Entrevista | Mar Luri Enfermera gestora de casos del Hospital de Sant Joan

Mar Luri, enfermera de casos complejos: "Las personas que se sienten solas corren un mayor riesgo de ansiedad, demencia, depresión y suicidio"

La enfermera gestora de casos complejos en el área de salud Alicante Sant Joan es una de las impulsoras de un plan de intervención comunitaria pionero para prevenir la soledad

Mar Luri, enfermera gestora de casos complejos del Hospital de Sant Joan

Mar Luri, enfermera gestora de casos complejos del Hospital de Sant Joan / Rafa Arjones

J. Hernández

J. Hernández

Uno de los primeros pasos del plan de las enfermeras que tratan casos complejos en el departamento del área de salud de Alicante-Sant Joan para atajar el aislamiento social de cada vez más pacientes será codificar la soledad y la indigencia como dos diagnósticos médicos y de enfermería. El objetivo, hacerlas visibles y realizar una base de datos

¿Qué tipo de pacientes en estas situaciones están viendo?

Pacientes en situación paliativa que viven solos. Personas con colostomías viviendo en la calle. Ancianas cuya compañía es el dolor y piden terminar con el dolor y la soledad. Pacientes de salud mental temerosos de volver a caer por tanta soledad. Pacientes con la llave bajo el felpudo para entrar en la vivienda. Salir al portal de su casa para que le derive a Urgencias el primero que pase por su puerta. Podría seguir y seguir… Lo que más me preocupa es no poder hacer nada más. Lo que queremos es utilizar todos los recursos a nuestro alcance para combatir este sufrimiento.

"Vemos pacientes en situación paliativa que viven solos. Personas con colostomías viviendo en la calle. Ancianas cuya compañía es el dolor y piden terminar con el dolor y la soledad"

Cuéntenos con detalle algunos de los casos con los que está en contacto

A. vive de okupa en un local, sin ingresos, carece de luz, sí que tiene agua. Está pendiente de ayudas de emergencia social. Hasta entonces le facilitamos algo de comida y dinero. Llegó a nosotras tras un ingreso de una enfermedad terminal. No tenía a nadie para firmar como testigo, firmé junto con un conocido sus voluntades anticipadas. También firmé como único testigo la donación del cuerpo a la ciencia. La negación de acudir al albergue o cambiar de población para darle techo, dificulta el trabajo, “allí no conozco a nadie”, explica. El respeto por sus decisiones nos obliga a llevar su ritmo. Actualmente está terminando el tratamiento de radioterapia y presenta dolor y diarrea. Se le insiste en que, aunque no tenga saldo, puede llamar al 112. Estamos pendientes de cualquier llamada o ingreso hasta que llegue su fin de vida, esperando que se pueda realizar a nivel hospitalario.

La enfermera trabajando en una imagen anterior

La enfermera trabajando en una imagen anterior / Pilar Cortés

¿Por qué cada vez más personas se hacen invisibles?

Podría decir muchas razones de nuestra sociedad, pero con eso ya contamos todos y poco podemos modificar. Creo que la historia de vida de cada persona es la que más marca y es la real desde la que partimos. Nuestras decisiones, las relaciones, deseos o preferencias. Promover una reestructuración cognitiva para corregir pensamientos distorsionados que impiden socializarse, relacionar la soledad histórica y actual para poder reconducir y poder hacerse visible, es trabajo de cada uno conjuntamente con todos los recursos que podamos poner a su alcance en prevención de la soledad que en un futuro podría ser no deseada.

A lo largo de su trayectoria profesional, ¿ha visto aumentar los casos de soledad no deseada?

Este es mi octavo año como enfermera gestora de casos hospitalarios y el aumento de pacientes ocultos es abrumador. Es cierto que el conocimiento de nuestro trabajo en el departamento de salud Alicante-Sant Joan d’Alacant, tanto a nivel comunitario, en la Atención Primaria, como hospitalario hace que salgan a la luz estos pacientes por el aumento de la derivación desde todos los niveles asistenciales. Pero este aumento de la soledad nos lleva a plantearnos otra forma de trabajar porque la realidad está en la calle y necesitamos contar con todos los recursos existentes a nuestro alcance.

"Este es mi octavo año como enfermera gestora de casos hospitalarios y el aumento de pacientes ocultos es abrumador"

Base de datos

¿Qué se puede hacer para combatir esta problemática?

Lo primero es crear una base de datos a través de diagnósticos médicos y de enfermería con todos los pacientes que viven en soledad o en la indigencia. Necesitamos una valoración individual de la persona, y su proyecto personal, potenciando su autonomía y buscando soluciones para cada caso, respetando siempre sus preferencias. Nuestros pacientes disponen de nuestro teléfono directo al que llaman ante cualquier duda o incidencia, unificamos sus citas, les acompañamos si acuden al hospital, realizamos seguimiento tanto en domicilio como ingresados. Pero somos conscientes de que necesitamos más apoyo y por eso hemos organizado unas jornadas sobre soledad, para sensibilizar y difundir a la población, valorar con qué recursos contamos, tanto públicos como privados, incluyendo el trabajo fundamental de las asociaciones. Lo ideal sería remar todos a la vez.

¿Hasta qué punto tiene relación la soledad con más enfermedad y muerte?

La soledad incrementa los riesgos para la salud física, psíquica y la calidad de vida de las personas, con un incremento de visitas al médico, hospitalizaciones, atención domiciliaria, más institucionalización y aumento de la mortalidad. Vivir en soledad nos hace perder hábitos saludables, aumenta el sedentarismo y el consumo de alcohol y tabaco. También genera mala alimentación, empeora la calidad del sueño y en ancianos supone un mayor riesgo de caídas, demencias y reingresos.

Efectos en la salud

¿Qué efectos psicológicos y físicos tiene?

El aislamiento social y la soledad tienen graves consecuencias para la salud y la calidad de vida. Está descrito en numerosos estudios que las personas que se sienten solas corren un mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ansiedad, demencia, depresión, suicidio. La soledad no tiene edad, puede afectar a cualquier persona y en especial a colectivos vulnerables y personas frágiles como ancianos, indigentes, cuidadores y enfermos.

¿Qué pueden hacer las administraciones públicas para atajarlo?

Creo que es difícil atajarlo, pero sí necesitamos orquestar un Plan de Intervención para trabajar todos en la misma dirección. Aunar esfuerzos es la base para poder reducir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de las personas en prevención de la soledad.

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