Las sombras reducen hasta veinte grados la temperatura en las calles de Alicante en verano

Los expertos reclaman arbolado frondoso, además de toldos y zonas con agua en la ciudad, para reducir la sensación de calor en los meses estivales, donde al sol se superan los 50 grados

Medición de temperatura en la plaza de Gabriel Miró, uno de los entornos urbanos con más sombras gracias a los ficus centenarios

Medición de temperatura en la plaza de Gabriel Miró, uno de los entornos urbanos con más sombras gracias a los ficus centenarios / Alex Domínguez

C. Pascual

C. Pascual

Las sombras de los árboles pueden reducir hasta veinte grados la temperatura en las calles de Alicante en verano. Así, mantener ejemplares frondosos, junto a otros sistemas de protección como toldos y zonas con agua, se convierte en una necesidad para intentar aliviar la sensación de calor en unos meses en los que los termómetros se disparan, y más tras los evidentes efectos del cambio climático. «Los parques o los árboles en las calles generan áreas de frescor que permiten hacer más soportable el tránsito urbano en días de calor. Pero los árboles solo no bastan. Es necesario que las calles y las plazas se doten de puntos de agua, fuentes o aspersores para mejorar la sensación de frescor», subraya el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, quien señala que «en la zona mediterránea es necesario ‘refrescar’ las calles con arbolado y fuentes».

Detalle de una pegatina en un juego infantil en Calvo Sotelo, donde tampoco existen toldos para mejorar el confort climático

Detalle de una pegatina en un juego infantil en Calvo Sotelo, donde tampoco existen toldos para mejorar el confort climático / Alex Domínguez

Esa tesis va en la línea que defienden organismos a nivel mundial como la ONU, que a través de su programa para fomentar un mejor futuro urbano defiende los beneficios de los árboles urbanos porque «desempeñan un papel importante en la mitigación del cambio climático, puesto que un árbol maduro puede absorber hasta 150 kilogramos de gases contaminantes al año», funcionan como «filtros para los contaminantes urbanos, como el polvo, suciedad y humo» y, entre otros motivos más «la ubicación estratégica de los árboles ayuda a enfriar el aire». En Unicef, desde la iniciativa ciudades amigables de la infancia, señalan que «los árboles pueden reducir las temperaturas de las ciudades hasta doce grados», que consideran que se «debe en gran parte a la sombra y también al efecto de la transpiración, el proceso por el que el agua dentro del árbol se libera como vapor de agua a través de las hojas, por lo que la revegetación es clave para regular las temperaturas en las ciudades». Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, también advierten de que los «árboles en las ciudades actúan como aires acondicionados y ayudan a bajar la temperatura del aire», cifrando la media a nivel mundial en ocho grados. 

La importancia de las sombras para mejorar la calidad de vida de los vecinos es una obviedad, a la que el termómetro pone cifras. Este pasado miércoles, entre la 13:00 y las 14:15 horas, INFORMACIÓN pudo certificar la diferencia en grados que se puede registrar en una superficie en función de su ubicación, al sol o a la sombra, en un recorrido por las principales calles de Alicante, las más frecuentadas por vecinos y turistas, con un termómetro industrial de infrarrojos en la mano. 

En Gabriel Miró, una de las plazas con más sombras de la ciudad de Alicante, la temperatura a cota cero variaba más allá de los 15 grados, con máximas que rondaban los 44 grados al sol y que se quedaban por debajo de los 27 grados en los espacios más protegidos por los ficus centenarios. Similar era la diferencia de temperatura en Doctor Gadea, entre las zonas al sol, donde se llegaba a los 40 grados, y aquellas, donde el termómetro no superaba los 28 grados, protegidas por unos árboles que no tienen garantizada su supervivencia, ya que las actuales obras de reurbanización se van a llevar por delante unos 35 ejemplares (contando los que se arrancarán del paseo de Soto), a los que se suman los 163 árboles que se están quitando de la avenida de Jijona, sin olvidar la veintena de melias de Constitución.

Parecidas temperaturas se daban en la cercana plaza de Calvo Sotelo, donde a la sombra el termómetro se quedaba en los 27 grados pero al sol se llegaba a disparar por encima de los 50 grados en función del tipo de pavimento. Peores cifras, en cuanto a confort climático, se registraba sobre el mobiliario, que en la mayoría de los casos se encuentra sin cobertura frente al sol, con temperaturas que rondaban los 60 grados tanto en bancos como en juegos infantiles, dejando al margen unos columpios tan impracticables que hasta llevan pegatinas de alerta para intentar evitar quemaduras en los menores. 

Diferencias parecidas se registraban en puntos muy simbólicos para el turismo alicantino. En Luceros, el termómetro se situaba entre los 27,2 grados a la sombra y los 47,2 al sol; mientras en el paseo del puerto (donde los espacios a cubierto se cotizan tras la obra) la temperatura andaba entre los 29,2 grados a la sombra y hasta 47,8 al sol. En la Explanada, los registros se movían entre los 28 grados a la sombra y los 42 grados que se llegaban a contabilizar al sol en la zona de las teselas tricolor. 

Imagen de la avenida Constitución, donde las sombras son casi inexistentes tras su peatonalización

Imagen de la avenida Constitución, donde las sombras son casi inexistentes tras su peatonalización / ALEX DOMINGUEZ

Pero como no solo los árboles dan sombra, aunque son la solución más demandada por los expertos por los otros beneficios que ofrecen a la ciudadanía, los toldos también ganan protagonismo en los meses de verano, aunque no en Alicante donde el gobierno todavía no ha decidido seguir a otros municipios que recurren a esta herramienta para rebajar la temperatura en espacios donde no hay arbolado. En la terraza más conocida del paseo más emblemático de Alicante, el calor bajo los toldos no era igual al registrado a apenas unos metros, al sol, con unos siete grados de diferencia entre ambas zonas (de 38,5 a 31,7 grados). 

Más calor desprendía el nuevo paseo de la avenida Constitución, donde ya no circulan coches y por donde las personas transitan más que pegadas a los laterales, en busca de alguna de las escasas sombras que proyectan los edificios en las horas centrales del día ante la inmadurez de los nuevos árboles tras el fracasado traslado de las melias a Playa de San Juan. Y es que en la zona se llegaron a registrar 43,3 grados al sol, pese a ello el gobierno de Barcala sigue firme en su decisión de esperar, el tiempo que sea, a que los nuevos ejemplares den sombra. Los toldos, según expertos como Olcina, deben ser una solución alternativa para dar sombra que se debe situar siempre en un segundo lugar frente a los árboles porque filtran menos la radiación ultravioleta.