Opinión | LA PLUMA Y EL DIVÁN

Milagro, magia o casualidad

Milagro, magia o casualidad

Milagro, magia o casualidad / INFORMACIÓN

Cada día que pasa me convenzo más de que los milagros son posibles, todo pasa por creer en lo increíble y por conservar un trocito de esperanza amordazado en nuestro sentido común.

El paso de los años me ha hecho más crédulo de lo sobrenatural o, dicho de otra manera, de cosas que pasan que no tienen explicación científica, por lo menos de momento, y que hacen que nos sintamos especialmente asombrados al descubrir que realmente han sucedido.

No me negarán que en más de una ocasión habrán tenido la tentación de buscar ayuda para resolver algún problemilla, pero sin recurrir al facultativo para ello, sino dejándose llevar por los rumores o por el boca-oreja de que hay un curandero, una brujilla o un chamán que puede solventar sus males.

Contamos con estudios de investigación que demuestran que, en líneas generales, son más creíbles los curanderos que los médicos cuando quien recurre a ellos lo hace por voluntad propia y, sobre todo, cuando el profesional de la salud titulado comunica al interfecto su incapacidad para seguir un tratamiento porque lo da por desahuciado.

Es singularmente representativo que una persona enferma se coma sin falta ni omisión las galletas curativas que le prescribe el sanador y sea incapaz de tomar los medicamentos que le receta su médico de cabecera.

El espectro se abre mucho más cuando los problemas coquetean con la salud del alma, con el dinero, el trabajo o la pareja y no digamos si lo hacen con el sexo.

Los entendidos en el tema aseguran que hay dos clases de magias, la negra que únicamente persigue hacer el mal mediante sortilegios y hechizos, y la blanca, que por el contrario pretende ayudar a los demás a través de sus conjuros.

Es impresionante que en todas las culturas florezcan estas artes y sean seguidas por una cantidad ingente de personas que creen en sus efectos.

La santería cubana, el vudú haitiano, el camdomblé brasileño, el satanismo, el shamanismo, el curanderismo, los videntes, las brujas, todos ellos conllevan una fuerte carga de magias y esoterismo que hacen las delicias de millones de personas en el mundo entero.

Como cualquier religión, creencia o fe, los que siguen estas corrientes ocultas que bordean los límites de lo imposible, las profesan sin un resquicio de duda. Algo de cierto o todo de cierto tendrán cuando después del paso de los años siguen en pie manteniendo su posición en el mundo.

Lo único que nos seguimos preguntando ante los hechos inexplicables es si se trata de un milagro, de magia o, simplemente, son casualidades.