El fiscal pide nueve años de cárcel a un acusado de abusar de la hija con síndrome de Down de su pareja en Dénia

La hermana sostiene que la víctima le contó lo que había pasado, la madre rechaza declarar y el procesado lo niega todo

Fachada de la Audiencia Provincial donde se ha celebrado el juicio.

Fachada de la Audiencia Provincial donde se ha celebrado el juicio. / Jose Navarro

J. A. Martínez

J. A. Martínez

Un hombre de más de 65 años se sentó este martes en el banquillo acusado de haber abusado sexualmente en Dénia de la hija con una discapacidad de su pareja sentimental. El juicio ha quedado visto para sentencia en la Sección Segunda de la Audiencia de Alicante, donde el acusado ha negado todos los hechos y los ha achacado a algún tipo de malentendido. La víctima con síndrome de Down tenía 45 años cuando se presentó la denuncia y, a causa de su discapacidad, presenta problemas para expresarse, por lo que para valorar su testimonio pesarán las declaraciones de otras personas próximas a ella. La Fiscalía ha mantenido al final de la vista la petición de nueve años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales, mientras que la defensa reclama la libre absolución.

Los hechos enjuiciados habrían transcurrido en la casa que la familia de origen belga tenía en Dénia y a la que la familia vendría a pasar sus vacaciones de verano. El Ministerio Público considera que el procesado se aprovechó de la confianza que tenía la víctima en él para meterse en el dormitorio cuando se encontraban a solas y la sometía a diversas prácticas sexuales. El acusado no es el padre de la víctima, sino que ésta es hija de su pareja fruto de una relación anterior. La hermana de la víctima fue la que presentó la denuncia por estos hechos. Según trascendió en el juicio, la propia víctima se lo había contado a raíz de que la alertara otra conocida, pero ella no presentó la denuncia hasta un año después, a raíz de que se enterara de que su hermana iba a volver a pasar el verano en Dénia con el acusado.

Por su parte, la madre de la víctima y que sigue siendo pareja del acusado, se acogió a su derecho a no declarar contra él en el juicio. La víctima tampoco ha llegado a declarar en la vista oral. En lugar de su testimonio, se ha visionado la declaración que en su día prestó ante el juzgado de instrucción con asistencia de psicólogos, que en una entrevista va relatando los presuntos abusos. La comparecencia ha servido como prueba preconstituida. La defensa y el acusado aducen que buena parte de las respuestas han sido inducidas por los psicólogos durante la entrevista y que la víctima realmente nunca llega a hablar abiertamente de esas prácticas.

Además del testimonio de la hermana, se ha contado con la declaración de otra conocida de la familia, a quien la víctima también habría contado los abusos sexuales que sufría un día en que se la encontró llorando. Fuentes cercanas al caso indicaron que una de las dificultades con las que se ha encontrado el tribunal ha estribado es que ésta no relata abiertamente nada de lo que le habría ocurrido. Pese a todo, la hermana ha insistido en sus vínculos familiares y en que la conoce, para entender lo que la estaba contando.

Los testimonios incriminatorios de estos testigos, así como la declaración de la propia víctima ante los psicólogos han sido las pruebas en las que se ha apoyado la Fiscalía para reclamar una condena de nueve años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales. Por su parte, la defensa reclama la libre absolución al considerar que los abusos nunca existieron.