Un paso más en la historia del arte contemporáneo de la Comunidad

Las Cigarreras acogen las 19 obras adquiridas por la Generalitat en 2021 de creadores del territorio valenciano. Esta es la quinta exposición que se hace con este fondo que suma 129 piezas

Son 129 obras las que conforman la colección de arte contemporáneo que la Conselleria de Cultura ha adquirido desde que en 2017 tomó la decisión de configurar una política de compra a creadores de la Comunidad, que alcanza ya los 1,7 millones de euros. El objetivo es cubrir «un vacío», ya que «estas obras se convertirán en el repositorio que representa la creación actual en este territorio; si en los museos podemos disfrutar de las colecciones que hay es porque alguien en algún momento realizó esas adquisiciones».

El director del Consorcio de Museos, José Luis Pérez Pont, presentó ayer en Las Cigarreras de Alicante una muestra de ese fondo, la quinta, que corresponde a las 19 piezas adquiridas en 2021 a otros tantos artistas, que se podrá ver hasta el 9 de septiembre. Entre ellos, los alicantinos María Dolores Mulá (Salinas rosa), Ricardo Cases (El porqué de las naranjas), Perceval Graells (La pell es pot cosir i el cor no), Eduardo Infante (Lieder. Flores y centellas), Clara Sánchez Sala (L’ombra es mida de la llum i la vida) y Rosalía Banet (Oro).

Fotografías de Ricardo Cases.

Fotografías de Ricardo Cases. / Jose Navarro

Muestra equilibrada

«Hemos querido que haya representación equilibrada de hombres y mujeres, y también de artistas de los tres territorios para generar un relato plural y diverso en cuando a género, en cuanto a técnicas y en cuanto a política territorial», destaca. «El trabajo de ser artista es largo y complicado, y esta exposición pone de manifiesto la valoración institucional de este trabajo para dar visibilidad y contribuir a la divulgación del arte contemporáneo a la Ciudadanía».

Esculturas, pinturas, instalaciones y fotografía son algunas de las técnicas empleadas por este conjunto de artistas que se suman a una colección que nunca ha repetido nombres de creadores para dar cabida a todos, «porque en la Comunidad Valenciana hay muchos y buenos artistas».

Las Cigarreras acoge Art Contemporani de la Comunitat Valenciana V

Jose Navarro

La muestra incluye también 5 piezas creadas por artistas residentes en las comarcas de Castellón: Carmen Ballester, Geles Mit, Manuel Sáez, Maria Llopis y Pascual Arnal. Por lo que respecta a las de Valencia, se presentan obras de arte de Joan Sebastián, María Zárraga, Pamen Pereira, Paula Prats, Raúl Belinchón, Rebeca Plana, Robert Ferrer i Martorell y Silvia Molinero.

«Hemos conseguido generar una red de trabajo sumando fuerzas. Para mí era un reto generar esa red y que la cultura fuera un elemento vertebrador y creo que lo hemos hecho con proyectos como el de hoy, junto al Ayuntamiento de Alicante, para mostrar esa potencia que hay en el territorio».

Un paso más allá

Para el concejal de Cultura de Alicante, Antonio Manresa, «cada exposición va más allá». El edil, en la que fue su penúltima comparecencia público, quiso dar las gracias al equipo de Las Cigarreras «por hacer un trabajo excepcional» y a José Luis Pérez Pont. «Siempre ha venido con la mano tendida a proponer proyectos y ofrecer soluciones y es un gestor cultural de alto nivel, reconocido internacionalmente y también tiene mi reconocimiento».

Al fondo a la derecha, José Luis Pérez Pont y Antonio Manresa en la exposición.

Al fondo a la derecha, José Luis Pérez Pont y Antonio Manresa en la exposición. / Jose Navarro

Convocatoria Negre

También se muestra, dentro de la convocatoria Negre, del Consorcio de Museos y las Cigarreras, A cinquito, con derecho a tocar, filme de Nucbeade -colectivo formado por Quiela Nuc (1990) y Andrea Beade (1988)- sobre la normalización de la violencia.

Se trata de una instalación audiovisual que invita a la reflexión sobre cómo se normaliza la violencia a través de la construcción del otro. Las autoras, cuyas obras se han exhibido en festivales, museos y centros de arte tanto a nivel estatal como internacional, utilizan el poder del medio audiovisual, la instalación y la ‘performance’ para crear y recuperar narrativas que quedan al margen de la historia oficial dominante.

La película se sumerge en una mezcla de tiempos pasados y futuros en la que se exhibe a personas con cuerpos que se alejan de la norma establecida. La trama se desarrolla en los días previos a las fiestas patronales donde trabajadores de distintos sectores elaboran algunos de los elementos que formarán parte de las barracas de ‘fenómenos humanos’ de esta temporada. En estas se exhiben, desde mediados del siglo XIX, a personas con corporalidades no normativas.

Esta película, que se rueda en algún momento de la primavera de 1980, pero se pierde en un colapso de tiempos pretéritos y futuros, reflexiona sobre la violencia en este contexto de barraca de feria; al tiempo que rastrea los vestigios que esta espectacularización ha dejado en el régimen de mirada contemporáneo.