Opinión | EN POCAS PALABRAS

El dislate de los AVE a Chamartín

Un Ave, en una imagen de archivo.

Un Ave, en una imagen de archivo. / EP

Los usuarios están muy molestos con que los AVE Alicante-Madrid vayan a morir a la estación de Chamartín y se salten la de Atocha. El problema tiene suficientes aristas para no centrarse solamente en una, por lo que trataremos, en pocas palabras, de resumir algunas de sus claves.

El alcalde de Alicante y algunas autoridades provinciales se han atrevido a decir que Pedro Sánchez odia Alicante. Nada más lejos de la realidad. Alicante es completamente irrelevante en esta historia, que viene de atrás. De cuando José Bono quiso que todas las capitales de Castilla-la Mancha tuviesen AVE, y más atrás todavía, de cuando Valencia (sin tilde) pesaba mucho en la España de antes de las autonomías (era la tercera gran ciudad del país) y Alicante bien poco. El resto ha sido herencia de entonces. Miren el caso de Murcia, con todo su postín de capital autonómica, y en materia ferroviaria, hecha unos zorros.

Entrando en materia, sería urgente recuperar la línea Lorca-Granada, que se interrumpió a finales de 1984, para que Alicante pueda conectarse por tren con Andalucía lo antes posible. También sería muy necesario, y no he escuchado que nadie lo plantee, desdoblar la línea de ancho ibérico entre Alicante y La Encina. De este modo, volveríamos a contar con la posibilidad de viajar de Alicante a Madrid en línea recta por ancho convencional en 3 horas. Conservo los billetes de cuando antes de 2013 era posible. Sin los cruces en la provincia se ganaría mucho tiempo. Debemos regresar a nuestro trazado de siempre: Alicante-Albacete-Alcázar-Atocha.

Por cierto, desde que está el AVE viajo a Málaga, Córdoba y Sevilla por Ciudad Real. Hay que tener paciencia, pero es más barato. Ah, y lo de volver a la carretera ni soñarlo. Sería como retroceder a la Prehistoria.