Adelantar por la derecha

La trituradora de carne en la que se ha convertido el Hércules fuera del balompié profesional va dejando un rastro de sueños inertes en la cuneta. El último, el de Víctor Eimil, el futbolista que decidió cambiar de mar para crecer como jugador y termino ahogándose en otro naufragio blanquiazul. El lateral lucense ha visto truncada una progresión que, hasta su traslado a Alicante, estaba resultando colosal.

El joven zaguero, de los pocos que aún no se ha despedido de la grada a través de sus redes sociales, ni para bien ni para mal, no cuenta con propuesta de renovación. Hubiera continuado de manera automática de haber logrado una serie de objetivos individuales que, a priori, cuando plasmó su firma en el contrato allá por el mes de julio, parecían fáciles de garantizar.

Diez meses después, el exlateral del Arenteiro se ha quedado muy lejos las estadísticas que había firmado un año antes en el grupo 1 el curso que Ángel Rodríguez llevó al Pontevedra a Primera RFEF. Todo se quema en el Hércules. La juventud, también.

La decisión del preparador leonés –avalada por la secretaría técnica– de devolver a Raúl Ruiz a tareas de contención ha desprovisto de continuidad al carrilero de Vilalba. Mil quinientos minutos más ha jugado el capitán que él, que apenas ha sido siete veces titular en todo el ejercicio. Pese a esa diferencia, la aportación ofensiva de uno y otro ha sido la misma, un tanto para cada uno.

El del gallego, pasado el tiempo reglamentario en Zaragoza, frente al Deportivo Aragón, valió para evitar males mayores en un tramo final de Liga que pudo acabar con los alicantinos jugándose la permanencia en la última jornada.

Eimil se marcharía del equipo alicantino sin apenas ser testado pese a su enorme proyección y Raúl Ruiz, como lateral, rara vez incide en el juego

Ni Eimil ni Raúl tienen constancia de que el Hércules quiera volver a contar con ellos. A Lolo Escobar, la naturaleza atacante del lateral de Lugo no le transmite seguridad.

Sus condiciones físicas están muy por encima de las que puede desplegar el canterano blanquiazul, pero para hacerlas valer, para hacerlas brillar, para convertirlas en diferenciales, el equipo tendría que practicar una variable de acción ofensiva que no casa con el preparador de Don Benito, incapaz de explotar las bandas, de generar automatismos que proyecten a los laterales en ataque sin dejar desguarnecida de más la defensa.

Víctor Eimil, a pesar de su mal año, sigue teniendo buen cartel en Segunda RFEF. A Raúl Ruiz le costará más ser apetecible fuera del Hércules. Sus opciones de seguir pasan por rebajarse todavía más la ficha, algo que, de momento, no tiene ni necesidad de valorar porque no se le ha hecho llegar ninguna propuesta. Su continuidad, de producirse, tendrá más peso emocional que futbolístico tras un año muy lejos de su mejor nivel.

La reconstrucción del Hércules, y sus opciones de abandonar una de una vez la cuarta categoría nacional, pasan por mejorar todas las líneas, sin excepción, de ahí la resistencia a ofrecer renovaciones. De las tres que ha hecho hasta ahora, solo una ha tenido respuesta positiva, la de Carlos Abad.

Iván Martínez la declinó abiertamente y Roger Riera sigue esperando que el club compense económicamente seguir jugando en campos de hierba natural en vez de buscar un salto profesional que no tendría complicado después de la temporada interesante que ha completado. El Hércules tiene trabajo adelantado, mucho comparado con el del último verano, pero debe dar consistencia a su banda derecha.