Entrevista | Ángel Franco Gutiez Histórico dirigente del PSOE en Alicante

"Morant y yo haríamos buena pareja en el futuro del PSPV"

El histórico dirigente socialista de Alicante rompe su silencio de años a las puertas del Congreso que oficializará el liderazgo de Diana Morant y tras una asamblea convulsa en la agrupación local que lleva controlando desde hace más de dos décadas

Ángel Franco rompe su silencio después de 15 años sin conceder entrevistas

Rafa Arjones / C. Pascual

C. Pascual

C. Pascual

Ángel Franco Gutiez (Almazón, León, 1945), licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid, se afilió al PSOE en 1975 tras militar durante años en la clandestinidad. En su labor sindical, fue secretario provincial de la UGT (1978-1988). En la política, ocupó escaño en el Congreso de los Diputados (1979-1982) y en el Senado (1982-2003). También fue concejal en el Ayuntamiento de Alicante (2003-2007), con el popular Luis Díaz Alperi al frente del gobierno. En 2014 se vio forzado a darse de baja del PSOE al verse implicado en la investigación del llamado «Caso Rabasa», aunque dos años después recuperó la militancia. En lo orgánico, su principal preocupación y ocupación en el partido, Franco fue secretario local del PSOEen Alicante (1996-2004) y también miembro del Comité Federal, entre otros cargos. Aunque lleva dos décadas fuera de la primera línea, desde la sombra sigue moviendo los hilos de la agrupación local. Ahora, en pleno proceso de renovación del PSPV, toma la palabra.  

PREGUNTA. ¿Cuántos años lleva sin conceder una entrevista?

RESPUESTA. Unos 15 años.

¿Y por qué rompe su silencio?

Durante mucho tiempo he sido un militante de base. Había direcciones que eran las que tenían que tomar decisiones y yo lo que tenía que decir lo hacía en las asambleas o en los congresos.

¿Y ahora qué es? Porque lleva casi dos décadas sin cargo público ni orgánico de primera línea, pero siempre ha estado moviendo los hilos de la agrupación... ¿Qué cree que significa Ángel Franco para el PSOE de Alicante?

He tenido una trayectoria bastante larga en el partido, al que me afilié en 1975. Vine al PSOE con un pensamiento claro: dar respuesta a los problemas de la gente y cambiar un país atrasado por uno de progreso, desarrollo y equidad. He podido contribuir y seguiré contribuyendo mientras pueda a un proyecto socialdemócrata, transformador y que sitúe la igualdad y los derechos sociales y políticos en primer lugar. Entré sin ninguna expectativa, he seguido trabajando sin ninguna expectativa y seguiré trabajando igual, sin expectativas.

Aunque diga que no tenga expectativas, lleva años controlando el partido en Alicante, pero desde hace lustros desde la sombra. ¿No exponerse como secretario general le ha permitido acumular tantos años de poder?

Yo tuve claro que mi tiempo como secretario general y como cargo institucional pasó, por lo que he trabajado con la dirección que estaba, cuando perdíamos y cuando se ganaban las asambleas. Esa es mi forma de vida. 

¿Y por qué no se ha expuesto al voto de los afiliados desde hace más de dos décadas para que puedan decidir directamente?

Yo doy la cara y me conoce todo el mundo. En esta ciudad me conocen los empresarios, los sindicatos, los partidos políticos, las asociaciones... y todos tienen una alta valoración de mi comportamiento. Para la gente de la ciudad yo tengo una línea de trabajo honesta, esforzada y constante. A partir de ahí, he intentado colaborar con el partido aportando mi experiencia y sabiduría, y he intentado renovar el partido con gente nueva. En un momento consideré que había pasado el tiempo para dirigir el partido o tener cargos, como alcalde. 

Ángel Franco, en un gesto durante la entrevista con INFORMACION

Ángel Franco, en un gesto durante la entrevista con INFORMACION / Rafa Arjones

¿Se le ha quedado la espinita de ser alcalde de Alicante? Nunca llegó a intentarlo… 

Creo que habría sido un buen alcalde. Es uno de los cargos que me hubiese gustado alcanzar porque desde la Alcaldía se trabaja para dar solución a los problemas de la gente. Pero en los años noventa había una teoría de que la gente de más de 50 años ya eran mayores para la política. No se primaba la experiencia, y yo lo asumí.

