Al igual que el fuego en el escenario, las "divas gays" y las baladas techno, la cuestión de por qué Australia participa en Eurovisión se ha convertido en una constante en cada edición del festival europeo de la canción. Y aunque lo cierto es que Australia no es el único país extra-europeo que ha participado en Eurovisión en los últimos años, la pregunta continúa en el aire debido a que se trata del participante que más llama la atención por su distancia geográfica con Europa.
Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Israel y, por supuesto, Australia, son los países que participan en el Festival de Eurovisión como miembros asociados. Es decir, estados que no están incluidos en la Unión Europea de Radiodifusión (UER) y aún así participan en el festival.
Australia se convirtió en el primer país en participar en Eurovisión sin ser miembro de la UER en 2015. Y desde su debut en aquella edición se ha convertido en uno de los pocos países que nunca se ha retirado del festival, junto a España, Moldavia y Azerbaiyán.
Y aunque son más de 14.000 kilómetros los que que separan Australia de Europa, el país oceánico participa en Eurovisión cada año debido a la gran afición que sienten los australianos por el festival. Un dato sorprendente de esta pasión eurovisiva es que la televisión pública de Australia (SBS) emite Eurovisión desde hace 35 años, su primera retransmisión fue ni más ni menos que en 1983, con unos datos de audiencia sorprendentes. Los lazos culturales y políticos con Europa son las principales razones que explican este fenómeno.
Pero el eurofandom australiano despegó definitivamente en 2014, año en el que la televisión pública danesa DR, anfitriona de Eurovisión aquel año, invitó a actuar a una representante de la cadena pública australiana SBS en el descanso del festival. La actuación de Jessica Mauboy tuvo tal acogida que más de 2,7 millones de autralianos vieron el evento televisado en su país.
La UER no podía pasar esto por alto y en 2015, con motivo del 60 aniversario del concurso, se invitó a Australia a participar en Eurovisión. El país ha actuado ininterrumpidamente desde entonces y ha cosechado grande éxitos llegando a convertirse en finalista en cinco ocasiones.
Este año, Australia también ha conseguido llegar a la final, donde se enfrentará a la representante española Chanel. Sin embargo, aunque Australia llegase a ganar el festival, la normativa le impediría celebrar el festival en su territorio. Por lo que en 2016 se firmó un acuerdo entre Australia y la cadena pública de Islandia por el que, en el caso de que Australia ganase Eurovisión, los islandeses coorganizarían la siguiente edición del festival.
