Alcoy apuesta por el uso de cámaras para el control del tráfico y la seguridad

La ciudad tiene distribuidos casi 200 dispositivos de vigilancia en el casco urbano y los polígonos y se prevé aplicarlos en más áreas de gestión

Una de las cámaras instaladas en el centro de Alcoy. | JUANI RUZ

Una de las cámaras instaladas en el centro de Alcoy. | JUANI RUZ / ANTONIOTERUELa.T.

El Ayuntamiento de Alcoy ha apostado por el uso de cámaras para el control del tráfico y la seguridad en la ciudad y prevé extender aún más su aplicación en diferentes áreas de la gestión municipal. El empleo de estos dispositivos comenzó hace tres años con su instalación en los polígonos industriales como medida preventiva, pero se intensificó el año pasado al emplearse este sistema para medir el control de aforos en edificios e instalaciones públicas, y se ha incrementado aún más con la reciente peatonalización del centro histórico. Desde el Consistorio subrayan esta eficacia, e insisten por ello en la intención de utilizarlas en más cuestiones del día a día municipal.

En 2018 fueron 21 las cámaras instaladas en los polígonos industriales de Alcoy, más otros diez sensores de captura de matrículas, mientras que el año pasado se incorporaron otros 160 dispositivos en zona urbana. Estos últimos, incluidos en el proyecto Smart City y costeados al 50% con fondos europeos dentro de la Estrategia Edusi, tenían como objeto inicial el control de la entrada y salida de personas en edificios municipales, como medida preventiva frente al coronavirus, pero al final se han aplicado también en cuestiones relacionadas con la regulación del flujo de tráfico y la seguridad ciudadana. Así, fuentes municipales destacan la importancia que pueden tener las imágenes en caso de producirse algún hecho delictivo, para identificar a una persona o un vehículo. Esta medida se quiere extender en el futuro a, por ejemplo, el control de entrada y salida de coches en los aparcamientos rotatorios que se pretenden implantar en Alcoy.

El concejal de Seguridad, Raül Llopis, recuerda que estos dispositivos ya permitieron hace un tiempo localizar y detener a un conductor que había atropellado a un peatón en la Zona Norte, en colaboración con la Policía Local de Cocentaina, y que ante cualquier circunstancia «pueden utilizarse como prueba». «Cualquier comportamiento incívico puede ser visionado y sancionado», reitera. En el caso de la regulación del tráfico, no solo permiten conocer los puntos que estén más saturados o las horas las que se produce una mayor circulación, sino también «saber los patrones de conducta de los ciudadanos» en movilidad y articular políticas a partir de los datos extraídos.

El edil también defiende la instalación de las cámaras en los polígonos por el refuerzo de la seguridad que implican, en puntos alejados del casco urbano y a los que muchas personas tienen que acceder a horas de escasa circulación por sus turnos de trabajo. Llopis insiste en que su presencia tiene un efecto disuasorio «fundamental» para evitar que se produzcan delitos. Asegura, en este sentido, que gracias a estos dispositivos se han podido frustrar robos en empresas, e incluso se logró detener en una ocasión «in fraganti» a los presuntos delincuentes, al registrar la matrícula de un vehículo que entraba y salía a unas horas determinadas. Gracias a esto, explica, se pudo observar que se trataba de movimientos de vigilancia para la planificación de un golpe.

Las cámaras situadas a la entrada y la salida de la ciudad también jugaron un papel destacado durante las semanas en las que Alcoy estuvo cerrado perimetralmente debido a la alta incidencia de coronavirus. Según Raül Llopis, «nos permitieron saber a qué horas había más o menos tránsito de vehículos y cuáles eran los puntos más adecuados para instalar los controles» que se efectuaban para comprobar que quien se desplazaba lo hiciera por un motivo justificado. Esto sin descuidar, además, la prevención frente a posibles aglomeraciones que se realizaba a través de los dispositivos instalados en la entrada de edificios municipales o en la vía pública. Ante esto, el edil reitera la operatividad del sistema y la idea de seguir aplicando en la gestión los datos que aportan las imágenes captadas por las cámaras.

Respeto a la privacidad y los datos personales

La instalación de un número de cámaras relativamente elevado para una ciudad del tamaño de Alcoy generó una cierta controversia en un principio, hasta el punto de que algunos grupos de la oposición municipal expresaron su temor de que el sistema se convirtiera en un «Gran Hermano» que vulnerara la privacidad de los ciudadanos. El concejal de Seguridad insiste en rechazar este aspecto, y recalca que en todo momento se respeta la normativa de protección de datos vigente, tanto en lo referente a la colocación de dispositivos como en el uso de las imágenes y su conservación únicamente por un tiempo limitado.

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