¿Entiende que haya socialistas que quieran renovación, empezando por la figura siempre controvertida de Ángel Franco? 

Hay dos culturas: la europea, a la que yo me asemejo más, y la española, que no entiende que una persona puede aportar desde que es pequeño hasta que tiene 90 años. Y una sociedad no se puede permitir el lujo de prescindir de gente con experiencia que sea útil.

¿Hasta cuándo va a estar Franco intentando mantener su posición de privilegio en el PSOE alicantino? ¿Se lo ha planteado?

Yo me retiraré cuando consigamos que Alicante tenga un gobierno progresista y colaboraré con mi experiencia y sabiduría para que Diana Morant sea la próxima presidenta de la Generalitat. Me doy por satisfecho con cumplir esos objetivos.

Alicante tuvo un gobierno progresista recientemente y usted no se «retiró» de esa primera línea... 

Yo respeté mucho al alcalde, a Gabriel [Echávarri], que era además secretario general del partido. Él tomaba sus decisiones autónomas, como tiene que ser. Si alguna vez consideraba oportuno consultarme, yo estaba a su disposición. A partir de ahí, ya no hemos tenido la posibilidad de tener más alcaldes. 

Me retiraré cuando consigamos que Alicante tenga gobierno progresista y colaboraré para que Morant sea la próxima presidenta

Para el anterior gobierno de izquierda en Alicante, al margen del tripartito, hay que remontarse ya al siglo pasado. ¿No le lleva ese dato a hacer autocrítica? 

Desde el 2007 al 2015 yo era un afiliado que respetaba a las direcciones que había y colaboraba con ellas. Son ocho años en los que tuve poco que ver. Y sí, algo tendremos que ver en los resultados. Al final ha habido una cierta división en el partido que ha generado desapego también de los ciudadanos. Eso es incuestionable. 

¿Y no se plantea que habrá socialistas que no quieran compartir partido con usted, después de tantos años manejando los hilos de la agrupación?

Llevamos cinco años de partido unido, y no solamente en Alicante, sino en la provincia. Ahora hemos completado un proceso de unidad del partido en el que Alicante ha tenido un papel fundamental, junto a la generosidad de Alejandro Soler. Hay compañeros que me culpan de su frustración por no conseguir sus objetivos y es muy difícil que cuando alguien culpa a otro de sus malos resultados haya capacidad para buscar puntos de encuentro. A mí me han acusado de muchas cosas que no he hecho, hay cosas que no me las han reconocido y desde luego algunas cosas he hecho mal, pero no todo.

Franco gesticula durante la entrevista

Franco gesticula durante la entrevista / Rafa Arjones

¿Como cuáles? Diga. Tanto de las que le han acusado, de las que no le han reconocido y también de las que ha hecho mal. 

Yo he intentado que el partido esté unido, porque si no está unido no tiene capacidad para entrar en una posición de gobierno. En no conseguir la unidad del partido también algo tengo que ver, pero en estos momentos, después de mucho tiempo, uno de los protagonistas que han generado la unidad del partido he sido yo. Llevamos cinco años de unidad, en todo eso mi papel ha sido muy importante. En el 2019 en Alicante se pactó una lista única [para la dirección local] con la gente que está en torno a Alejandro Soler. 

De usted se dice que es experto en ganar asambleas y en perder elecciones... ¿Lo admite?

Es un bulo urbano. En la ciudad de València pasa lo mismo. 

Hablando de esa última asamblea, su lista, con el respaldo de los ‘sanchistas’, consiguió el 69 % de los votos, mientras que sus críticos llegaron al 31 %. ¿Cree que sigue controlando el partido o ya necesita a los ‘sanchistas’?

