Alarma en El Campello por robos del cableado eléctrico que están dejando sin luz a la ciudad

El Ayuntamiento se ha visto obligado a tomar medidas excepcionales ante esta oleada de delitos y también por la rotura de farolas, dañadas por actos vandálicos

El orín de los perros también ha corroído cerca de un centenar de estos elementos de iluminación, que tenían riesgo de caer por el mal estado de su base

Una persona camina con la lintera del móvil por la calle Labradores de El Campello, ante la oscuridad provocada por los robos de cable y del mal estado de algunas farolas.

Una persona camina con la lintera del móvil por la calle Labradores de El Campello, ante la oscuridad provocada por los robos de cable y del mal estado de algunas farolas. / INFORMACIÓN

La oscuridad se extiende sin control por El Campello. El municipio está sufriendo una oleada de robos del cableado eléctrico que están dejando algunas áreas en la máxima penumbra. Ese es el panorama por ejemplo en la calle Labradores, aunque en este caso no provocado por los delitos, sino por una sucesivas averías en las bombillas de varias farolas, que hacen que la vía sea pasto de un tenebroso manto cuando llega la noche.

Carolina Ruiz, vecina de la zona, es quien denuncia una situación que lleva produciéndose desde diciembre, cuando se consumió la última llama de luz que se resistía a extinguirse. Sin embargo, su suerte acabó siendo la misma que la del resto de farolas que meses antes fueron retiradas por estar fundidas. "Es un agujero negro de repente". Así define la afectada la experiencia de adentrarse en la calle en la que vive y que ha causado incluso el asombro de varios agentes de la Policía Local que se personaron en el lugar. La opacidad es tal que un gesto tan sencillo como meter la llave en la cerradura es imposible, suerte que vivimos en la era del móvil y el flash de la cámara se puede reciclar para esta función.

La vecina, que tiene un despacho en los bajos de un edificio, ha llegado incluso a recibir las peticiones de otros residentes, que le piden que no bajen la persiana tan pronto, ya que su local sirve de improvisada lámpara y es el único elemento que ilumina el resto de la calle. La mujer teme que "algún día habrá un problema gordo" debido a la alta velocidad a la que circulan los coches en este tramo, y que supone una mala combinación con el numeroso trasiego de personas que registra esta zona cuando hay actos en una iglesia cercana, y que son siluetas casi inapreciables.

Interior de una tapa de alumbrado público.

Interior de una tapa de alumbrado público que fue asaltada el pasado enero. / INFORMACIÓN

Su situación es similar a la que se vive en otros sectores de la localidad, perjudicados por los efectos una oleada de robos del cableado eléctrico. Los robos se suelen producir los fines de semana, y el modus operandi es siempre idéntico: una o dos personas, ataviadas con vestimenta propia de operarios de compañías eléctricas, acceden a los registros públicos de iluminación, arrancan la red de cobre y se la llevan. Sus actos acaban dejando a oscuras calles e incluso manzanas enteras de viviendas.

Durante los últimos dos meses, los ladrones han sustraído de esta forma cerca de tres kilómetros de cableado de cobre en diversos puntos de la ciudad (centro, calle Menorca, calle Áncores y Parque Municipal), lo que obliga a las brigadas municipales de Obras y Servivios a actuar para reponer el material robado.

Otros actos vandálicos consisten en romper farolas, dejando igualmente a oscuras las calles afectadas. En los últimos dos meses, el Ayuntamiento ha atendido 300 de estos incidentes, pero quedan todavía más de un centenar por resolver. Se ha comenzado por la zona norte (Venta Lanuza), y los operarios van descendiendo conforme disponen de material de reposición.

Base de una farola de El Campello, corroída por los orines.

Base de una farola de El Campello, corroída por los orines. / Aitor Soler

Riesgo de caída

Por totro lado, se ha procedido a retirar un centenar de farolas que amenazaban con caer por su mal estado, principalmente provocado por el efecto de los orines de perros en la base, muy corrosivo.

La brigada, con el visto bueno del concejal del área, Rafa Galvañ, ha decidido cambiar la forma de actuar en lo que a arquetas de iluminación pública se refiere, de forma que una vez repuesto el cableado robado, esas tapas se sellan con soldaduras y se rellenan de arena para ponérselo más difícil a los ladrones.

En los presupuestos municipales, aprobados ya con carácter definitivo, figura una partida económica destinada a la sustitución de farolas y luminarias de 150.000 euros que se destinarán a atajar un problema que es ya una necesidad acuciante en algunos puntos.

En cualquier caso, el Ayuntamiento está aplicando también medidas extraordinarias para frenar los numerosos robos. En este sentido, la Policía Local procede a visionar el contenido de las cámaras instaladas por todo el término municipal, al objeto de intentar identificar a los ladrones. El pasado enero, fue pillado "in fraganti" un individuo mientras robaba cableado. Entonces se recuperó parte del material, y el ladrón fue puesto a disposición judicial. La colaboración ciudadana, junto con una rápida y eficaz intervención de la Policía Local, frustró la intención del ladrón de conseguir un botín con la venta de ese material público sustraído.

El edil Galvañ señala que "al igual que en febrero conseguimos evitar el robo y detener al ladrón tras la llamada a la policía de una vecina, pedimos la colaboración ciudadana para que alerte de forma inmediata si ve alguna conducta sopechosa".