Roban la silla de ruedas a un vecino discapacitado de El Campello

Se trata de un vehículo eléctrico cuyo modelo tiene un valor en el mercado de 1.950 euros

El afectado fue a Cáritas a dejar ropa, y cuando salió de la sede, ya no estaba

Silla de ruedas eléctrica como la que ha sido robada, junto a la fachada de la sede de Cáritas de El Campello en la que se produjo el robo.

Silla de ruedas eléctrica como la que ha sido robada, junto a la fachada de la sede de Cáritas de El Campello en la que se produjo el robo. / INFORMACIÓN

El que se fue a Sevilla perdió su silla. Mucho menos agradable que este desgastado dicho popular es lo que le sucedió a Francisco, un vecino de 73 años de El Campello, que no fue a la capital andaluza. No le hizo falta ir tal lejos, tan solo se tuvo que desplazar a la sede de Cáritas de su municipio -y de la que fue jefe durante 13 años- para completar el refrán. Solo que en su caso, no perdió ninguna silla; se la arrebataron. Y no una cualquiera, sino una eléctrica, la que necesita para realizar una función tan elemental como moverse.

El robo se produjo durante la mañana del 30 de enero en el bajo del número 3 de la calle Santa Teresa, donde la organización católica dedicada a la caridad tiene una de sus bases. El acto fue tan desalmado como veloz. Tanto como lo relata el propio afectado, que acudió al local a dejar varias prendas de ropa. Dejó la silla en la puerta, charló cinco minutos con personas que se encontraban en el lugar y cuando salió ya no estaba.

El hurto ha generado una oleada de indignación que se hace visible en el grupo de Facebook 'Tu No Eres De El Campello Si No.....', donde Piedad, sobrina de Francisco, pocas horas después del robo, publicó una foto de la silla de ruedas en cuestión y pidió ayuda para dar con ella. Hasta el momento, no ha habido suerte.

Sin suerte

Pero ya desde el inicio se preveía que no iba a ser fácil que la hubiera. Así se lo comunicaron efectivos de la Guardia Civil al afectado cuando presentaron la denuncia el mismo día en el que se registraron los hechos: "Me dijo que no, que iba a ser imposible encontrarla". El pesimismo de los agentes se convirtió en realidad cuando el operativo de búsqueda les llevó incluso a la localidad vecina de Sant Joan, "pero nada", los intentos no tuvieron resultado, tal como explica la propia víctima.

Francisco recuerda con rabia un episodio que describe como "una cabronada muy grande". "Robarle a una persona inválida la silla es demasiado, pero en fin, hay de todo", expresa con cierta dosis, más que comprensible, de derrotismo: "Estoy muy enfadado porque me han partido por la mitad". Su dolor es aún más agudo cuando se conoce su situación, porque la silla era mucho más que un medio esencial para su vida, incluso más que "la mitad" que él mismo menciona.

"Me sabe mal, porque era una silla nueva...", algo que no es literalmente cierto, ya que el vehículo eléctrico es de segunda mano. Antes que a él, perteneció a su hermano, que apenas la utilizó: "Por eso me duele más, estaba nueva, la compró y no lo usó". Por este motivo, decidió comprársela a su sobrina, hija de su hermano fallecido y la misma que se encargó de denunciar el robo vía Facebook.

El modelo tiene un valor en el mercado de 1.950 euros, pero pagó a su sobrina algo menos de la mitad (900, que le prestó su nieto) para hacerse con un artículo sin el que se encuentra "empotrado aquí en casa". Francisco explica que le tuvieron que cortar una pierna y parte de la otra, de la que carece de la punta de varios dedos, y la "estabilidad no es la misma", tal como él mismo detalla. "Aunque tengo mi pierna ortopédica, no puedo estar mucho de pie", señala el damnificado por un robo que le ha obligado a rescatar una "antigua" silla motorizada cuya batería se encuentra averiada. ¿La solución más barata? Pagar los 600 euros que vale una nueva, una opción que no puede afrontar y que por justicia, no debería ni siquiera plantearse.

A falta de justicia, el afectado ha encontrado una solución en su "cayao" para moverse por casa, pero es consciente de su nueva realidad: "Sin mi silla no puede hacer nada".