No es un problema de control. El partido se controla para algo, para trabajar y dar respuesta a problemas. Y cuanto más fuerte sea el partido, mejor. Nosotros llevamos con la gente del entorno de Soler cinco años y eso ha dado estabilidad y prestigio a Alicante. Alicante era un problema y de pronto ha dejado de serlo. Se ha convertido en la solución. Ahora hemos contribuido de forma decisiva a la unidad de la provincia, de la ciudad de Alicante y sobre todo al cambio del nuevo tiempo con Diana Morant, una mujer joven y muy preparada. 

Pero esos ‘sanchistas’ hace apenas un año echaron un pulso a las direcciones local y nacional del partido presentando una candidata a las primarias para ser alcaldable frente a la opción que usted defendía. 

Eso es normal. Cuando alguien piensa que es mejor que otro para gobernar, se presenta, explica sus razones, plantea sus proyectos y la gente decide. Y eso a mí me parece legítimo, que haya varios candidatos. 

Habría sido un buen alcalde. Es uno de los cargos que me hubiese gustado porque desde la Alcaldía se trabaja para dar solución a los problemas de la gente

También será legítimo entonces que alguien no quiera pactar con usted y presente lista para otros procesos, como el reparto de delegados al Congreso del PSPV en Benicàssim...

Hay compañeros que tienen una frustración por no haber conseguido sus objetivos y al final el responsable de que no se cumplan sus objetivos es Ángel Franco. Ahora debería haber habido unidad porque no había división en cuanto a los objetivos estratégicos del Congreso. 

Teme que los ‘sanchistas’, que han presumido de ser antifranquistas desde su inicio como familia, den otro volantazo y se unan a la actual opción crítica.

El futuro del partido pasa por la unidad. Y nosotros somos protagonistas de esta unidad en la provincia y en el país. Estoy convencido de que Diana Morant y yo no haríamos una mala pareja.

¿En qué?

En el futuro del partido. 

Pero usted, ¿como qué?

En el puesto que me den, en el lugar que me corresponda, sin exigir nada. Yo trabajaré codo a codo con Diana Morant. Seríamos una buena pareja de trabajo.

¿Entiendo que le gustaría estar en la nueva Ejecutiva del PSPV, liderada por Morant?

Estoy a disposición de Diana [Morant].

Por cerrar la asamblea del pasado domingo... En la negociación previa con los ‘sanchistas’, ¿se llegó a poner sobre la mesa que usted apoye la candidatura de María José Adsuar para ser la próxima secretaria local del partido, en sustitución de Miguel Millana?

Ahora no voy a hablar de candidaturas, me parece una cosa extemporánea.

Usted mencionaba que siempre es partidario de renovar el partido. La lista que usted defendió en esta última asamblea estaba encabezada por un conseller de los años ochenta y por una concejala que accedió al Ayuntamiento en 2007. ¿Tiene caras nuevas para su proyecto de partido en Alicante?

El partido tiene que tener una renovación generacional y se va a producir, pero se producirá en el momento que toque. 

Franco ha roto su silencio tras más de diez años

Franco ha roto su silencio tras más de diez años / Rafa Arjones

Hablando del Ayuntamiento de Alicante. Usted no tiene, rara avis, ningún control sobre el grupo municipal que lidera Ana Barceló. ¿Cómo lo lleva?

El grupo municipal tiene su propia función y es autónomo. Puede consultar si quiere, pero nadie debe imponer ni nadie tiene que decir qué es lo que se tiene que hacer. En el partido se puede trabajar de una manera y en el grupo municipal de otra. 

No parece muy funcional… 

El grupo municipal tiene la autonomía que le corresponde y el partido la suya. No conozco ningún choque en la estrategia frente a los problemas de la ciudad. 

Pero sí, por ejemplo, en los asesores. El grupo municipal no aceptó los nombres que exigió colocar la Ejecutiva local.

A la gente le preocupa que el grupo municipal haga una oposición constructiva, positiva y dura. Quienes son los liberados a la gente de la calle le importa un pito.

He intentado colaborar con el partido aportando mi experiencia y sabiduría, y he intentado renovar el partido con gente con nuevos horizontes

¿Y cómo cree que está siendo la oposición a Luis Barcala del PSOE liderado por Barceló?

