Tiene que llover

La nueva cita londinense

Carlos III de Inglaterra, durante una visita a Belfast.

Carlos III de Inglaterra, durante una visita a Belfast. / EP

Francisco Esquivel

Francisco Esquivel

En las horas previas a la coronación The Guardian se ha recreado calculando la fortuna personal del niño de Isabel II, muy superior a la de su madre, y el Palacio de Buckingham ha saltado de forma inusual para señalar que no hay comentarios sobre las finanzas privadas del rey aunque criticando «la mezcla creativa de especulaciones, suposiciones e inexactitudes de la insólita auditoría» lo que no ha evitado que un renombrado biógrafo y columnista de la competencia del diario en cuestión haya rematado su análisis al son de «el rey no se puede permitir ser enormemente rico». Pero lo que ya es de una crueldad difícil de digerir es que alguna que otra plataforma haya programado en estos días «Random encounters», una peli en la que interviene Meghan Markle de tal resonancia pese a que casi reproduce las circunstancias en las que conocería con posterioridad a Harry gracias a una cita a ciegas que, por mucho que he rastreado, no he encontrado una sola crítica alusiva. Se ve que cuando tres años más tarde cautivó al príncipe diría ahora se van a enterar de quién soy. El suegro la tiene desde luego en sus oraciones.

   El monarca será ungido por el arzobispo de Canterbury con óleo sagrado. En esta ocasión no será de aceite de esperma de ballena sino de oliva dado el fervor medioambiental del coronado. El espermaceti del cetáceo es considerado un recurso valioso debido al elevado precio que se cotiza si tenemos en cuenta que uno de estos mamíferos puede tener hasta dos toneladas. Pero al igual que el célebre tampón también ha pasado a la historia.

   Aunque al 64% de británicos el desfile y la ceremonia le importa muy poco o nada el acto provocará sumo interés y curiosidad mundial. Los paisanos de Carlos III muestran desapego hacia un rito milenario que, según parte considerable de la población, está fuera de lugar en el siglo XXI. Así es sin duda. No pienso perdérmelo.