Análisis

PP-Vox: Una negociación entre confidencias y procesiones en Elche

La tranquilidad que muestran los dos partidos llamados a gobernar para iniciar la ronda de negociaciones que lleven a un pacto para la Alcaldía es inversamente proporcional a la exasperación que genera

Ruz y Rodil, en la procesión de la Milagrosa, el único acto público en el que se le ha visto juntos

Ruz y Rodil, en la procesión de la Milagrosa, el único acto público en el que se le ha visto juntos

M. Alarcón

M. Alarcón

Los 20 días de plazo entre el día de las elecciones, el 28M, y la constitución de los ayuntamientos democráticos, 17J, es una tortura tanto para los que se van como los que se quedan. Quien tiene que dejar el poder lo hace a regañadientes, máxime cuando ha sido la lista más votada, caso del PSOE; pero para quien tiene que entrar a gobernar también lo es por las obligaciones y responsabilidades, máxime cuando previamente hace falta alcanzar un pacto que garantice la Alcaldía. Pero este no parece que sea el caso del PP y Vox en Elche. Destilan tanta confianza el uno en el otro sus dos cabezas de lista, Pablo Ruz y Aurora Rodil, que casi desesperan.

La actividad municipal va a mínimos desde el 29 de mayo. El de Elche es un ayuntamiento en depresión. Apenas hay convocatorias municipales, la agenda de actos prácticamente ha desaparecido y los cajones se van vaciando con lentitud porque hay tiempo. Los periodistas aburridos por la sensación de "slow" en que se ha convertido todo preguntan cómo se va a organizar el acto del 17J, la toma de posesión de ediles y la investidura del nuevo alcalde, y nadie sabe aún qué contestar. El único movimiento postelectoral se dio el pasado lunes, ocho días después de que hablaran las urnas, con una reunión programada por el equipo de gobierno (PSOE y Compromís) que escenificó el comienzo del fin del traspaso de poderes tal y como la ejecutiva socialista había demandado días antes.

Ruz, este fin de semana, con el equipo del Intagco

Ruz, este fin de semana, con el equipo del Intagco

Concejales

Dos largas horas donde los dos concejales habilitados por el alcalde en funciones, Carlos González, para esta misión, Ramón Abad y Héctor Díez, a los que se unió la portavoz de los nacionalistas, Esther Díez, en las que dieron todas las explicaciones a las preguntas de los cuatro comisionados por Ruz y los dos de Rodil que, vista la confianza, no hizo ni necesario el que se mantuviera las proporciones del voto.

Casi todo lo respondió el equipo de gobierno saliente y de lo que no sabían, quedaron en solicitar la información correspondiente a los técnicos. Las formas que exhibe en privado los socialistas con las dos formaciones hasta ahora en la oposición hacen prever que el próximo mandato, dicen los populares, será menos tenso que este. Ya veremos cuando se repartan las dedicaciones exclusivas y asesores si piensan lo mismo. La semana próxima habrá otro encuentro pero con los informes de los técnicos como protagonistas, en los que se hará balance de lo que está en marcha, a medias o pendiente de cerrarse. De todo ello no hay por ahora pormenores. Pero será en la semana decisiva porque el sábado se designará alcalde y parece que queda mucho aún por hacer.

Ruz, junto a Rodil, posan con las reinas y damas de las fiestas de Elche el pasado sábado

Ruz, junto a Rodil, posan con las reinas y damas de las fiestas de Elche el pasado sábado

Agenda

No hay en la agenda del alcaldable popular ni un solo acto a día de hoy que haga vislumbrar qué se tiene que sentar a negociar con Vox para que en sus tres votos de la sesión de investidura aparezca su nombre y no el de Aurora Rodil. En el PP, dicen que no temen a un "tamayazo" (término periodístico acuñado en honor a los dos diputados socialistas tránsfugas que dejaron en 2003 a Simancas sin ser presidente de la Comunidad de Madrid), tienen una confianza ciega, de esas que solo da la fe, en que el pacto será fácil para lograr un gobierno que "eche a los socialistas", como dice la candidata de Vox, una mujer que tiene muchas cosas claras de qué tiene que cambiar en el Ayuntamiento de Elche.

Milagrosa, Reinas y Damas

El único momento en el que se han visto juntos a Ruz-Rodil fue este pasado fin de semana en la procesión de la Milagrosa, en San Pascual. Juntos e intercambiándose confidencias a lo largo del recorrido aunque nada de lo municipal. En el PP juran y perjuran que no saben a esta hora qué querrá pedir Rodil a Ruz para facilitarle la vara de mando; mientras, los populares siguen instalados en una nube y continúan recibiendo felicitaciones. El sábado también se fotografiaron juntos tras la elección de Reinas y Damas de las Fiestas.

Ruz y Rodil, cinco antes del 28M, en el debate de INFORMACIÓN

Ruz y Rodil, cinco antes del 28M, en el debate de INFORMACIÓN / ALEX DOMINGUEZ

Pacto

Solo hay una cosa clara. En esto del pacto es el PP el que está esperando a Vox porque el partido de Santiago Abascal lleva más tiesos que una vela a sus cargos públicos presentes y futuros que sólo tendrán la posibilidad de negociar cuando se les autorice expresamente y en el marco de prerrogativas y necesidades básicas para gestionar gobiernos en el que se ha instalado la formación. Ahora bien, hay cuestiones adelantadas por Rodil: autónomos, menos impuestos, familia, adiós al adoctrinamiento en forma de ayudas. Cuestiones con las que Ruz sabe que tendrá que transigir o compartir pero de esto no suelta prenda. Si el retraso en sentarse a negociar tiene algo que ver lo que ocurra en otros escenarios autonómicos nadie lo sabe a estas horas porque en otros municipios sí han comenzado a hablar.

Mientras tanto, Rodil ha vuelto a su vida diaria en la consulta del centro de salud y Ruz va y viene a Madrid a cerrar su etapa de senador. En tanto en cuanto, acude a todos los actos que aparecen en su agenda. Igual a un partido de fútbol del Intagco que a un concierto de música festera. Quién sabe si lo hará también pensando en que quizá ahí se pueda volver a ver con Vox, pese a que no formen parte de sus escenarios más reconocibles.

Un alcalde en la calle 365 días al año

Pablo Ruz se ve de alcalde y tiene más que decidido estar todos los días en la calle. Fijar encuentros en la vía pública, por barrios, para que todo aquel que quiera se acerque a resolver cualquier problema o realizar su queja. Una apuesta arriesgada vista la agenda de proyectos que asegura quiere poner en marcha y en una gran ciudad, pero insiste en que él lo tiene claro y ha convencido de ello a su equipo. Asegura a sus allegados que no quiere parecerse a Carlos González de quien dice que era muy propenso a comparecer en los medios de comunicación pero poco dado a hablar con sus conciudadanos. Todo lo contrario del chavismo venezolano en "Aló presidente".