Está marcando territorio al alcalde. Pero es un grupo nuevo, joven, que necesita aclimatarse, tomar posición. Creo que está in crescendo y que al final de la legislatura puede haber una oposición muy potente. Es comprensible que en estos primeros ocho meses, un equipo completamente nuevo, que conocía la ciudad, pero no profundamente, esté en fase de aprendizaje. Creo que van a desplegar de una forma clara a partir de ahora.

¿Qué les aconsejaría si le pidieran su opinión?

No le voy a dar ningún consejo si no me lo pide. Si no me lo piden, creen que lo están haciendo lo mejor posible, y eso lo respeto.

Usted no tiene a ningún afín en ese grupo, pero tampoco en la Diputación y solo a una persona en el grupo parlamentario en las Cortes. No parece que esté en su mejor momento en cuanto a peso en las instituciones...

Nosotros, es verdad, tenemos muy poco poder institucional, pero tenemos una fuerza enorme en el partido. Y eso es paradójico. Cuando Barceló hizo íntegramente la lista electoral, después la aprobó por unanimidad la Ejecutiva. Nosotros no queríamos que se produjese el más mínimo conflicto interno aunque podríamos haber corregido la lista. 

Si lo hubiera hecho se habría originado un cisma a puertas de elecciones con la dirección del PSPV, que había impuesto a Barceló como alcaldable. ¿No movió ficha para evitar una gestora?

Nosotros estamos aquí para ganar a la derecha, no para ganarnos a nosotros mismos, aunque sea a costa de perder poder interno, que ya se recuperará. La vida es muy cambiante. La propuesta para que fuera Barceló tenía su fundamento, y yo mismo entendí que era positivo. Barceló venía de una pandemia, en la que lo había hecho magníficamente bien y tenía un amplio abanico externo que podían ser votantes. 

En esta ciudad me conocen empresarios, sindicatos, partidos políticos, asociaciones... y todos tienen una alta valoración de mi comportamiento

Puig, que le impuso a Barceló y cuatro años antes a Sanguino, pudo contar con su apoyo en procesos orgánicos durante su mandato, aunque en los últimos tiempos la relación no fue la mejor. ¿Cómo valora el adiós de Puig como líder del PSPV?

Yo he respaldado a Puig desde el inicio porque encarna el proyecto socialdemócrata, como yo. Desde el punto de vista institucional, su gestión ha sido impecable. Seguramente, al estar tan centrado en el tema institucional, dejó un poco suelto al partido, pero eso es normal cuando se gobierna.

Esa dirección vetó el pasado año su candidatura al Senado...

Yo siempre he estado a disposición del partido, cuando me apoyan y cuando no me apoyan. Y la prueba es que sigo aquí. Si la dirección del partido llega a la conclusión de que puede haber otros que lo pueden hacer mejor que yo, pues ya está, se acepta y se sigue trabajando.

¿Y por qué cree que le apartaron de esa lista electoral? ¿Porque había candidatos mejores o solo por ser Ángel Franco? 

Yo no pido explicaciones. 

Un gesto gesticula durante la entrevita

Un gesto gesticula durante la entrevita / Rafa Arjones

Hablando de presente y de futuro del partido. ¿Qué le parece la llegada de Diana Morant?

Insisto. Creo que no seríamos una mala pareja. Me encuentro absolutamente a gusto. Es un proyecto que yo he trabajado juntamente con otros de forma muy intensa. Yo he contribuido a un nuevo tiempo en el partido y eso es lo que quiero que se consolide en todos los ámbitos. La comunicación con Diana es extraordinaria. Creo que tenemos, a pesar de mi edad, un feeling en cuanto a planteamientos estratégicos y de futuro que me hacen estar enormemente satisfecho. Es el momento de más satisfacción en mi vida política, y no tengo nada. 

¿Cree que la imposición de Ferraz puede marcar su liderazgo?

