Última Hora en Elche: cuatro fallecidos el fin de semana y 26 pacientes menos ingresados

La presión asistencial sigue bajando en los dos hospitales de Elche, según los datos que han facilitado ambos centros asistenciales, que suman a día de hoy 313 ingresados, 54 de ellos en la UCI. La cifra de críticos es la que más cuesta que descienda porque son personas que están luchando por su vida y son la principal preocupación de los médicos. Durante los 8 días de febrero, han fallecido en los dos hospitales 24 personas, cuatro de ellas durante el fin de semana, tres en el General y una en el Vinalopó.

El Hospital General de Elche ha declarado este lunes, 8 de febrero, 174 pacientes, 30 de ellos en la UCI; mientras que el Vinalopó tiene a 139, 24 de ellos en críticos. Desde el día 28 de enero, el número de ingresos va descendiendo de forma más rápida de lo que se esperaba pues ese día se registraron 431 personas ingresadas en los dos centros sanitarios, 71 de ellas estaban críticas. A partir de esa fecha, la cifra ha ido descendiendo de forma paulatina. El viernes, que fue el último día que se facilitaron los datos, había 339 ingresados; y hoy lunes, tres días más tarde, 26 personas menos.

La mayoría de fallecidos son personas mayores que estaban ingresados en el Asilo y en la residencia Altabix, según los datos obtenidos por el diario por fuentes familiares ya que no se han hecho públicos.

Las medidas implementadas hacen pensar que lo peor de esta tercera ola ya ha pasado en los dos hospitales que cubren el Baix Vinalopó y a a algunos municipios del Medio Vinalopó.

Los dos hospitales tuvieron que reforzar la capacidad de los centros para albergar más pacientes cuando se dieron cuenta que, a mitad de enero, el número de pacientes graves superaba su posibilidad de atenderlos con las camas de las que disponían. Así, el General llegó a poner tres en vez de dos en las habitaciones dobles, y el Vinalopó a implementar una segunda cama en las individuales. Espacios como por ejemplo la Capilla, el gimnasio de rehabilitación o una cafetería cerrada también se reconvirtieron en salas para enfermos no covid que, en algunos casos, no ha sido necesario usar.