Bandazos y el fuego purificador

¡Paren máquinas! Que se celebraban las Fallas y no era momento de tomar decisiones, de reunirse los miembros del Consell para determinar si mantener las restricciones y el toque de queda, de acudir al Tribunal Superior de Justicia. No, no era el momento. En anteriores ocasiones las medidas de prevención se han anunciado con días de antelación, pero ahora hay que apurar al máximo, hasta el último día, hasta el fin de las fiestas, para conocer si continúan las limitaciones o seguimos con la desescalada.

Y empieza el cole, para alegría de muchos padres y madres que vemos cómo nuestr@s pequeñ@s se han asalvajado, vuelto más contestones -«tú no mandas, mami», me soltó la pitufa de 9 años el otro día- y precisan de rutina escolar y disciplina docente. Pero hete aquí que todavía hay algunos agujeros incomprensibles, como que ni Educación ni Sanidad tienen contemplado qué hacer si los alumnos ya vacunados han de guardar cuarentena tras estar con un contacto estrecho. Que se está actualizando el protocolo, añaden. Cuando les hemos preguntado por la cuestión, porque antes no habían caído.

Pero no pasa nada, hoy el conseller de Educación supongo que nos sacará de dudas en su comparecencia «Con tanta ilusión por aprender, como ganas de seguir cuidándonos». Marzà, el que tuvo la brillante idea de separar el año pasado a mi pitufo de su gran amigo con su medida estrella, las clases burbuja, y que ahora ha vuelto a juntarlos porque sí, mantiene las aulas burbuja, pero regresamos a la ratio prepandemia, con aulas de 26 niños y nos juntamos en el patio con los demás... ¿Eso es una burbuja?

Tanta ilusión y tantas ganas, dice. Solo con que los que nos gobiernan no den bandazos se conforma una. A ver si el fuego de las Fallas, tardío, al menos purifica.

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