El mandato va a estar marcado por la gestión que haga. Es una persona muy autónoma, con capacidad de decisión y que quiere contar con todo el mundo para trabajar en un proyecto que hay que construir. A Diana hay que analizarla al final, no al principio. Y es verdad que estuvieron en Ferraz, pero no hubo que discutir mucho. La Ejecutiva no la hace Ferraz, la hace ella, juntamente con Alejandro Soler, Carlos Fernández Bielsa y con todos los delegados. A Carlos Mazón le hubiese gustado una batalla entre tribus y no se esperaba esto. 

A Carlos Mazón le hubiese gustado una batalla entre tribus. No se esperaba esta unidad

¿Cree que Alejandro Soler, secretario provincial, se equivocó al mantener el pulso hasta la llamada al orden de Ferraz?

Hay legitimidad en que Alejandro Soler quisiera ser candidato, tenía la capacidad, lo tenía todo. Alejandro ha hecho un gran sacrificio [retirándose]. Cuando se plantean las cosas con sentido común y razones claras, la gente es capaz de rectificar. 

Y qué le parece que Pedro Sánchez, defensor de que el PSOE era de sus militantes, ahora haya evitado una confrontación de proyectos y por tanto una votación? 

Los militantes votan si hay candidaturas distintas, como en Alicante. Pero si no hay candidaturas distintas no pueden votar.

Ya se hizo desde Ferraz para que no hubiera listas alternativas a la oficialista de Morant… 

Los afiliados no creo que estén decepcionados por no votar, tenemos la unidad del partido. 

¿Cree que se puede hacer oposición al Consell de Carlos Mazón desde Madrid, siendo ministra?

El hecho de ser ministra le da muchas más posibilidades de hacer una oposición más potente, porque tiene más visibilidad. 

¿Cree que con Morant la provincia de Alicante tendrá un mayor peso en lo orgánico dentro del PSPV?

Tiene que haber una mayor visualización de la ciudad y de la provincia en el nuevo proyecto socialista. Y estoy convencido de que va a ser así con Diana Morant.

Hablando de la actualidad nacional. ¿Dónde se sitúa en la polémica de la amnistía a políticos catalanes como Puigdemont? 

Aquí hay un problema derivado del Gobierno de Rajoy: la crisis en Cataluña. Y hay que buscar una solución. En España hace falta esa vía de concordia para que se integre Cataluña en el conjunto del pueblo de España. Y por eso estoy convencido de que la amnistía es un esfuerzo extraordinario, excepcional. La alternativa del PP es muy evidente: por la noche sentarse con Puigdemont y por el día convocar manifestaciones. Eso sí que es el despropósito más absoluto y más farsante. 

¿No le afecta en su argumentación que la amnistía llegue como moneda de cambio a la investidura de Pedro Sánchez?

Conseguimos un doble objetivo: gobernar España, avanzar en el progreso en España y que al mismo tiempo, de rebote, se puede solventar el conflicto de Cataluña. 

¿Y qué le parece el caso Koldo, que ha supuesto un terremoto para su partido? 

Es uno de los episodios más tristes de la historia de la democracia. En plena pandemia... Que este señor pague lo que tenga que pagar y de forma urgente y rápida.

¿Y qué le parece el enrocamiento como diputado de José Luis Ábalos, exministro y ex secretario de Organización del PSOE?

Yo hubiese aceptado la propuesta del partido. No comparto la posición de Ábalos, debe estar al servicio del partido. Lo mismo que ha tenido todos los favores del partido, cuando vienen mal dadas tiene también que asumir la decisión de la dirección del PSOE.

¿Le hace responsable por no controlar a su asesor?

No vigiló bien, no se enteró. 

Y la última, de vuelta a lo local. No me resisto a no preguntarle por el controvertido Plan Rabasa, un proyecto que marcó sus años como concejal en el Ayuntamiento de Alicante. 

Nosotros estamos en política para solucionar el problema de la gente. En estos momentos, el problema más grave que hay en España es el de la vivienda.

Sí, pero le preguntaba: ¿era el Plan Rabasa la solución?

Era un proyecto que daba respuesta a miles de personas. A nosotros nos generó mucho costo y desde la distancia vuelvo a reivindicarlo porque era bueno para la ciudad y para la gente.