El parque infantil del Tossal se cae a pedazos

Es domingo y María Gil acude junto a su familia al parque infantil del Tossal. La sorpresa la invade al llegar y comprobar que la zona de juegos infantiles, ubicada entre la calle Ronda del Castillo y el camino del Castillo de San Fernando, es un «despropósito». Está llena de restos de botellón: vasos, bolsas y botellas de plástico, e incluso cartones de pizza. Todo indica que la noche anterior algunos se divirtieron a costa de los efectos que esto podía conllevar para otros la mañana siguiente. 

El testigo de esos efectos lo recogen María y su familia, quienes, dispuestos a pasar una jornada tranquila con sus hijos de tres y seis años, se ven obligados a tener más cuidado de lo habitual para evitar que los pequeños cojan algo del suelo. «Esta situación debería estar regulada. No puede ser que las familias vengamos aquí un domingo por la mañana y nos encontremos con este panorama de suciedad», admite María.

«No puede ser que las familias vengamos un domingo y nos encontremos la suciedad»

María Gil

— Madre

Además de la suciedad que se acumula en el parque, preocupa su actual mal estado, con una de las zonas valladas desde hace al menos un mes debido a varios desprendimientos de la pared. Los ladrillos permanecen en el suelo, limitando el uso de ese espacio que ha sido vallado y precintado por el Ayuntamiento de Alicante. De esta forma, se ha consultado al Ayuntamiento si se espera alguna actuación en el parque al respecto, pero no se ha obtenido respuesta. 

Conforme se asciende por las diferentes alturas del parque, se observan trozos de muro que descansan sobre el suelo de la pinada, esperando ser colocados nuevamente. Uno de los árboles también está afectado y muestra sus raíces con una pila de ladrillos esparcidos por el suelo. 

Ángela Mateu ha venido al parque junto a dos de sus sobrinos, puesto que habitualmente se encarga de su cuidado. «Es el parque favorito de los pequeños, ya que está al lado de casa y se respira tranquilidad. Es cierto que desde hace tiempo que venimos estamos viendo una zona que está vallada y varios escombros por el suelo que nos hacen tener más cuidado con los niños».

Por su parte, Samuel Hernández, que va paseando a su mascota también se suma a las quejas. «Con los perros hay que llevar un cuidado inmenso porque lo que ven en el suelo se lo llevan a la boca. La zona baja de la pinada está bastante sucia, fruto de lo que parece un botellón que han realizado algunos jóvenes en la noche del sábado. Los desperfectos de los muros están desde hace tiempo y no se hace nada. Procuramos no acercarnos», comenta. 

La Aneja

Decenas de familias que llevan a sus hijos al colegio La Aneja también hacen uso del parque infantil del Tossal. Por ello, no son pocas las que han mostrado su preocupación por el estado que presentan esa zona del área de recreo. «Los niños bajan corriendo, juegan al pilla pilla, a esconderse, y de pronto se encuentran con la zona vallada», afirma Ana Berenguer, madre de una niña de 10 años.

No es la primera vez que alguna zona del parque presenta desperfecto o roturas, incide otro padre, Juan Domínguez, que coincide en las críticas: «Está un poco descuidado, lleva así varias semanas y nada, y el árbol es muy grande».

A esto se añade que en invierno se sume en la oscuridad una vez no hay luz natural, ya que las farolas no se encienden en determinadas zonas. «En la parte de abajo, de los columpios infantiles para los más pequeños, a partir de las siete de la tarde da un poco de miedo, la zona está oscura», explica Carlos Pérez.

«La zona de los columpios a las siete de la tarde da miedo, la zona está oscura»

Carlos Péres

— Padre

En esta línea, el Camino del Castillo de San Fernando, por el que transitan diariamente un gran número de escolares durante la semana, provenientes del Conservatorio de Música y Danza Óscar Esplá, está lleno de hoyos y baches que los jóvenes a menudo deben sortear mientras llevan consigo pesados y delicados instrumentos a sus espaldas.

El parque, ubicado junto al castillo de San Fernando, ha estado acumulando deficiencias desde que se inauguró en 1995. A pesar de contar con un rocódromo y un skate park, además de juegos infantiles, la zona de ocio siempre presenta algún problema por resolver.

Una de las quejas más recientes de los vecinos fue la falta de seguridad en la zona al caer el sol, ya que la ausencia de alumbrado en el bosque urbano obligaba a transitar en la oscuridad y recurrir a la linterna del móvil. A este inconveniente se le suma la aparición de un enorme socavón en uno de los caminos en su momento, así como actos de vandalismo que afectaron en su día a los postes de luz instalados en uno de los senderos.

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