Familiares de pacientes en la calle por la falta de espacio en urgencias del Hospital de Sant Joan

Las obras de ampliación de la zona, paralizadas desde julio, obligaron a restringir el acompañamiento a los enfermos

El centro ha instalado una carpa para los visitantes pero no la usan porque acentúa el fuerte calor de este verano

J. Hernández

J. Hernández

Por si la preocupación por la salud de los suyos no bastase, los familiares de los pacientes que este verano ingresan en Urgencias del Hospital de Sant Joan se ven obligados a esperar noticias sobre su estado al aire libre, con temperaturas que superan los 35 grados en el día o un fuerte bochorno por las noches, por la falta de espacio en la zona. La causa, las obras de ampliación de Urgencias que empezaron en marzo, pero que llevan casi un mes paralizadas.

Esta reforma obligó a reducir el espacio útil del servicio y se optó por restringir el acompañamiento de los pacientes. Así que los familiares, si desean aguardar a saber cómo evolucionan sus seres queridos, se tienen que sentar en la calle en las sillas situadas frente a la puerta. Justo al lado paran las ambulancias que llevan a otros enfermos.

El centro, para aliviar la situación, ha instalado una carpa en la que puede refugiarse los familiares, cercana a la puerta de Urgencias pero alejada de los vehículos sanitarios y en una zona arbolada. Sin embargo está vacía pues dentro se acentúa el calor así que la mayoría opta por sacar al exterior las sillas de la carpa y sentarse con ellas a la sombra.

Este miércoles, la Junta de Personal del hospital emitía un comunicado pidiendo soluciones a Sanidad como hospital costero en el que se cuadruplica la población. "Actualmente nos encontramos con un servicio de Urgencias sin camas de observación, sin camas de preingreso, urgencias pediátricas trasladadas a otra zona del hospital y sin dotación del personal".

"Debido a la falta de espacio los familiares de los usuarios no pueden acompañarlos, lo que obliga a que se queden en el exterior soportando las altas temperaturas que padecemos", abundan los sindicatos. En la actualidad "se está atendiendo una media de 320 usuarios diarios, llegando a picos asistenciales de casi 400 usuarios". Este jueves se podía apreciar cierta presión a través de la puerta de Urgencias con varias decenas de pacientes dentro esperando atención o el alta.

Familiares

"Esto es horrible. No se puede entrar, hay que estar en la calle. Llevamos horas esperando y buscando sombra", explicaba la familia de un joven de 30 años al que, según explicaron, le rompieron un tobillo tras intentar robarle varias personas.

"Esto es horrible. No se puede entrar, hay que estar en la calle. Llevamos horas esperando y buscando sombra"

Familiares de pacientes

"Hay que ser razonable y adaptarse pero también tienen que tener en condiciones a las personas humildes y trabajadoras", señalaban. La esposa estaba molesta porque según cuenta, de madrugada, no llevaba más que un billete y nadie le quiso cambiar a monedas para la máquina de agua, por lo que asegura que tuvo que esperar a que abriera la cafetería "y me dijeron que esperase fuera con el bochorno que hacía". En cambio sí agradecían que al menos les habían dejado pasar al aseo, algo que no sucedía hace un mes, según decía otra alicantina que estuvo esperando por la noche.

La experiencia de Sandra es otra pues sí que le dieron permiso para entrar a ver a su hija, mayor de edad, que ingresó con fuertes dolores en el abdomen.

"Vienes con el susto, y te quedas fuera, ves a las ambulancias dejar a enfermos, las sirenas. Esto no es cómodo y la carpa menos porque no tiene aire acondicionado", se quejaba María, preocupada por su madre, de 71 años, pues lleva varios ingresos este verano porque le sube mucho la tensión. Su enfado se debe también a que hace tres semanas su padre también acompañó a la enferma, "y es de alto riesgo y no le dejaban entrar. Tuve que enfadarme para que el celador se lo permitiera".

"Vienes con el susto, y te quedas fuera, ves a las ambulancias dejar a enfermos, las sirenas. Esto no es cómodo y la carpa menos"

Familiar de paciente

El Hospital de Sant Joan ya informó en marzo, cuando empezaron las obras de reforma de Urgencias, del inconveniente que suponía que la reducción, a causa de los trabajos, del espacio útil en el área de Urgencias, con lo cual se decidió restringir el acompañamiento a pacientes, explicaba entonces Carmen Casado, supervisora de Enfermería de Urgencias.

"Solo podrán estar acompañados mientras son atendidos o están en observación las personas dependientes, menores y pacientes en situación terminal y por un solo familiar o persona allegada", advertían.

Estas obras están paralizadas, de ahí que los sindicatos en la Junta de Personal pidan que se desbloquee el proyecto porque el parón "está desembocando en una situación caótica e insostenible" que provoca un colapso no solo de este servicio sino de todo el centro hospitalario, "mayoritariamente por falta de espacio que obliga a una aglomeración de usuarios y que dificulta en ocasiones las actividades de los trabajadores".

Esta reforma que en un principio estaba prevista que durase 18 meses, se ha prolongado ya y alcanza los 28 sin nueva fecha de finalización.