Adiestramiento con fuego real

El Mando de Operaciones Especiales contará el próximo año en Rabasa con la «casa de intervención», un proyecto de 675.000 euros que mejorará las capacidades de combate de los «boinas verdes» en el interior de espacios confinados

Adiestramiento con fuego real

El Mando de Operaciones Especiales (MOE) con base en Rabasa verá hecha realidad el próximo año una de sus prioridades para mejorar, aún más si cabe, el adiestramiento de los «boinas verdes», considerados entre la élite del Ejército español e incluso fuera de España. Después de más de cinco años de trabajo, el proyecto de la «casa de intervención» para realizar adiestramiento con fuego real saldrá a licitación este año y el objetivo es que en 2022 estén ejecutadas las obras, cuyo plazo de ejecución es de cinco meses. Este recinto mejorará las capacidades del MOE en el combate en interior de espacios confinados.

El proyecto fue presentado ayer en el cuartel de Rabasa por el general jefe del MOE, Raimundo Rodríguez Roca, y por varios miembros del Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), con sede en Granada, que han elaborado la propuesta de esta casa de tiro con fuego real.

La Dirección de Infraestructuras del Ejército de Tierra licitará la «casa de intervención» este mismo año y el proyecto está valorado en 675.000 euros. Se habilitará dentro del cuartel de Rabasa y su puesta en marcha ahorrará «tiempo y recursos económicos», según el general Roca. Hasta ahora estos ejercicios de adiestramiento se han realizado en otros países en recintos similares al proyectado en Rabasa o se han usado instalaciones de Ejército español.

El general jefe del MOE afirmó que la «casa de intervención» es una instalación necesaria para mejorar el adiestramiento de los «boinas verdes» y señaló que, sin duda, mejorará la calidad y la precisión de los operadores que trabajan en pequeños grupos. «Nos va a permitir subir el grado de adiestramiento», apuntó Raimundo Rodríguez Roca.

Los ejercicios se realizarán con fuego real y luego pueden ser analizados para corregir errores y realizar mejoras. Contará con megafonía, luz regulable en intensidad y circuito cerrado de televisión para supervisar los ejercicios. Los «boinas verdes» que realicen entrenamientos en esta casa para simular con fuego real diferentes ejercicios, como rescate de rehenes, tendrán que realizar un examen previo antes de llegar al nivel 3 de instrucción, con disparos en 360 grados.

La «casa de intervención» tiene unas dimensiones de 500 metros cuadrados, de los cuales 375 metros son zona de tiro y el resto son accesos. El proyecto contempla que se pueda acceder desde el subsuelo, tejado, puertas y ventanas. En la zona de tiro se entremezclarán el hormigón con la madera y bloques de caucho, donde instalarán las siluetas de los objetivos a abatir.

Durante la elaboración del proyecto se construyó una edificación en madera a escala real y se realizaron test de balística. El general Roca destacó que los trabajos se han prolongado para «afinar las medidas de seguridad, que son esenciales».

Según el MADOC, este proyecto mejorará la capacidad de las unidades del Ejército en la instrucción y el adiestramiento en combate urbano. Afirma que «será la base para el futuro proyecto de una nueva instalación de casa de tiro», que extrapolará luego al resto de unidades.

Una labor enriquecedora y de ayuda al Ejército afgano durante dos décadas

Catorce de los últimos 24 militares españoles que estaban desplegados en Afganistán y llegaron la semana pasada a Madrid, donde fueron recibidos por el Rey, son instructores del Mando de Operaciones Especiales (MOE). Durante las casi dos décadas que ha durado el despliegue en suelo afgano, unos 800 «boinas verdes» de Rabasa han participado en esta misión. El general jefe del MOE, Raimundo Rodríguez Roca, destacó ayer que está «orgulloso» de la labor realizada en Afganistán y señaló que ha sido una «experiencia buena y enriquecedora». Afirmó que se «ha ayudado mucho al Ejército afgano» en materia de adiestramiento y ahora tiene un «alto grado» de preparación. Tras concluir la misión en Afganistán, el MOE de Rabasa mantiene misiones en Irak y Mali y otras actividades de seguridad cooperativa en Mauritania, Túnez y Senegal.

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