Es la hora de sintonizar otra cadena

Alumnado, en el recreo de uno de los colegios de la provincia. | HÉCTOR FUENTES

Alumnado, en el recreo de uno de los colegios de la provincia. | HÉCTOR FUENTES / victoriabuenovictoriabueno

María Benesiu Escobar

Quisiera denunciar un hecho que presencio todas las mañanas desde que me mudé a un apartamento delante de un colegio. Al principio, todo parecía normal: los niños salían al recreo, jugaban al fútbol, cantaban, etc., en fin, actividades corrientes para pasar el rato. Todo ello, siempre, claro está, coordinado por algún monitor. Pues bien, hace unas semanas debieron proponer que el monitor llevara al patio unos altavoces para que los niños escucharan un poco de música mientras estaban en el patio. Lo que me sorprendió fue la elección de dicha música: canciones sexistas, misóginas y discriminatorias. Cuatro Babys de Maluma y Propuesta indecente de Romeo Santos parece ser que son sus piezas predilectas.

Me gustaría aclarar que yo soy oyente diaria de artistas de géneros como el reggaeton, donde suele encontrarse con mayor frecuencia este tipo de letras. No obstante, debo confesar que me aterroriza que, a una edad tan temprana, los niños puedan normalizar los actos descritos en dichas canciones. 

Tenemos que ser conscientes de la seriedad de la situación y del poder que tiene la música en nuestro comportamiento, porque en ella se refleja lo que pensamos como sociedad sobre estos temas. No tiene sentido que promovamos la lucha contra los ideales machistas si les invitamos a que escuchen y asimilen este tipo de contenido.

¿Por qué decantarse por canciones que discriminan cuando existen tantas que hablan sobre lo bonita que es la diversidad?