Las últimas tortugas custodiadas en las playas de Elche ya nadan en el mar
Setenta voluntarios participan en la actividad tras un intenso verano vigilando los ejemplares
Las últimas tortugas bobas que han sido custodiadas este verano en la playa del Carabassí ya nadan en el mar. Este martes cerca de 70 voluntarios Rastros en la Arena acompañaron a los ejemplares que han estado vigilados desde el 28 de agosto hasta el sábado 2 de septiembre en la costa ilicitana.
Al atardecer fueron soltados 36 neonatos, que forman parte de las 48 tortugas que, con el fin de garantizar su viabilidad, se decidió trasladar al Oceanogràfic de València el domingo 3 de septiembre, mientras que las otras 29 restantes fueron liberadas esa misma noche en la Gran Playa de Santa Pola, donde las condiciones del mar, ya remitiendo el temporal, eran más favorables.
Desde el equipo de coordinación (formado, recordémoslo, por los grupos Talaiola y Margalló, de Ecologistas en Acción, bajo la supervisión de la ONG Xaloc y de diferentes instituciones académicas) destacan el doble el éxito de esta campaña.
Por un lado, el de la puesta: de los 78 huevos que eran custodiados en el Carabassí, 65 recién nacidos ya nadan por el Mediterráneo y 7 esperan al Oceanogràfic alcanzar cierta madurez para ser liberados el año que viene. Y, por otro, la entusiástica implicación de las más de cien personas que han conformado el grupo de voluntariado y la respetuosa curiosidad de las personas que se han acercado al dispositivo instalado cerca del nido.
Concienciación
Para sensibilizar a la población de que las playas ilicitanas son una zona donde estos animales vienen cada vez más a desovar, debido al cambio climático, el Ayuntamiento de Elche instaló durante el verano carpas en las playas con una exposición que informaba de la problemática ambiental y de conservación de estas tortugas.
Entre los consejos que se lanzan ante la presencia de una tortuga, los especialistas indican que hay que llamar al 112 y procurar que el ejemplar no sea consciente de que hay humanos que la pueden molestar. Para ello hay que mantenerse a unos de 30 metros de distancia, permanecer en silencio, no hacer fotos con flash ni encender luces, no hay que ponerse en su campo de visión y evitar que se pisen las huellas para que no se borren.
- Toda una vida entre diamantes en el centro de Elche
- El boom por las residencias de estudiantes toca techo junto a la UMH y se expande al centro
- Primera césarea en el Hospital del Vinalopó de Elche con acompañante dentro del plan de humanización
- El Hotel Huerto del Cura celebra la 2ª Gala de Bienvenida al Verano
- Unión política en Elche para exigir un tren de Cercanías moderno y urgente
- «Si tenemos que esperar a un taxi tres horas nos cargamos la imagen del turismo de Elche»
- La Marina lleva nombre de mujer
- Elche encarga el primer estudio piloto para revertir el modelo aburrido, antipático y triste de los patios de los colegios