Un militar justifica los abusos sexuales a su hijastra

El acusado, que se enfrenta a cinco años y medio de prisión por los tocamientos, alega que se había tomado un "lingotazo de vino y dos diazepanes"

El acusado de abusos sexuales a la menor fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Valencia.

El acusado de abusos sexuales a la menor fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Valencia. / MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

Un militar de 46 años se enfrenta a siete años y medio de cárcel por los presuntos abusos sexuales a su hijastra, cometidos cuando ésta tenía trece años. El acusado trató de justificar ayer durante su declaración en el juicio, celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia, los tocamientos a la niña, insistiendo en que no había un interés sexual en ellos, pero al mismo tiempo con sus manifestaciones iba admitiendo la gravedad de sus actos y el carácter lascivo de los mismos.

«Me gustaba el contacto con ella», aseguró cuando trataba de explicar uno de los episodios de abusos que se le atribuyen, ocurrido en octubre de 2021. El procesado sí admite haber tocado a la menor mientras estaban viendo una serie pero alegó que fue «de forma totalmente involuntaria». "En cuanto toqué algo sintético, sus braguitas, saqué la mano", argumentó. Lo cual contrasta con el hecho que él mismo reconoció, y es que a partir de ese momento fue a pedir ayuda al médico del cuartel militar.

En otra ocasión, estando la niña durmiendo, también reconoce que se acercó a su cama después de haberse tomado «un lingotazo» de vino y dos diazepanes. "Me levanté exaltado y con el pulso acelerado", relataba ante los magistrados el acusado, quien trató de justificar el haber entrado en la habitación de su hijastra, de trece años, en que escuchó "un ruido extraño". Así, aunque sigue defendiendo su inocencia, el acusado admitió los tocamientos. «Cuando yo le tocaba gemía más», llegó reconocer en sala. Para acto seguido decir que paró sobresaltado por la linterna del teléfono móvil.

Sobre la presunta utilización de un lubricante que él mismo le había regalado a la menor, el acusado lo negó y dio una inverosímil versión sobre que se había manchado la mano de grasa de moto y por eso se las lavó tras verse descubierto esa noche.

Cuando la por entonces mujer del acusado, y madre de la víctima, vio lo que estaba ocurriendo el acusado recuerda que ella "empezó a pegarme una somanta de hostias como panes", dijo textualmente. Él mismo le dijo en ese momento que era mejor que se divorciaran, "que se lo dejaba todo".

Después de ello se marchó de la casa y trató de suicidarse hasta en dos ocasiones, una de ellas en el cuartel de la Guardia Civil tras su detención.

El Ministerio Fiscal solicita para el presunto pederasta cinco años de prisión por un delito continuado de abuso sexual sobre menor de 16 años con prevalimiento y otros dos años y medio por un delito continuado de descubrimiento de secretos, al haber accedido a conversaciones privadas de su hijastra, según él porque "un chico le estaba pidiendo fotos raras".