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El coste electoral (o no) de las grandes polémicas del mandato en Alicante

Controversias como las derivadas de la peatonalización del eje Constitución-Bailén, el retraso en numerosas obras, el ruido en el Casco Antiguo o el centro de salud mental en el PAU 1 han marcado los últimos años en Alicante

El coste electoral (o no) de las grandes polémicas del mandato en AlicanteRafa Arjones

El PP de Luis Barcala rozó los 60.000 votos en las elecciones municipales del pasado 28M, con un 40,73% de los sufragios. Ese mayoritario apoyo electoral, que le permitirá gobernar en solitario con apoyos puntuales, se gestó tiñendo de azul el mapa de la ciudad. De hecho, los populares, que cimentaron su triunfo en la zona de playas y en los PAU 1 y 2, consiguieron también ser la fuerza más votada en el distrito 2, donde se integran principalmente los barrios de la Zona Norte. Pero, ¿qué coste electoral tuvieron las polémicas más sonadas de este mandato, si es que lo hubo?

Son muchas las cuestiones que marcan un mandato municipal, porque cuatro años dan para mucho en la política más cercana. Y más con un gobierno en minoría, como el del bipartito, que no se ha caracterizado por sondear la opinión de los vecinos para llevar a cabo los proyectos ni tampoco por convocar los órganos de participación ciudadana, como el Consejo Social de la Ciudad. Tal es así que han sido constantes las marchas atrás ordenadas desde Alcaldía para intentar evitar que el malestar de los vecinos fuera en aumento, sobre todo a las puertas de las elecciones del pasado 28M. 

La más llamativa en el arranque del mandato fue la decisión de abortar el intento de implantar la zona azul en el entorno de Carolinas Altas, que seis meses después de su anuncio público quedó en simple papel mojado tras la protesta de vecinos y comerciantes. Se llegó a hablar de impulsar experiencias piloto para intentar convencer a los afectados, pero al final quedó en nada. Con todo, la decisión se tomó dos años antes de las elecciones, muy lejos de la cita con las urnas. 

En este mandato, también ha habido rectificaciones pero que no afectaban a un entorno concreto, sino a la ciudad, como la decisión del bipartito de renunciar a las ayudas para las extraescolares de la Generalitat, la reducción de horas de natación a personas con discapacidad o la intención de eliminar los puestos de los «hippies» de la Explanada.

Otras, más recientes en el hilo temporal, sí que han estado centradas en barrios definidos de la capital alicantina, por lo que resulta más fácil poder estimar el peso que han podido tener polémicas que han trufado el mandato del bipartito. Y, por lo general, no parece mucho. 

Una protesta a favor de que las melias continuasen en la avenida de la Constitución

Tal vez la principal controversia ha girado en torno a la peatonalización del eje Constitución-Bailén, por cuestiones que van desde el traslado de las melias a un parque de Playa de San Juan al retraso de las obras y a su acabado. Los resultados electorales, sin embargo, no arrojan datos que puedan concluir que las controvertidas decisiones del gobierno le hayan podido pasar factura al PP de Barcala. El partido, en el conjunto de la ciudad, ha pasado de tener un 29,33% a un 40,73%, es decir, ha crecido más de once puntos. Sin embargo, los populares han pasado de un 40 a un 51,7% en la mesa electoral de los residentes en Constitución, superando incluso el crecimiento registrado en el global del municipio, mientras las fuerzas de izquierda han mantenido aproximadamente los votos de 2019.

Una situación similar se ha dado en el PAU 1 (oficialmente, barrio Juan Pablo II), con la polémica por la construcción de un centro de salud mental, repleto de idas y venidas. En la mesa electoral de los residentes de urbanizaciones próximas al solar donde ya se está construyendo el edificio que acogerá el centro de día, el PP ha pasado de un 24,8% a un 41,36%, superando, y por mayor diferencia, el incremento en Alicante. 

En cifras similares se mueven las mesas donde han votado los vecinos que vivieron en primer persona la polémica por la decisión del bipartito, finalmente abortada, de ceder una parcela para construir un aparcamiento, a petición de una hoguera, frente al supuesto interés vecinal de construir un parque. En esa zona de Babel, el PP ha pasado a sumar el 40% de los votos en ambas urnas, frente al 27 y el 24% que logró hace cuatro años. Así que en esa zona, el aumento también ha superado la media municipal. 

Tampoco parece que el retraso de las obras haya provocado ningún agujero de votos al PP, aunque en varios de los casos observados el incremento ha sido menor al experimentado en toda la ciudad. Por ejemplo, ese caso se ha dado en San Blas, donde la paralización de las obras de reforma de la plaza obligó al bipartito a tomar alguna decisión de emergencia ante la proximidad de las elecciones, con un contrato de urgencia para parchear algunas zonas. En ese entorno, el PP en una de las mesas electorales ha pasado de reunir el 30% de los votos a quedarse en el 33,9%. Sin embargo, ese controlado crecimiento no se ha dado en las otras dos meses, donde las cifras han ido más en la línea general: pasando del 29,3 al 38,3% y del 22,2 al 33,9%.

Para retrasos los que se acumularon tanto en la reurbanización de la calle Padre Esplá como en la mejora del mercado de Carolinas, donde también se reurbanizó la calle San Mateo. En todas las mesas donde han votado los vecinos directamente afectados, el PP ha crecido entre un 7 y un 10%, aproximadamente, lo que supone un incremento por debajo del experimentado en Alicante. 

Con todo, el lugar donde el incremento del apoyo ciudadano ha sido menor, muy alejado de las cifras registradas en el conjunto de la ciudad, pese a ser un territorio en pintado de azul, tanto hace cuatro años como actualmente, ha sido en el Casco Antiguo. Ahí los problemas por el ruido han sido una constante en los últimos años, tanto que el bipartito impulsó la aprobación provisionalmente la ordenanza del ruido a apenas unos días de las elecciones. 

Sin embargo, los datos apuntan a que ese gesto no fue suficiente para contentar a los vecinos del barrio más tradicional de Alicante. En la mesa electoral, el PP no ha crecido ni cuatro puntos, frente a los once del conjunto de la ciudad, al pasar de un 29,4 a un 33,9%. Parece que ese problema no se silenció a tiempo. 

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