Vecinos de la calle Ángel urgen reducir el tráfico tras absorber los coches que cruzaban la Corredora

Residentes dicen que la contaminación, el ruido y la velocidad se han disparado - Movilidad asegura que el control de acceso de vehículos por los puentes se implantará antes de 2023

Coches circulando este viernes por los dos carriles de circulación de la calle Ángel. |

Coches circulando este viernes por los dos carriles de circulación de la calle Ángel. | / MATÍAS SEGARRA

A. Fajardo

A. Fajardo

Las calles Alfonso X, Juan Ramón Jiménez y Ángel se han visto abocadas a ser una de las alternativas para atravesar el centro de Elche tras la peatonalización de la Corredora. Como temían los vecinos, que ya se manifestaron contra el equipo de gobierno hace dos años, estos viales han visto incrementar el paso de vehículos a todas horas del día y por consiguiente, el ruido y la contaminación. Muchos califican de «pesadilla» el tráfico que encuentran a la puerta de sus casas y urgen reducirlo, aunque desde la Concejalía de Movilidad cifraron este invierno que el aumento en general había sido solo de un 2%.

«No podemos ni abrir las ventanas en plena hora punta», dice una vecina de la calle Ángel, quien reconoce que se están planteando colocar los propios residentes medidores de calidad del aire para demostrar que las emisiones contaminantes han subido. Y no solo culpan a los coches que antes cruzaban por la Corredora y que ahora pasan por delante de sus viviendas, a este inconveniente se suma que cerca, en la calle Nueva de San Antonio, tienen un parking que alberga 600 vehículos que acaban circulando por la calle Ángel, una situación que no es nueva pero que hace más grande el problema del tráfico con el que conviven.

Los vecinos dicen que no solo les preocupa ese incremento de coches, sino también los excesos de velocidad, otro estorbo que, según advierten, no se ha solucionado con las medidas que implantó el Ayuntamiento en los pasos de cebra el pasado mes de febrero. La actuación municipal consistió en mejorar el radio de giro desde la calle Juan Ramón Jiménez, han adecuado los carriles de salida hacia Curtidores, también crearon un paso accesible en el cruce con Filet de Fora e incrementaron la señalización vertical para recordar a los conductores que en este vial la velocidad máxima permitida es de 30 kilómetros por hora.

Entonces también optaron por hacer un recrecimiento de las aceras en los puntos más conflictivos para que el peatón tuviera más visibilidad a la hora de cruzar. Y además, retranquearon el paso de cebra que hay en la intersección con la calle San Antonio para mejorar la seguridad. Sin embargo, esto ha sido insuficiente para «pacificar» el tráfico en estas arterias, según los vecinos.

La restricción de accesos por los puentes, el de Canalejas y el de la Virgen, fue la mejor solución que el equipo de gobierno dio a los vecinos. Hace ya un año que anunció que el paso por ambos viaductos iba a estar limitado a residentes, transporte público, vehículos de emergencia y usuarios de aparcamientos públicos.

Vehículos al inicio de la calle Ángel a primera hora de la mañana. | MATÍAS SEGARRA

Vehículos al inicio de la calle Ángel a primera hora de la mañana. | MATÍAS SEGARRA / a.fajardo

Un proyecto pendiente

Esta medida determinante se ha retrasado más de lo esperado y todavía no hay una fecha concreta sobre cuándo estará en marcha, un año después de que se peatonalizara la Corredora. Lo que sí que está claro es que la Concejalía de Movilidad quiere implantar el sistema antes de la creación de las zonas de bajas emisiones de 2023 que servirán para limitar el uso del coche privado o para dar prioridad al transporte público. Esa iniciativa, a la que están obligados por ley todos los municipios de más de 50.000 habitantes, afectará de lleno a estas tres calles.

De cualquier manera, la edil del área, Esther Díez, aseguró que el control de acceso a los puentes va a ver la luz antes, al ser un proyecto que está acotado y que tendrá que salir a licitación en breve, después de que en el último mes la elaboración de los proyectos de movilidad sostenible para captar fondos europeos ha desbordado el departamento municipal. Una vez superado este apurón de trabajo, la pretensión municipal es retomar los asuntos rutinarios y uno de ellos es precisamente el control de acceso en los puentes.

A finales de 2020, la Concejalía de Movilidad Urbana anunció su intención de autorizar a un máximo de 27.000 vehículos el acceso restringido a la zona centro de Elche, a través del puente de Canalejas o del de Santa Teresa, y que la medida iba a estar en vigor en un plazo aproximado de seis meses. La pretensión entonces era que los propietarios de las 9.000 viviendas cuyo acceso rodado se verá afectado (lo que incluye a parte del barrio del Raval) tendrían la posibilidad de incluir un máximo de tres matrículas, que serían reconocidas por las cámaras lectoras.

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