Oleada de vandalismo en los colegios de San Vicente

Varios centros de educación del municipio sufren en las últimas semanas daños en sus instalaciones provocados por individuos que destrozan todo lo que encuentran a su paso, pero que no roban nada

El Bec de l'Àguila, colegio afectado por un episodio de vandalismo, un problema que se propaga por varios centros de San Vicente del Raspeig.

El Bec de l'Àguila, colegio afectado por un episodio de vandalismo, un problema que se propaga por varios centros de San Vicente del Raspeig. / INFORMACIÓN

Destrozos al amparo de la noche en varios colegios de San Vicente del Raspeig. ¿El motivo? Cuesta de entender. Porque detrás de esta oleada vandalismo no parece haber ninguna razón, solo el deseo de perpetrar el mal. La tentación del caos, que parece haber seducido a una banda de maleantes.

"Robar, no roban". Eso al menos es lo que dicen desde la dirección de varios de los centros afectados, como el CEIP Bec de l'Àguila. Su máxima responsable, Reyes Gomis, cuenta que los hechos ocurrieron durante las madrugadas del pasado fin de semana. "Vandalismo puro y duro", afirma la docente, que lamenta que el valor de los daños provocados puede "fácilmente llegar a los 10.000 euros".

La gran parte de esta cuantía se la llevan una fotocopiadora, "destrozada con una bola de hierro", una inusual arma del delito que fue hallada por el personal del centro, y una pizarra digital hecha añicos "a martillazos". Pero el parte de lesiones es amplio. Una máquina de café que pertenece a una empresa ajena al colegio volcada, cristales y juguetes del área infantil rotos, una garrafa de gel hidroalcohólico tumbada y con la sustancia desinfectante esparcida por las paredes, pasillos... lo que complicó las labores de una brigada especial de limpieza que se encontró con lo que parecía un escenario de guerra.

"Hemos perdido material didáctico y manipulativo muy valioso", asegura Gomis, que se muestra abatida ante lo que considera una "situación muy triste que nos deja vendidos". Pese a ello, su colegio, en el que estudian 500 alumnos, ya se está reponiendo de este desalmado temporal y "antes de este viernes lo vamos a tener todo repuesto".

En este sentido, la máxima representante de la escuela agradece "la rápida respuesta" dada por la concejalía de Educación, que "se ha volcado" con el centro. No es el único que las últimas semanas ha sufrido este tipo de incidentes, que se están propagando como una plaga por algunos de los recintos educativos del municipio.

Incendio de un contenedor en un patio

Panorama similar se encontraron hace unas semanas los trabajadores del CEIP Azorín. Su directora, Rebeca Albujer, explica que en su caso, los hechos sucedieron los días 28 de marzo y 2 de abril, y al igual que en el episodio ocurrido en el Bec de l'Àguila, los autores no se llevaron nada. Eso sí, arrasaron con todo lo que vieron: reventaron una puerta, dañaron el mobiliario, rompieron el proyector y la pantalla de un ordenador, mancharon las paredes de la pintura destinada a los alumnos más pequeños e incluso, quemaron un contenedor en el patio. El desastre pudo ser mayor, ya que la peculiar hoguera se encendió "al lado de la sala de la caldera".

El CEIP Reyes Católicos también se vio afectado por esta epidemia de gamberrismo durante el parón de Navidad, cuando el centro fue asaltado hasta en tres ocasiones. Así lo asegura su director, Jorge Gisbert, que detalla que posteriormente el centro ha recibido en un par de veces más a estos visitantes indeseados. El profesor admite que estas vacaciones "tenía miedo" de que le llamaran para notificarle un nuevo caso que no se ha producido. Suficiente tuvo con las ocasiones anteriores en las que estos sujetos "se cargaron las canastas de baloncesto", pero "robar, no robaron nada".

Aunque con diferentes síntomas, el diagnóstico según las fuentes consultadas es siempre el mismo: los colegios son pasto de la destrucción, pero no del saqueo. "Vigilar a todas horas es difícil", comenta resignado Gisbert. Sus palabras coinciden con las transmitidas desde fuentes policiales, que confirman la naturaleza de estos "daños vandálicos" sin motivación aparente y también informan de que se ha reforzado la vigilancia nocturna. Miembros del cuerpo rechazan que haya un problema de seguridad, aunque sí reconocen que los colegios son espacios "susceptibles" durante las noches de los fines de semana y "la gente se aprovecha".

Cámaras de seguridad

Para frenar esta situación, el PSOE ha instado a la Generalitat a instalar cámaras de seguridad, tal como propuso en 2021 la entonces concejala de Ciudadanos y ahora miembro del equipo de gobierno (PP), Mariela Torregrosa. Este sistema de videovigilancia, tal como ha manifestado el edil socialista Eugenio Toledo, facilitaría "la identificación y captura de los responsables" de estos actos. "Las competencias para llevar a cabo esta medida son puramente autonómicas". Así lo indican fuentes socialistas, que recuerdan que durante su mandato ejecutaron los "trámites pertinentes" para aplicar esta solución y el asunto fue trasladado a conselleria.

El grupo socialista está convencido de que esta propuesta saldrá adelante y sugieren "que la posible financiación y mantenimiento de los dispositivos podría ser gestionada en colaboración con el organismo autonómico de Educación". En cualquier caso, el partido ha evitado entrar en confrontación por este tema y están convencidos de que la concejalía, que dirige Santiago Agulló, "que cuenta una larga experiencia como cargo directivo de un centro", está en buenas manos, por lo que confían en la "colaboración y predisposición" del equipo de gobierno.

Lo cierto es que la idea de las cámaras de seguridad ha sido mencionado por algunos de los directores consultados, como Rebeca Albujer, que cree que los autores de estas acciones accedieron al centro que gestiona "desde el parking de la facultad de Educación", lugar que carece de sistema de vigilancia por grabación.

Su colegio se sitúa a pocos metros del aparcamiento de este aulario y también del IES María Blasco, que sufrió un "destrozo descomunal" en sus intalaciones hace meses, durante los primeros días del curso. En aquella ocasión, los vándalos se "ensañaron" y causaron "daños relevantes", y a diferencia de los últimos sucesos que se han registrado, también robaron algunos artículos, como varios ordenadores portátiles y diversos materiales.