No caigas en la trampa de comprar memecoins o shitcoins: palmarás pasta

Es una historia que se repite una y otra vez, pero la gente sigue cayendo por culpa de la codicia y la aspiración de ganar dinero fácilmente. Ocurre sobre todo cuando el mercado está boyante y el dinero fluye con alegría, pero también en época de vacas flacas, como en la que nos encontramos desde hace bastantes meses y lo que parece que queda.

Hablamos del fenómeno de las memecoins o shitcoins, probablemente el fenómeno que, junto a los hackeos, más ensucia e intoxica la industria de las criptomonedas. En los últimos días PEPE, un token creado con la imagen del popular meme de internet Pepe The Frog, una rana antropomórfica verde con un cuerpo humanoide, ha experimentado espectaculares subidas de precio que han llamado la atención de los inversores menos avezados.

No es la única. Ayer Milady (LADYS), otra memecoin de la colección homónima de tokens no fungibles (NFT) de avatares de anime, crecía en apenas 24 horas un 5250%. Sucedía después de que, como tantas otras veces ha hecho con la famosa Dogecoin, el incorregible Elon Musk la promocionara en Twitter. Y en las últimas horas ha irrumpido en escena Spongebob Token (SPONGE), con un rally de un +4.250% en su valor.

El fenómeno de las memecoins o shitcoins

En los últimos años, las criptomonedas han dejado de ser un misterio y han pasado a convertirse en un fenómeno de inversión popular, dando lugar a una multitud de monedas digitales más allá de las pioneras como Bitcoin o Ethereum. En este universo en expansión, dos categorías, que son prácticamente una sola cosa, han generado particular interés y controversia a partes iguales: las memecoins y las shitcoins.

Las memecoins son criptomonedas que se basan en memes de internet y tienen un valor que se deriva en gran parte de su popularidad en las redes sociales más que de la tecnología o la utilidad subyacente. El ejemplo más conocido es Dogecoin, que comenzó como una broma y ahora tiene una capitalización de mercado de miles de millones de dólares. Pero hay muchas más con gran popularidad, como Shiba Inu o Floki.

Las shitcoins, por otro lado, se refieren de manera despectiva (shit en inglés es mierda) a estos tokens o criptomonedas que se consideran sin valor, inútiles o engañosas.

Aunque estas monedas pueden generar grandes ganancias en cortos períodos de tiempo, la volatilidad y la falta de regulación pueden llevar a pérdidas masivas para los inversores minoristas. Uno de los casos más sonados de los últimos años fue el del token surgido al calor del éxito de la serie de Netflix "Squid Game".

Al igual que en un casino, los jugadores pueden ganar a veces, pero a largo plazo, la casa siempre gana. Entonces, ¿quién es "la casa" en el mundo de las memecoins y shitcoins?

Desarrolladores de criptomonedas

Los desarrolladores de estas criptomonedas a menudo se benefician de las ventas iniciales de monedas, o ICOs (Initial Coin Offerings). Al lanzar una nueva moneda, los creadores de la misma pueden retener una cantidad significativa de la oferta total, que puede volverse extremadamente valiosa si la moneda gana popularidad.

Sin embargo, esto puede llevar a manipulaciones de precios y a la acusación de "bombear y tirar" (pump and dump), donde los precios se inflan artificialmente antes de vender para obtener ganancias.

Propietarios de exchanges

Los exchanges o plataformas de intercambio de criptomonedas, el mayor de los cuales es Binance, también ganan dinero con las memecoins y las shitcoins, independientemente de si su valor sube o baja.

Es así porque cobran tarifas por cada transacción realizada en su plataforma, por lo que cuanta más actividad de trading haya, más ganancias obtendrán. También pueden beneficiarse de la inclusión de nuevas monedas, cobrando comisiones por el listado a los desarrolladores. Recuerda que nadie hace nada gratis en el mundo de los negocios.

Influencers y promotores

Los influencers de las redes sociales y los promotores de criptomonedas son otro grupo que a menudo se beneficia de la especulación en torno a las memecoins y shitcoins. Algunos pueden recibir pagos para promocionar ciertas monedas a sus seguidores, creando una demanda artificial.

Otros pueden comprar grandes cantidades de una moneda barata y luego "pumpear" su valor a través de la promoción, solo para "vender" sus monedas una vez que el precio ha subido.

Los inversores minoristas pagan la fiesta

Para los inversores minoristas, las memecoins y las shitcoins pueden parecer una oportunidad de hacer dinero rápido. Pero en realidad, la mayoría de las veces, los verdaderos ganadores son los desarrolladores, los propietarios de los exchanges y los influencers que las promocionan. Como en cualquier tipo de inversión, es crucial hacer una investigación exhaustiva y entender los riesgos antes de invertir.

En el caso de las memecoins y shitcoins, los inversores deben ser especialmente cautelosos debido a la falta de transparencia, la alta volatilidad y la posibilidad de manipulación del mercado.

Una inversión de alto riesgo

Es importante tener en cuenta que la inversión en criptomonedas, en general, debe ser considerada como una inversión de alto riesgo. Las fluctuaciones de precios pueden ser extremas y rápidas, lo que significa que los inversores pueden perder todo su dinero en poco tiempo. Además, la falta de regulación y supervisión en muchos aspectos de las criptodivisas significa que hay un alto nivel de riesgo de fraude y manipulación, y de ello en los últimos meses ha habido ejemplos más que de sobra.

A pesar de estas advertencias, el atractivo de las posibles ganancias rápidas puede ser irresistible para algunos. Pero, como en los juegos de azar, es importante recordar que las posibilidades de ganar a lo grande son extremadamente bajas y que, en la mayoría de los casos, los que de verdad se lucran son los que están detrás del escenario, promoviendo la moneda y beneficiándose de la exageración y la especulación.

Las memecoins y shitcoins pueden ser emocionantes y atractivas para los inversores debido a su potencial de altas recompensas. Sin embargo, la realidad es que estas monedas son extremadamente arriesgadas y la mayoría de los inversores minoristas es más probable que pierdan dinero antes que ganen. Por lo tanto, es crucial que los inversores se acerquen a este tipo de monedas con cautela, hagan su propia investigación y comprendan completamente los riesgos antes de apostar sus fondos en ellas.