Segunda RFEF

Análisis | El extraño caso del Hércules... otra vez

Ni siquiera firmando una primera vuelta excepcional, el conjunto alicantino es capaz de salir del bucle pernicioso en el que lleva desde la temporada que suspendió el covid

A nueve jornadas del final, a pesar de haber sumado 8 puntos en ocho semanas, se empeña en vivir bajo el lema "todo está bien, salvo algunas cosas"

Félix Carvallo, despedido el mes pasado como segundo entrenador, junto a Rubén Torrecilla, en Torrent.

Félix Carvallo, despedido el mes pasado como segundo entrenador, junto a Rubén Torrecilla, en Torrent. / J. Torres / LOF

Pedro Rojas

Pedro Rojas

De perder te hartas por muy paciente que seas. Las derrotas destapan todos los defectos, hasta los que parecían imperceptibles, esos que solo se toman en serio cuando el único maquillaje posible son los discursos reiterativos, casi clónicos, de quienes se saben en el centro de la crítica. El pasado siempre vuelve. Antes o después asoma la cabeza. Lo hace con su voz chillona, sardónica, irritante, para recordarte que, un año más, y ya son muchos, no vas a ser capaz de escapar de tu destino contrariado.

Es angustioso ver al Hércules retorcerse, hacerse pequeño, entrar irremediablemente en un bucle pernicioso del que no puede salir ni firmando una primera vuelta redonda en lo numérico. Siempre ocurre alguna cosa, siempre hay alguien dispuesto a saltarse alguna norma, a creer que es capaz de imponer su credo personal a un juego que deja un amplio margen al azar por sí solo. El liderato se ha puesto imposible. Pensar lo contrario en un ejercicio de fe que únicamente está al alcance de quienes viven de nuevas la idiosincrasia de una entidad centenaria a la que la suerte apenas le dura, se le marchita a la misma velocidad que se queman las hojas de los cigarros menos puros.

¿GASTAR POR GASTAR?

Turbulencias invernales.

Repetir algo muchas veces no lo convierte en dogma, hacen falta resultados. El año con más movimientos en el mercado de enero desde 2013 ha coincidido con la mejor media vuelta de un proyecto blanquiazul fuera del fútbol profesional. Ni Planagumà superó la impronta de Rubén Torrecilla. Y quizá ese fue el problema, que se ganó un crédito que hizo muy difícil que nadie le llevara la contraria o le hiciera ver que nada puede estar por encima de la entidad.

Deshacerse de los futbolistas con los que no cuentas es sano si los suples por piezas mejores, refuerzos que sí compitan con los titulares en tu modelo de juego. De esos, solo ha llegado uno, Javi Moreno. Los demás perfiles ya los tenías y ninguno ha demostrado jerarquía para sentar a nadie más allá de que el estilo de unos y otros entre mejor o peor por el ojo. Ni Miguel Marí, ni Richie Dapaah le han dado un salto de calidad al ataque, cada uno por razones distintas, y ninguno es especialmente activo en lo único que al Hércules campeón de invierno le urgía robustecer: la acción defensiva.

Las valoraciones a toro pasado siempre son más sencillas que la toma de decisiones, pero eso, que se usa como excusa, no mitiga los errores. El Hércules entrena ahora en defensa con los sustitutos de quienes ya no le valían al entrenador en octubre. Retuerta es el único que podría ayudar a paliar eso, pero se le fichó sabiendo que su evolución sería una incógnita

Comparativa de los cinco de promoción en la segunda vuelta del campeonato.

Comparativa de los cinco de promoción en la segunda vuelta del campeonato. / INFORMACIÓN

MAR DE FONDO

Discursos contradictorios

Ser coherente está muy sobrevalorado, obliga a ser impermeable a la evolución, a las mutaciones, a los cambios emocionales y estructurales que se propagan dibujando círculos concéntricos. Lo que sí hay que exigirle a los discursos es consistencia, que sobrevivan una semana y tengan sentido.

En el Hércules de Torrecilla todo ha estado bien... salvo algunas cosas. El entrenador anunció rotaciones en la plantilla para no llegar desfondados al tramo final y desde que lo dijo los de atrás no cambian, los del centro muy poco y los de arriba casi nada. Seguro que es casualidad, pero al equipo alicantino, lo de jugar como jugaba en el primer tramo de la Liga, solo le dura media hora en el mejor de los casos.

El ambiente en el vestuario era «espectacular» y el grupo humano «inmejorable», pero salieron en desbandada y algunos, como César Moreno, en circunstancias indefendibles deportivamente viendo el devenir del mercado de fichajes. Se fue porque los técnicos esgrimieron que Marí desempeñaría su labor bajando desde Segunda División, pero fue una fabulación, un deseo, un triple desde el centro de la cancha con la zurda.

El equipo de trabajo era sensacional, pero el entrenador despidió a su segundo por razones no explicadas... Agujeros negros por los que se cuelan las especulaciones nocivas que te roen los cimientos. Ocho puntos, uno por semana. Alguna decisión seguro que no ha sido acertada. El mosquito, que decía aquel.