Opinión

La gota malaya

Luis Medina Abascal.

Luis Medina Abascal. / EP

Pues, nada, que resulta que el juez de Instrucción nº 47 de Madrid ha imputado a Luis Medina & Alberto Luceño por el presunto «pelotazo» de unos seis millones en contratos para material sanitario del ayuntamiento al inicio de la pandemia, o sea cuando esta era criminal. En su sepelio, el expresi del pepé se despidió de los enterradores haciendo gala de la determinación empleada a la hora de luchar contra las corruptelas. Y en esa línea designó a Martínez-Almeida como portavoz del nuevo orden establecido. Así que, por Dios, esperemos que no, ¡otra vez, no!

   La pareja aludida será llamada a declarar el próximo día 25 puesto que pende sobre sus cabezas delitos de estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales con tarifas infladitas y productos defectuosos de por medio. Tanto es así que el juez ha embargado el completo lote de bienes de lujo adquiridos con las ganancias. El menos conocido de los encartados, que ha sido dirigente de escuelas de negocios o así, se presentó al consistorio como «experto en importación de productos del mercado asiático con fábricas en China a su disposición, además de agente exclusivo de la malaya EEE» que, a pesar de que la sola enunciación habría encumbrado a Pepe Gotera y Otilio como virgueros estilistas en lo suyo, pasó todos los controles habidos y por haber. Por su parte, el hijo de Nati Abascal y del anterior duque de Feria no presentó currículum alguno por razones obvias al tratarse de un empresario sin actividad empresarial que abomina de la fama aunque se deja querer, por lo que habría tirado de agenda dado el perfil de emprendedor nato que presenta. Y, claro, se ha liado parda.

   Si Ayuso dijo no conocer la operación del hermano con la Comunidad, el alcalde asegura no saber que fue a su primo al que presuntamente utilizó Medina. En fin, que para exaltar a la familia tanto como la exaltan, mucha cuenta no es que le echen.

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