El progresivo retraso de la maternidad ahonda en la bajada de la natalidad en Alicante

La proporción de madres mayores de 35 años en la provincia no para de crecer y se acerca ya al 39%, mientras el número de nacimientos sigue un lento pero continuo descenso y se aleja de las cifras anteriores a la pandemia

Realización de una ecografía a una mujer embarazada.

Realización de una ecografía a una mujer embarazada. / Pilar Cortés

El progresivo retraso en la maternidad está ahondando aún más la caída de la natalidad que se está produciendo en la provincia de Alicante y en toda España, de manera generalizada salvo en puntos muy concretos del territorio. Es un hecho que una gran mayoría de las mujeres que desean ser madres aplazan el momento de quedarse embarazadas hasta una edad significativa, con frecuencia por encima de los 35 años, por razones de tipo laboral, socioeconómico o simplemente por una legítima voluntad personal. Los datos que se van conociendo ponen de manifesto esta pauta, que en última instancia contribuye a que el número total de nacimientos sea menor.

La estadística mensual de natalidad que comenzó a realizar el Instituto Nacional de Estadística (INE) con motivo de la pandemia de coronavirus refleja con claridad esta cuestión. Ya se conocen los datos de todo el primer semestre de 2023, durante el cual se produjeron en la provincia de Alicante 6.283 nacimientos, 62 menos que en la primera mitad del año pasado. En 2.434 de esos casos, es decir, en un 38,74%, la madre tenía al menos 35 años. En 2022, la cifra absoluta de nacidos cuya madre tenía una edad cuanto menos algo notable fue de 2.437, y supusieron un 38,41% del total de alumbramientos.

Si estas cifras se comparan con las de 2019, la tendencia se observa con más claridad, ya que entonces la proporción de nacimientos con la madre mayor de 35 años fue del 38,22%. Por ello, es previsible que en un plazo más bien corto, puede que en torno a dos o tres años, cuatro de cada diez alumbramientos en la provincia sean ya de madre con esta edad. Y en paralelo, el total de niños y niñas venidos al mundo en las comarcas alicantinas fue de 6.604. Es decir, el descenso acumulado desde fechas anteriores a la pandemia se acerca ya al 5%. Por lo tanto, menos nacimientos, pero cada vez más tardíos.

Paritorio en un hospital de la provincia.

Paritorio en un hospital de la provincia. / JUANI RUZ

El fenómeno se observa de manera todavía más clara si se pone el foco en el volumen de madres mayores de 40 años. No hace tanto tiempo de una época en que ser madre a esa edad era algo excepcional, y en ocasiones se achacaba a problemas de fertilidad o incluso a embarazos extemporáneos. Los datos muestran que la maternidad por encima de la cuarentena ha dejado de ser anecdótica: en el primer semestre de este año se han dado 663 casos en la demarcación alicantina, un 10,55% del total. Entre enero y junio de 2019 fueron 629, lo que da una idea del constante crecimiento en que se encuentran; ha sido en estos años cuando han superado la barrera del 10%.

Hacia el mínimo histórico

Las cifras de natalidad en la provincia de Alicante durante el primer semestre de 2023 suponen un paso más hacia un mínimo histórico de este fenómeno demográfico, que, como viene publicando este periódico, probablemente no tardará en producirse. Por el momento, es previsible que el año termine con menos alumbramientos que 2022, que terminó con 13.363 nuevos niños y niñas. Como ya indicó este periódico cuando trascendieron los datos de entre enero y marzo, ese fue uno de los datos anuales más bajos de toda la serie histórica, tan solo por encima del periodo comprendido entre 1994 y 1998.

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Tradicionalmente, durante el segundo semestre del año se producen más nacimientos, de manera que hay margen para que la tendencia se invierta. No obstante, a la vista de la tendencia de los últimos años, parece poco probable que eso vaya a ocurrir. La pandemia dio una nueva puntilla al descenso de la maternidad, que viene decayendo de manera casi constante desde 2008, tras haber experimentado una recuperación bastante notable en la década anterior. El mínimo anual de alumbramientos en la provincia sigue siendo el de 12.811 que se registró en 1997.

Sanitarios en la unidad de Neonatos de un centro hospitalario.

Sanitarios en la unidad de Neonatos de un centro hospitalario. / JUANI RUZ

El retraso en la maternidad por encima de los 35 o 40 años, sobre todo cuando se da en un primer embarazo, es un factor para que las mujeres, o las parejas de común acuerdo, se planteen no tener más de un hijo. Por ello, aunque esta circunstancia no tenga por qué darse necesariamente, a la larga contribuye al descenso de las cifras de natalidad. Por ahora, la franja de edad más numerosa entre las madres alicantinas sigue siendo la que va de los 30 a 34 años: en el primer semestre de 2023 han sido 2.042 en la provincia, un 32,5% del total.

Con todo, de seguir la tendencia actual, en no muchos años puede darse el caso de que sean mayoría quienes tienen hijos con más de de 35 años. En 1988, cuando estas mujeres estaban naciendo, la maternidad a esas edades era todavía algo muy minoritario: ese año, tan solo el 10,1% de los alumbramientos fueron de madre mayor de 35 años; en cifras absolutas fueron 1.536 de 15.210. Y si nos vamos algo más atrás, a 1983, cuando nacían las mujeres que ahora tienen 40 años, únicamente el 2,27% de las que tuvieron un hijo entonces superaban esa edad: 374 de 16.482. La evolución de los datos muestra también cómo ha ido cambiando la sociedad en este tiempo.