La oposición urge recuperar los talleres de sexualidad y el gobierno local pide respetar a padres y centros

Vox defiende que la formación municipal en institutos apenas eran "dos hojitas" de programa sin objetivos, y el PP que se va a retomar pero impartida por profesionales

La oposición rechaza que padres y centros puedan esquivar si quieren esta formación que, a su juicio, debería ser obligatoria

Un taller, con representantes municipales, en un instituto de Elche, en imagen retrospectiva

Un taller, con representantes municipales, en un instituto de Elche, en imagen retrospectiva / Antonio Amorós

La supresión semanas atrás por parte del actual equipo de gobierno de unos talleres municipales sobre sexualidad en institutos de Elche ("D-Valientes") llevaba al grupo municipal de Compromís a presentar una moción en el pleno de este lunes que sabía de antemano que no iba a salir adelante, pero que en realidad buscaba tratar de dejar en evidencia sobre todo a Vox y, por extensión, al PP.

"Aprender sobre sexualidad a través de la pornografía es como aprender a conducir viendo Fast and Furious". Esta frase de la ilicitana Marina Marroquí era utilizada por Esther Díez para arrancar su petición de fomentar una mejor educación sexual integral en Elche.

La edil recordó que hace falta una educación sexual real, consentida, que se han multiplicado las enfermedades sexuales, la violencia contra las mujeres y la "LGTBIfobia", aumentando los casos de acoso escolar en institutos.

"Es falso que evitar la educación sexual sea protegerlos. Si nos negamos a que sea una educación obligatoria es cerrar los ojos a la realidad y va en contra del bienestar", agregaba también la edil de Compromís.

Sin formación

Díez criticó el haber eliminado el mencionado taller en los institutos, "una campaña que tenía una gran acogida y que la edil (de Educación y Cultura) ha dicho que era para profesionalizar la formación, pero lo cierto es que no hay esta formación".

Ante su moción se presentaron enmiendas, una del PP y dos de Vox que, entre otras cosas, pretendían introducir que se notificara a los padres dicha formación y el temario de la misma, además de que fuera impartida por profesionales de la salud.

María Bonmatí, edil de Educación y Juventud del PP

María Bonmatí, edil de Educación y Juventud del PP / Antonio Amorós

Aurora Rodil, de Vox, dijo que compartía la preocupación los abusos sexuales, las enfermedades de transmisión sexual y la pornografía. "La pornografía tiene que ver con la invasión que ha tenido en los hogares las redes sociales e internet, en los cuales los menores aprenden mal", dijo.

Pero consideró que era necesario afrontar este tema "con seriedad científica. Una formación a nuestros jóvenes estrictamente ligada a la biología y al conocimiento del cuerpo, a los peligros que encarnan ciertas conductas promiscuas o el conocimiento de las enfermedades de transmisión sexual".

En Compromís y el PSOE ya empezaban a echarse las manos a la cabeza, sobre todo cuando Rodil, médico de profesión, apuntó: "A los seis años no nos enseñan logaritmos y cuando tenemos seis años nuestros órganos sexuales no están desarrollados ni tienen carga hormonal en la mente ni en la práctica de los niños".

Monitores de tiempo libre

Desde Vox se aseguró también que no se eliminó ningún taller por cuestiones ideológicas, sino simplemente porque no existía programa: "Eran dos hojitas, incluso con faltas de ortografía, que no incluía ni programa ni objetivos y no lo daban profesionales idóneos. No basta una tutorial de internet para impartir las charlas porque luego los jóvenes preguntan y hay que saber responder. No lo pueden dar monitores de tiempo libre", dijo, de ahí que insistiera en que la formación la impartieran biólogos.

Para el PP, según María Bonmatí, edil de Educación y Juventud, la moción de Compromís demostraba su modelo intervencionista. "Nosotros defendemos el derecho de los centros concertados o privados a decidir los contenidos que se imparten. Usted es partidaria de la imposición y nosotros de la libertad de elección de los centros", matizó.

La exedil socialista de Educación María José Martínez criticó entonces que PP y Vox solo hablaran de la visión científica y que solo pusieran el acento en lo negativo. Recordó que la educación sexual es un derecho, como fuente de salud y afectividad, y que no se trata solo de hablar de enfermedades sexuales.

A criterio del centro y de los padres

En su segundo turno de palabra Esther Díaz dijo estar impactada tras la intervención de Bonmatí, ya que la popular había reconocido también el incremento de las enfermedades de transmisión sexual, pero que no fuera obligatoria la formación y que se aplicara según la moral del centro educativo y de los padres, dejando a los niños totalmente expuestos a juicio de la de Compromís.

También le llamó la atención que dos profesionales sanitarios, en este caso Rodil y Bonmatí, "vayan en contra de las recomendaciones de los principales organismos" de salud pública internacionales, y a las que les recordó que la mayoría de los abusos sexuales se produce sobre menores de diez años.

Aurora Rodil, de Vox

Aurora Rodil, de Vox / Antonio Amorós

Aurora Rodil respondía entonces que esto que defendía Compromís chocaba con la libertad. "No es lo mismo lo que piensa un católico, un musulmán o un evangélico, no es lo mismo lo que le puede enseñar cada familia en su casa. No tengo derecho a los hijos de nadie a imponerle mi verdad. Lo que queremos que se enseñe en los colegios dos cosas: el respeto al otro, la libertad del otro a pensar distinto, respetar sus creencias, y también que conozcan que las conductas sexuales tienen consecuencias y mostrarles las conductas sexuales más saludables", señalaba la edil de Vox.

Bonmatí dijo que se van a dar más talleres municipales, pero que estos estén impartidos por profesionales. "La pausa se ha tomado para replantearlos", indicaba, al tiempo que reivindicaba "una educación sexual que respete el ideario de los padres y de los centros".

Cerrar los ojos ante el problema

María José Martínez puso el acento en que al PP le preocupara solo el interés de los centros concertados, lamentaba que solo se hablara de educación sexual relacionándola con enfermedades. "Ustedes han dejado el sello de la censura", concluía.

Para cerrar el debate, Esther Díez manifestaba la responsabilidad de que esta educación llega a todos los escolares, ese derecho a información, y se preguntaba: "¿Qué problema tienen con el contenido de la moción? Es un problema moral porque no quieren reconocer la importancia de una educación sexual. Es una inmoralidad querer cerrar los ojos ante este problema", insistía. La moción de Compromís fue rechazada con los votos en contra de PP y Vox.