la firma del convenio que prometía desarrollar la Variante de Torrellano. "Que veinte años no es nada", cantaba Gardel. Aunque, en este caso, para algunos pueda ser toda una vida, como para la activista Greta Thunberg, que nació en 2003.

Hace dos décadas, Álvarez-Cascos, entonces ministro de Fomento; José Joaquín Ripoll, vicepresidente de la Generalitat, y Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante, suscribieron junto a Miguel Corsini, presidente de Renfe, y Ramón Escribano, del GIF, el Convenio para la Remodelación de la Red Arterial Ferroviaria de la ciudad Alicante.

Un escueto documento, de menos de cuatro páginas, que plasmaba la intención de los dirigentes del momento para ejecutar la Variante de Torrellano y conectar el aeropuerto de Alicante-Elche por vía ferroviaria.

Los objetivos que se marcaron entonces fueron, fundamentalmente, cuatro: incorporar la alta velocidad "Madrid-Levante" al área de Alicante; transformar la estación de Renfe en una intermodal que permitiese el intercambio con los diferentes medios de transporte; la eliminación de la inversión de la marcha en San Gabriel y la retirada de vías de la costa y, por último, la intensificación de los servicios de cercanías.

Cuatro puntos que -pese a que se redactaron hace veinte años- representan, aún a día de hoy, una de las principales reivindicaciones en materia ferroviaria no solo de la ciudad, sino de toda la provincia, que los vecinos llevan defendiendo de manera incesante pese al paso de los años (y de las administraciones).

Pese a que la promesa inicial fue rubricada por gobernantes del Partido Popular, el Gobierno del Botànic también hizo suya la propuesta cuando, en el año 2019, Ximo Puig firmó la adenda de modificación del citado convenio, con la que se buscaba "perseguir una mejora en la eficiencia de la gestión pública". Un acuerdo en el que también plasmaron su nombre el actual alcalde, Luis Barcala; la exsecretaria de Estado de Transporte, Isabel Pardo de Vera; Isaías Táboas, entonces presidente de Renfe; y Francisco Javier Martínez, director general de Avant.

Avances de papel

Un cambio de actores que tampoco ha supuesto avance alguno en cuanto a las obras, aunque sí respecto a los proyectos.

Las únicas novedades que se han producido en los últimos años en cuanto a la infraestructura ferroviaria han tenido que ver con la parte técnica y documental de la actuación, nunca con los trabajos de construcción.

El último de los trámites se ha producido esta misma semana: el viernes, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) aprobaba provisionalmente el estudio informativo complementario del proyecto de remodelación de la Red Arterial Ferroviaria de Alicante, abriendo el periodo de alegaciones para la Variante de Torrellano.

Del proyecto constructivo, eso sí, no se sabrá nada hasta 2026, ya que el MITMA adjudicó su redacción por un total de 2.478.518,76 euros en febrero, con un plazo de ejecución de 38 meses.

Reacciones

La falta de progresos en las actuaciones para materializar la conexión ferroviaria ha levantado numerosas reacciones políticas en los últimos años.

Desde el Gobierno socialista actual, señalan que se encontraron con los cajones vacíos después de años de mandato de la derecha. La subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador, sostiene que los avances en materia de proyectos «demuestran el compromiso del Ejecutivo con la conectividad y con cumplir una reivindicación de las vecinas y vecinos de Alicante».

Una actuación «muy compleja», según apuntan fuentes de la Subdelegación, pero que ha salido adelante «en unos años muy complicados» para dar un servicio «mejor, más eficiente y sostenible». 

Por su parte, la consellera de Obras Públicas y Movilidad defiende que su compromiso con la provincia se traduce en muchas otras actuaciones con «el impulso de infraestructuras bloqueadas por gobiernos del PP» como la conexión por TRAM con Sant Joan y Mutxamel, la L9 hacia el norte de la provincia o la conexión de las estaciones de Renfe y Luceros.

Por su parte, el portavoz de Unidas Podemos en Alicante, Xavi López, destaca que las infraestructuras ferroviarias de cercanías «no han sido una prioridad para ningún gobierno del Estado», ya que la gestión del PSOE y del PP ha sido «la apuesta por el AVE en detrimento del transporte de proximidad».

López cree que «no solo es imprescindible exigir el aumento de la inversión en obra pública y dejar de ser la provincia menos financiada» sino también «abrir el melón de la transferencia de la competencia de cercanías del Estado a la Generalitat».

Mientras que en Compromís, para su portavoz local Natxo Bellido, resulta «inadmisible» tanto la «falta de inversiones y el incumplimiento de los compromisos de los distintos gobiernos de Madrid del PP y del PSOE» como la «ausencia de capacidad de Barcala para forzar avances en la ejecución del convenio para ejecutar el Parque Central, la estación Intermodal y la conexión con el aeropuerto».