Nuevas estrategias que chocan en Elche

PP y Vox aprovechan el estreno del ROM en el pleno para cambiar su estilo y reducir a la mínima expresión la contestación a la oposición bajo el argumento de evitar los debates estériles

El portavoz adjunto del PSOE, Mariano Valera, en el pleno

El portavoz adjunto del PSOE, Mariano Valera, en el pleno / Áxel Álvarez

A. Fajardo

A. Fajardo

Nuevos tiempos en el pleno de Elche. El Ayuntamiento asistió ayer a una reorganización del debate político con el estreno del Reglamento Orgánico Municipal (ROM), pero también a un cambio de estrategia por parte del equipo de gobierno que evitó confrontar sus posturas con la oposición recortando a la mínima expresión sus contestaciones a las mociones que presentaban sus adversarios. Mientras, PP y Vox vieron en esta técnica una forma de no entrar en enfrentamientos estériles que históricamente han alargado las sesiones hasta la saciedad, para PSOE y Compromís la táctica del Ejecutivo de Ruz fue muy criticada y sinónimo de una falta de responsabilidad política.

El resultado: un pleno que estaba llamado a ser más largo, porque se introdujo una interpelación y un receso para estudiar una moción de carácter urgente, acabó siendo incluso más corto de lo normal. Se finiquitó poco más de las 12 del mediodía tras cuatro horas.

Vivienda

La primera moción, presentada por los socialistas, fue el punto de partida de ese cambio de modelo. El principal partido de la oposición defendió promover vivienda pública y asequible en Elche. Entre otras cosas, reclamó al equipo de gobierno que participe en el programa de fondos europeos Estrategias Territoriales Integradas (ETI) para lograr una subvención con la que financiar el proyecto de 76 viviendas de protección pública impulsado por la empresa municipal Pimesa en Travalón.

La iniciativa contó con dos intervenciones por parte de PSOE y Compromís y ninguna del equipo de gobierno hasta después de las votaciones. La medida fue aprobada por unanimidad. Y fue entonces cuando el PP pidió el turno para explicar su voto, admitiendo que la moción era «positiva y constructiva» y justificando su negativa a debatir para evitar «entrar en otras discusiones políticas» y por estar trabajando ya en esa propuesta.

La portavoz de Vox, Aurora Rodil

La portavoz de Vox, Aurora Rodil / Áxel Álvarez

Capital Verde

Llegó el turno de la propuesta sobre la candidatura a la Capitalidad Verde Europea y ocurrió lo mismo. Hasta el último momento, PP y Vox mantuvieron la incógnita sobre su voto, lo que desató una ristra de críticas de Compromís que les acusó de no tener capacidad de confrontar debates con la oposición al no haber intervenido en ninguna de las dos mociones que se estaban debatiendo hasta ese momento.

Y es que los populares que a lo largo de todo el pleno optaron solo por intervenir para explicar su voto o como mucho en el segundo turno de intervenciones vio un sinsentido tomar la palabra para hablar sobre algo de lo que estaba a favor. Por su parte, Vox, que se desmarcó de sus socios a la hora de apoyar la Capitalidad Verde Europea, directamente se quedó callado.

Esos silencios acabaron avivando las críticas hasta el punto de que el portavoz del PSOE, Héctor Díez, lamentó que parecía que la derecha se hubiera ido de «vacaciones», que estuviera «dormida» y afeó que el «pleno lo estamos haciendo PSOE y Compromís».

Discrepancias ideológicas

Más duro fue para la oposición ver cómo la moción defendida por la formación valencianista para enviar ayuda humanitaria al pueblo palestino fuera tumbada por el Ejecutivo de Pablo Ruz sin ninguna explicación al respecto. Una propuesta de marcado carácter político que el partido de Santiago Abascal reprochó más tarde por pretender arreglar en el plano local un conflicto internacional, mientras la izquierda acabó acusando a la derecha de falta de humanidad y de ir en contra de los derechos humanos.

La misma postura tomó el equipo de gobierno con otra propuesta de los socialistas bajo el pretexto de que tenía un claro componente ideológico. El principal partido de la oposición planteó que el Ayuntamiento pueda reconocer a las familias monomarentales y monoparentales, LGTBI, familias reconstituidas, adoptivas o acogedoras, familias migrantes, transnacionales e interculturales a la hora de conceder ayudas. Y de nuevo, los responsables municipales declinaron pronunciarse hasta después de votar. «No se puede votar en base a una ley que no está aprobada, porque viene de Pedro Sánchez y porque nos esperamos lo peor, no hay concreciones», explicó la portavoz de Vox, Aurora Rodil, para garantizar después que ayudarán «a todas las familias sin discriminación, sin etiquetado, sin listado».

La corporación municipal, en el pleno de ayer

La corporación municipal, en el pleno de ayer / Áxel Álvarez

Lo mismo dijo el PP, de la mano de su portavoz José Navarro, quien se escudó en que esto era «un debate estrictamente ideológico que roza la extravagancia porque la ley no ha sido aprobada y se desconocen los términos de la misma».

Donde menos choques hubo fue con la moción presentada por el PP, aprobada por la unanimidad de los grupos, para iniciar los trámites necesarios por parte del Ayuntamiento para declarar la Pasión de Elche, Fiesta de Interés Turístico Autonómica. Una obra que lleva representándose desde 1984, hace ya 40 años, por parte de los componentes del Grupo Cultural Jerusalem.