Polémica por la actitud del conductor de un autobús con destino al aeropuerto de Alicante

Una usuaria del transporte expone lo ocurrido en un hilo en Twitter y su testimonio genera cientos de reacciones

Polémica por la supuesta actitud del conductor de un autobús con destino al aeropuerto de Alicante. Así lo ha denunciado una pasajera, Lola Pérez, en su cuenta de Twitter (@DoctoraGlas), donde ha expuesto su queja a modo de hilo compuesto por una veintena de tuits en los que da su versión de los hechos y aporta varios detalles de lo ocurrido y que han generado un fuerte revuelo.

La mujer inicia su protesta con una sentencia tajante que refleja su indignación por lo sucedido en el interior del transporte: "Hay malas personas y malas personas que además son pésimos en su trabajo". Sus palabras van dedicadas al chófer, a quien en varias ocasiones se refiere como 'Míster Simpatía' y que ya antes de arrancar, "parecía quemadito". "Antes de subir ya se estaba quejando de que la gente le estaba preguntando sobre el viaje", expresa la autora de la publicación.

Inicio de la aventura y estalla la tensión

La pasajera prosigue con su relato, donde tras una breve presentación, no tarda en aparecer el primer nudo. No se habían recorrido los primeros metros del viaje cuando surgió el primer conflicto. ¿El motivo? Los intentos de un individuo por subir al autobús cuando este ya habia iniciado la marcha, aunque todavía dentro del andén. Esta situación provocó momentos de tensión en el interior del transporte, con varias personas pidiendo al responsable del vehículo que dejara entrar al chico o que al menos, tuviera cuidado. "Párate que casi lo atropellas", fue una de las frases que se escuchó a bordo del autocar y que la narradora de los hechos recoge en su hilo.

Tras las peticiones de varios de los pasajeros, el conductor salió de la estación para inmediatamente volver a entrar. Una vez de nuevo en el punto de partida de lo que iba a ser una rutinaria ruta, el hombre detuvo el vehículo y se levantó de su asiento para dirigirse "de muy malas maneras" a una de las personas que más vehemencia había mostrado a la hora de pedirle que parara instantes antes. Según el relato de lo ocurrido, el empleado de la línea le recordó a esta pasajera que "él no puede parar una vez que sale", pero la disputa no cesó ahí. Nada más lejos de la realidad, acababa de iniciarse.

La chica contestó al hombre y le insistió en el hecho de que "casi atropella al moreno", en alusión al individuo que había tratado de subir al bus. Tras la réplica, ambos entraron en el bucle que se forma cuando dos personas se enfrascan en una discusión desde polos opuestos. Ante tal panorama, el conductor, que incluso llegó a acusar a su interlocutora de estar amenazándolo, decidió actuar como un capitán de barco que detecta las primeras señales de un motín a bordo, por lo que optó por cortar el problema de raíz y ordenó a la pasajera bajar del vehículo.

Fue entonces, "ante la situación tan desagradable y autoritaria", cuando intentó mediar otro usuario. Pero sus intentos resultaron vanos. La discusión comenzó a enquistarse y se perdió en una fase intermedia, con sus dos principales implicados inflexibles en sus respectivas posiciones. La pasajera, reacia a abandonar el autobús; y el conductor, más preocupado por hacerse respetar que por llevar a los pasajeros a su lugar destino.

Desenlace final

Nada hacía indicar que la situación se fuera a solucionar, y así fue. El desarrollo de los acontecimientos provocó la participación de otras personas, que se solidarizaron con la chica y trataron de hacer ver al chófer que "no era para ponerse así". De nada sirvió. La única capaz de desencallar la situación fue una vigilante de seguridad, cuya presencia terminó por decantar la balanza a favor del conductor. Según señala la responsable de dar voz a este suceso, fue demasiada presión para la chica, que se sintió culpable y no le quedó otra que dejar el autobús para que este pudiera arrancar sin ella.

Una vez con esta usuaria fuera del transporte, el chófer permitió montar al involuntario causante de este alboroto, el individuo que había tratado de subir cuando el autobús acababa de iniciar su ruta, y también a otras dos personas más. La narradora de este tenso episodio lamenta el "injusto" desenlace de lo ocurrido y culpa al conductor de hacer gala de un trato autoritario y abusivo: "No hay derecho a que te trate así como cliente, que te acusen en falso y que además, el tipo se vaya de rositas". 

Por este motivo, la autora ha desvelado en la parte final de su hilo que ha puesto una reclamación a la compañía responsable y ha compartido las palabras que ella misma le dijo al conflictivo chófer cuando el autobús completó su viaje: "Qué lo ocurrido te pese en la conciencia. Así no se trata a la gente"