Guardamar aprueba otras 2.365 viviendas turísticas que cercan el paraje del Moncayo
El visto bueno definitivo al ZO-6 Oliverón se suma al inicio de las obras en El Mirador ZO-9 con otras 2.000 viviendas en la misma zona - El Ayuntamiento descarta desclasificar los suelos como recomienda el Plan de Acción Territorial
2.365 viviendas sobre 580.000 metros cuadrados que cercan la pinada del Moncayo. Es lo que acaba de autorizar el Ayuntamiento de Guardamar del Segura en el sector ZO-6 El Oliverón.
El Boletín Oficial de la Provincia recoge esta aprobación definitiva de la modificación puntual 15 del Plan General guardamarenco, tramitada por el gobierno local del PSOE.
La iniciativa se suma a la puesta en marcha en los últimos días de otro residencial consagrado a la vivienda turística: las obras de urbanización sector ZO-9 «El Mirador» sobre 685.000 metros cuadrados con capacidad para construir otras 2.000 viviendas, a escasos cientos de metros del Oliverón, pero ya en el Campo de Guardamar. En este caso del Mirador el acta de replanteo de las obras de urbanización se firmó hace una semana.
Junto a la N-332
El sector ZO-6 El Oliverón está delimitado al norte por el campo municipal de fútbol y la Loma de les Raboses y se extiende hacia el sur, sobre la parcela en la que ahora se instala el mercadillo dominical, a lo largo del margen de la Nacional-332, frente al polígono industrial Santa Ana y ya hasta el cementerio, el monte Moncayo, y las inmediaciones de las instalaciones militares aeronavales de la Torre de Los Americanos.
Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) y Miguel Ángel Pavón señalaron en sus alegaciones a la aprobación provisional, rechazadas por el Ayuntamiento, que la administración local había ignorado que la versión preliminar del Plan de Acción Territorial (PAT) de la Vega Baja, plan supramunicipal que afecta al territorio guardamarenco dedica una ficha a este sector Oliverón en la que se propone «la reversión de su clasificación como suelo urbanizable y su integración en la infraestructura verde mediante la aplicación del régimen transitorio».
Esa condición, la del régimen transitorio, suponía la posibilidad de desclasificación del sector al tratarse de suelo en «situación básica rural» que presenta valores que «desaconsejan su urbanización».
Los técnicos que elaboraron esa versión preliminar remarcaban que esa ocupación de más de 50 hectáreas se produce en un entorno agroforestal muy próximo al litoral y la zona húmeda catalogada de la desembocadura y frente litoral del río Segura.
Medio Ambiente
Por su parte, el alcalde José Luis Sáez (PSOE) explica que la inclusión del régimen transitorio de este plan, como el aledaño del Mirador, señalaba que los planeamientos se podrían mantener si se desarrollaban en un plazo de tres años después de la aprobación del PAT.
Y el PAT ni siquiera ha pasado de la versión preliminar. De hecho esa es la respuesta del municipio a las alegaciones, sin entrar a valorar el impacto de la urbanización sobre el medio ambiente y el urbanismo.
Sáez recordó también que se trata de un planeamiento que figura en el Plan General desde hace 20 años y se tramita desde 2012. Durante todo este tiempo las mejoras introducidas se basan casi exclusivamente en garantizar el acceso a distinto nivel a la N-332 con una recomendación de ubicar los suelos verdes junto al paraje de Las Cañadas, que se salva de la urbanización, rodeado de viviendas.
Más rápido
Así, para el caso de los planes urbanísticos situados en esa condición de transición en Guardamar el PAT, una herramienta planteada para vertebrar el territorio del Bajo Segura y ordenar el crecimiento urbanístico, paradójicamente ha servido para acelerar estos procedimientos de urbanización en Guardamar, ante la posibilidad de que desclasificaran: la economía local gira en torno a la construcción residencial.
El gobierno socialista en el Ayuntamiento de Guardamar ha sido además uno de los más contundentes a la hora de rechazar las previsiones de la versión preliminar del PAT.
Inundabilidad, terreno forestal, pendientes...
La misma ficha del PAT elaborada por la Generalitat advierte que el Oliverón se asienta sobre suelo forestal estratégico con bordes de pendientes que superan el 25% y afección por inundabilidad en todo el entorno de las Cañadas, rodeado por riesgo muy alto de incendios.
Los mismos técnicos incidían en que no se consideraba compatible su desarrollo urbanístico al fomentar un modelo «expansivo de ocupación y se posiciona sobre una unidad paisajística de relevancia para la zona de la vega, reserva de las escasas zonas verdes presentes en la comarca».
Además explicaba que Guardamar ya supera con su actual suelo urbanizado valores de crecimiento que fija la legislación la estrategia territorial de la Comunidad Valenciana.
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