La situación económica de Ibi provoca el primer cambio en el gobierno municipal

La vicealcaldesa renuncia a las competencias en Recursos Humanos, que de momento serán asumidas por el alcalde, y se espera alguna reordenación más de competencias para los próximos días

La vicealcaldesa y el alcalde de Ibi, antes de suscribir su actual pacto de gobierno.

La vicealcaldesa y el alcalde de Ibi, antes de suscribir su actual pacto de gobierno. / Juani Ruz

La complicada situación económica y de personal que atraviesa el Ayuntamiento de Ibi ha tenido su primera consecuencia sobre el equipo de gobierno. La vicealcaldesa, Aitana Gandia, de Som Ibi-Compromís, ha renunciado a las competencias en Recursos Humanos, que por el momento serán asumidas por el alcalde, Sergio Carrasco (PSOE), al menos hasta que se lleve a cabo una reestructuración más profunda en el bipartito. Esta redistribución de las delegaciones, sobre la que de momento no han trascendido más datos, está prevista para los próximos días.

La propia vicealcaldesa ha confirmado a este periódico su decisión, que ella misma comunicó también a los sindicatos en la Mesa de Negociación. Según explica, se trata de una acción "meditada" y "consensuada" con sus socios de gobierno, y que ni se ha enturbiado la relación con los socialistas ni ha habido un golpe de mano o una pérdida de confianza por parte del alcalde. Asimismo, preguntada acerca de si se ha visto superada por la complicada situación municipal, Gandia ha eludido dar más detalles y se ha limitado a señalar que ha preferido "dar un paso al lado", aprovechando la circunstancia de la próxima remodelación del gobierno.

El bipartito ibense se enfrenta desde el mismo día de su toma de posesión a una situación económica endemoniada, heredada del anterior gobierno popular, que no cerró el ejercicio presupuestario de 2022 ni aprobó los presupuestos de 2023 pese a contar con mayoría absoluta. Al bloqueo de las subvenciones a asociaciones y entidades debido a la prórroga presupuestaria se han sumado las elevadas deudas contraídas por facturas impagadas, algunas de 2018 según ha denunciado el gobierno actual, agravadas por la ausencia de un interventor. Además, cabe recordar que los vehículos municipales llegaron a estar paralizados porque no había un contrato para el suministro de combustible, entre otros.

En el área de Recursos Humanos, el déficit de personal en casi todas las áreas por las numerosas vacantes y bajas y la imposibilidad de cubrirlas por falta de liquidez, debido a la falta de un interventor que apruebe los pagos, ha creado un enorme malestar entre la plantilla. Los trabajadores del Ayuntamiento han sufrido también retrasos en el pago de nóminas, y han llegado a realizar paros de una hora al día durante algunas semanas. Aunque Gandia evite señalar de manera explícita que esta es la causa de su renuncia a esta delegación, cabe recordar que la edil ya estuvo de baja el pasado otoño, tiempo durante el cual el alcalde ya asumió estas funciones.

Aunque por el momento se desconocen más detalles del nuevo reparto de delegaciones, Gandia explica que previsiblemente ella asumirá alguna competencia que ahora ostenta otro concejal, al tiempo que deje la de Recursos Humanos. La vicealcaldesa insiste, en cualquier caso, en que se trata de una decisión "muy meditada" y acordada con el PSOE, y que las relaciones entre los socios de gobierno se mantienen intactas. Los socialistas, por su parte, no se han pronunciado públicamente sobre este asunto por ahora. Con todo, resulta más que evidente que el complicado contexto en el que se encuentra el Ayuntamiento ha tenido una influencia directa en la renuncia de Gandia a una de sus áreas.