Entrevista | Laboratorio de Materiales Avanzados de la UA Joaquín Silvestre, investigador:

«Es un reconocimiento a un departamento que lleva investigando desde los 80»

El laboratorio recibe uno de los "Importantes" por desarrollar materiales que eliminan los efectos de la radioactividad en caso de accidente nuclear

Josefina Bueno, consellera de Innovación y Universidades, entregó el premio a Joaquín Silvestre, de la Universidad de Alicante.

Josefina Bueno, consellera de Innovación y Universidades, entregó el premio a Joaquín Silvestre, de la Universidad de Alicante. / ALEJANDRO J.

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

La Universidad de Alicante, en colaboración con entidades de otros nueve países, ha llevado a cabo un proyecto europeo para desarrollar materiales que eliminan los efectos de la radioactividad en caso de accidente nuclear.

Una investigación cuyos resultados ya se están comercializando en zonas como Ucrania, donde la guerra desencadenada por Rusia amenaza la central nuclear de Zaporiyia, y que podría ser aplicable a múltiples aspectos del día a día.

La investigación, conocida como NanoMed, se ha llevado a cabo bajo la coordinación del Laboratorio de Materiales Avanzados del Departamento de Química Inorgánica de la UA. Un grupo investigador, liderado por el catedrático Joaquín Silvestre, que ha desarrollado materiales con la capacidad de absorber diferentes toxinas radioactivas.

El equipo de trabajo ha empleado una combinación de carbón activado, pectinas y zeolitas para desarrollar este material con el objetivo de emplearlo en el tratamiento de problemas de salud derivados de la exposición prolongada a fuentes de radiación externa o contaminantes radioactivos.

Un avance por el que INFORMACIÓN les ha distinguido con el premio Importante del mes de agosto. Reconocimiento que, para Joaquín Silvestre, es «una alegría» porque el grupo de trabajo se creó en 1981 y lleva desde entonces «trabajando con materiales, estando siempre metido en proyectos europeos».

El líder del grupo investigador, recuerda que «hace seis años que iniciamos este proyecto con países como Ucrania, Moldavia o Kazajistán, coincidiendo con el aniversario de lo ocurrido en Chernóbil y buscando la forma de mitigar los efectos secundarios de la radiación».

Reconoce que cuando le anunciaron que habían ganado el premio «me pilló en EE UU y no pude coger la llamada, pero cuando me enteré fue una alegría tremenda».

En cuanto a su investigación, Silvestre mantiene que «lo que hacemos es desarrollar materiales para mitigar los efectos de la radiación», un trabajo que «es extrapolable» y que «puede ser aplicado a cualquier tratamiento, ya que es de ámbito general y afecta a cualquier persona sometida a radiación».

En este sentido, el investigador de la Universidad de Alicante tiene claras las metas de su proyecto en un futuro: «¿Por qué no nos vamos más allá y vemos incluso radiación del móvil? Posiblemente tengamos efectos similares, aunque en menor medida».

Una idea que se suma a otras en las que están trabajando en estos momentos: «Por un lado, con el Consorcio Internacional de Moldavia y Ucrania estamos preparando una propuesta de proyecto para la purificación de aguas en zonas donde la gente no tiene acceso a agua limpia».

Además, el grupo investigador también está explorando «la colaboración con muchas universidades» y, por otro lado, se plantean «cómo se podría extrapolar a radiaciones más cotidianas del día a día que aunque tienen un efecto menor, también tienen su repercusión».

Zonas de conflicto

Una investigación que da respuesta a una problemática especialmente grave en dos de los países que han participado en el proyecto Ucrania y Kazajistán, y que ha contado con la colaboración de una docena de socios del mundo académico e industrial en países como Portugal, Reino Unido, Francia, Hungría, Grecia, Eslovaquia o Moldavia.

El Laboratorio de Materiales Avanzados del Departamento de Química Orgánica de la UA cuenta con más de 30 años de experiencia en el diseño de este tipo de materiales y, desde el año 2020, este departamento también forma parte de otro proyecto que busca minimizar al máximo los daños provocados por la radiación en el marco de la Convocatoria de propuestas de Ciencia para la Paz y la Seguridad de la OTAN.